El deshielo en la isla mas grande del mundo, en lo que va de verano, ha sido tan masivo que el nivel de los océanos, en el universo mundo en su inmensa redondez, ha subido 0.11 milímetros.
El 31 de julio, en sólo en un día, se derritieron, en Groenlandia, ¡¡¡once mil millones de toneladas de hielo!!! Y, lejos de la opinión del máximo responsable de AGADIC --organismo oficial dependiente de la Consellería de Cultura gallega -- ("el calentamiento global no es un problema nuestro" -sic-), el cambio climático sí que nos afecta: cada centímetro que suba el nivel del mar, repercutirá en que la línea costera retroceda un metro. A corto plazo, ¡esto es gravísimo en ciudades como La Coruña!, con toda su zona centro, La Pescadería, ganada al mar.
El calentamiento del Ártico es, también, la causa del verano tan inestable padecido este 2019 en toda Galicia, con días de sol que en la costa coruñesa fue raro que se viviesen durante mas de tres jornadas seguidas. En un lapso breve, podría cambiar hasta la benefactora Corriente del Golfo, que dulcifica nuestros inviernos: sin sus aguas termo-reguladoras, La Coruña, en invierno, tendría un clima tan hostil como el de Nueva York.
Se denomina permafrost al suelo permanentemente helado que, en Groenlandia, cubre buena parte del territorio, con profundidades ¡de hasta más de un kilómetro! en ciertos puntos. La línea de permafrost no cesa de retroceder cada año: durante este siglo habrá desaparecido para siempre en muchas latitudes.
El problema es que el calentamiento del suelo libera metano de materias orgánicas en descomposición, congeladas desde tiempo inmemorial. El metano es treinta veces mas dañino, en términos de calentamiento global, que el dióxido de carbono: es la "bomba de efecto retardado"; si el permafrost desaparece, entraremos en una espiral de cambio climático imposible de detener.
LA SUPERVIVENCIA DE GROENLANDIA: VITAL PARA NUESTRA ESPECIE.
La razón de que en Groenlandia, y el Ártico en general, el calentamiento global sea mas rápido que en zonas meridionales, se debe al albedo, esto es, la cantidad de radiación solar que refleja o absorbe su superficie. El blanco de la nieve o el hielo ofrece un albedo elevado que rebota hacia el espacio alrededor del noventa por ciento del calor.
Como con la actividad humana, desde la Revolución Industrial, y muy especialmente desde los años cincuenta del pasado siglo, el calentamiento global incrementa las temperaturas de forma inexorable, ello origina que en el Ártico ( y también en la Antártida -aunque no en la misma proporción--), exista menor superficie blanca de hielo y nieve: al absorber mas calor que antes, se produce una especie de retroalimentación que aumenta las extensiones derretidas.
El hecho cierto es que este 2019, en el Ártico, las superficies heladas se están destruyendo cuatro veces más rápido que en 2003.
Julio de 2019 ha sido el más cálido desde que existen registros, con 414 meses consecutivos de temperaturas por encima del promedio. La temperatura global fue superior en 1.2 grados Celsius respecto a los valores pre industriales (3 en el Ártico).
Si esta espiral no se detiene, y Groenlandia sigue derritiéndose --con el permafrost desapareciendo--, el calentamiento global cambiará las corrientes oceánicas y atmosféricas. Si el incremento global sobrepasa los dos grados, todos los indicios presagian que la Tierra iniciará un cambio climático letalmente imprevisible que volvería imposible la vida tal y como la conocemos.
Hay políticos y altos cargos gubernamentales que, por ignorancia, desidia o "favores" (para labrarse un futuro con las "puertas giratorias"), son lo suficientemente insensatos para negar que el calentamiento global originado por la actividad humana está alterando de manera artificial los equilibrios climáticos que permiten buena parte de la vida en la Tierra, incluyendo la de nuestra especie.
Convendría advertir a esos pigmeos intelectuales que si el sistema natural de la Creación se desequilibra, el colapso planetario será inevitable. Si no se toman medidas mundiales, lideradas por la Unión Europea y Estados Unidos, el mundo puede caer en una fase de retroalimentación de calor que aboque al planeta azul a un vórtice de autodestrucción que lo transforme en una especie de averno que haría que Venus, con sus 400 grados, pareciese el Paraíso.
El punto de no retorno se encuentra en un aumento (global) de dos grados. Superada dicha barrera, en la Tierra, como ya antes ocurriese en Venus, se desencadenaría un efecto dominó climático.
SPITSBERGEN, EL GUARDIÁN DEL ÁRTICO (teaser de pre producción) from IB CINEMA Motion Picture Films on Vimeo.
TRAS "SPITSBERGEN, EL GUARDIÁN DEL ÁRTICO" LLEGA "ODISEA EN GROENLANDIA".
El segundo largometraje de la serie Stop Calentamiento Global se rueda, también, con toda la gama de películas cinematográficas Kodak (si bien, en esta ocasión, determinadas secuencias se filmarán, por última vez, con dos emulsiones Fujifilm, la Provia 100 y la Velvia, las cuales, aunque seguirán en el mercado de las diapositivas, no se venderán nunca mas para cine).
El sistema de trabajo será el mismo que aparece descrito en "Spitsbergen, making... in progress" (enlace en la pantalla inferior), pero, en esta ocasión, incorporando a la marca Leitz, y con una novedad en cuanto al revelado de pruebas a bordo (imprescindible, a fin de comprobar que las cámaras siguen funcionando sin incidencias): en lugar de realizarlo ¡con cerveza!, se llevará a cabo con ingredientes especialmente suministrados por Tetenal (la firma alemana, creada a mediados del siglo XIX, es mas antigua que la propia Kodak) que disolveré en el agua obtenida tras calentar un fragmento de un glaciar ¡¡¡con un millón de años!!!
SPITSBERGEN: MAKING... IN PROGRESS! from IB CINEMA Motion Picture Films on Vimeo.
EL DOCUMENTAL DEL CAMBIO CLIMÁTICO QUE MARCÓ AL PRESIDENTE TRUMP.
La preparación del rodaje de "Odisea en Groenlandia" implica la lectura de libros y la visión de documentales alegóricos. Uno de ellos, premiado con un Óscar en 1959, probablemente fue visionado en su infancia por el Presidente Trump y le marcó de por vida. La tesis es que, gracias al ingenio humano, se podrá cambiar a voluntad el clima de la Tierra, pudiendo sacar provecho de zonas ahora inhóspitas como Groenlandia. El documental hay que entenderlo en el contexto de la época, cuando se creía que los recursos del planeta eran inagotables y no había la menor preocupación medioambiental. Lo malo es que el Presidente Trump se quedó anclado en aquellos tiempos y Groenlandia es para él, según parece, una oportunidad de hacer negocio. Cuando se retire, Trump, ya sabemos adonde puede ir: a dirigir AGADIC..., dada la sintonía con su actual preboste.
Por cierto, el positivo de este documental, en IB Technicolor, presenta unos colores inigualables ¡¡¡sesenta años después!!!, pese a que trotó durante años por colegios norteamericanos.
