ROTULACIÓN DE LAS PELÍCULAS EN 35 MM

La diferencia de mi filmoteca, a la que denomino "Cinemateca de Galicia IB Cinema", con otras, es que no archivo ninguna obra de origen magnético o  informático, sino única y exclusivamente materiales fílmicos en 35 mm, 16 mm, 9.5 mm y Súper-8.
El ingente archivo en 35 mm, en muchos casos, lo conservo identifcado con pequeñas pegatinas, algunas escritas a mano, con el título sólo descifrable por mí. Pero, ¿qué pasa si Dios me lleva al otro mundo?

Probablemente, este archivo acabe donado a algún museo público, de forma que, para facilitar la labor de los archivistas, esta semana comencé a etiquetar cada caja, inspirándome en el trabajo de Juliana Kelly (en España, la única coleccionista de positivos cinematográficos que es mujer). 

En 35 mm, las películas vienen divididas en rollos de hasta unos 600 metros (15 o 20 minutos), de forma que un largometraje se suele componer, dependiendo de la duración,  de unas seis, siete u ocho partes o actos.

Para cada caja de todas las partes de un largometraje, la etiqueta indica el título de la película,  el número de bobina, el total de las mismas y hasta reproduce el cartel en miniatura,
El diseño corre a cargo de Nena. Imprimo las etiquetas en papel normal, que posteriormente plastifico con cinta adhesiva de poliéster y, finalmente, pego con cola blanca en cada caja. 
¡No manipulaba cola blanca desde niño en el Colegio Academia Galicia!, pero recordaba su olor, que no ha cambiado en todos estos años. 
Iré haciendo sólo dos largometrajes por semana. Por lo tanto, es una labor que llevará años. La muerte no es el final.