Como cada primavera, llega el turno de vaciar la nevera con emulsiones añejas, aprovechando que Ricardo Pacuscci, de Roma, es capaz de obtener resultados alucinantemente sorprendentes con estas emulsiones que cualquier químico daría por perdidas.
Ayer domingo, le tocó el turno a una Fujichrome R25 prepistada caducada en 1991.
Estuve dudando si filmarla con la Fuji P2 Iscorama o con la Fuji P2 de granangular extremo. Al final, elegí esta última para comprobar una mejora que le hice en el complemento granangular: en filmaciones previas con este modelo, con sol, observé ciertas oscilación en el diafragma; tras observar la cámara, creo que la causa está en que los rayos solares, al incidir en el barrilete del complemento granangular, se reflejan hacia el fotómetro modificando su lectura.
Revestí el Voigtlander de negro. Veremos si mi conjetura es cierta y el invento funciona.
Dado lo añejo del material sensible, lo sobre-expuse dos diafragmas por el pedestre método de tapar por la mitad el ojo del fotómetro.
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