Cinemagic fue una revista norteamericana, hoy considerada de culto, que comenzó como un fanzine creado por el director de cine Don Dohler pero que tuvo su edad dorada durante los años setenta, impreso en rotativa y con distribución nacional en Estados Unidos.
Uno de los puntos mas interesantes, personalmente, de Cinemagic es que describe de forma minuciosa la forma de realizar trucajes cinematográficos con poco presupuesto y con técnicas predigitales concebidas para película de cine.
Del mismo modo que hice, en su día, con otras revistas de cine, tanto estadounidenses como británicas (Super8 Filmaker, Movie Maker, Making Better Movies, entre otras cabeceras), de las que, con paciencia de años, llegué a completar (casi) sus colecciones, me propuse ahora hacer lo mismo con Cinemagic.
Recientemente, un vendedor de Nueva York me ofreció cinco ejemplares en perfecto estado por 60 dólares. Naturalmente, los compré. Para mi sorpresa, el paquete fue interceptado por la aduana española y, entre los honorarios de la agente, aranceles e IVA, ¡tuve que pagar algo más de 20 euros!
Encuentro lógico pagar aranceles por un artículo de lujo pero por revistas con cuarenta años, que no aportan mas que sabiduría, un sablazo de 20 euros por una compra de 60 dólares me parece intolerable.
Importar conocimientos no debería estar penado fiscalmente. Mala derrota lleva la nación por este rumbo.
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