jueves, 28 de diciembre de 2023

FRENTE A LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL DIGITAL, ARTESANÍA HUMANA FÍLMICA, EN "PERFECTA LOCURA ANTÁRTICA"

 

ZC1000 bajo cero

UN PROYECTO CINEMATOGRÁFICO QUE DESAFÍA LOS LÍMITES

En un mundo saturado de grabaciones digitales e imágenes hiperrealistas generadas por inteligencia artificial, surge un proyecto cinematográfico que desafía lo convencional. "Perfecta Locura Antártica" no es solo una película, es un desafío casi imposible de llevar a cabo.

En un medio donde la perfección se logra fácilmente con la ayuda de la tecnología, este proyecto se sumerge en el arte auténtico y en la esencia misma del cine. Aquí, cada toma cuenta, cada detalle importa, y el conocimiento profundo de las distintas facetas del oficio cinematográfico es esencial.

Imagine una película donde nada se puede ver hasta después del regreso del cineísta a España, tras el revelado del metraje ¡dos meses después! La incertidumbre y la emoción se entrelazan en cada fotograma, creando una experiencia única que desafía las normas establecidas.

"Perfecta Locura Antártica" no es solo una película, es una odisea cinematográfica donde la artesanía y la maestría se encuentran con lo impredecible. ¡Prepárase para sumergirse en un proyecto cinematográfico que desafía los límites de lo posible!


Cartuchos de Súper-8 antes de ser pasada la película hasta el final como operación previa para su traspaso a cargas de 90 segundos en single-8 (fotograma Kodak Vision 200)

Por otra parte, una grabación en digital, en un ambiente tan despiadado como el mismísimo Polo Sur Magnético o los Valles Secos de Taylor, no conseguiría trasmitir el padecimiento en el continente helado pues, a diferencia de lo que ocurre con una cámara con película de cine, se podría llevar a cabo con equipos livianos controlados remotamente, sin necesidad de la presencia permanente del camarógrafo bajo el ventimperio.

En cine, un timelapse (filmación fotograma a fotograma), aunque lleve horas, necesita de la presencia constante del camarógrafo, en este caso, proa a un mar de hielo.

Pero sólo la película de cine, una emulsión  sensible a la luz, garantiza la autenticidad indeleble de lo filmado. Sólo el Súper-8, y mas concretamente, en este caso, el Single-8, garantiza una realización artesana con un aspecto orgánico que vuelve la visión de "Perfecta Locura Antártica" una experiencia auténtica con imágenes que evocan la nostalgia de la era heroica de la expediciones antártica con sus obligadas limitaciones: si Shackleton o Scott estaban condicionados por la falta de comida, Ignacio Benedeti lo estuvo por el suministro de película, necesariamente limitado, por volumen y peso.

Antes de que Ignacio parta para las antípodas,  Álex y él preparan todo el material sensible


RECUPERANDO UNA ARTESANÍA QUE SE DESVANECE: LO IMPOSIBLE, SUPERADO. 
El proyecto fue una lucha constante contra lo imposible. Como Fujifilm, promotora de los cartuchos de película de Single-8, introducidos en 1965, no los comercializa desde 2013, fue necesario recargar en cuarto oscuro cartuchos vacíos con película procedente de otros en Súper-8, que había previamente fue necesario pasar hasta el final, o bien de 16 mm con perforación tipo S, que hubo que cortar longitudinalmente e introducir en cuarto oscuro de diez en diez metros en cada cartuchos de single-8, en una artesanía de creación fílmica que "Perfecta Locura Antártica" documenta antes de que se desvanezca. El objetivo: poder rodar con la ZC1000, cámara que en 2024 celebra su medio siglo.
Haciendo la perforación en cada carga de 90 segundas (filmado con Kodak Vision 200)

 
Todo fueron dificultades:  
1) trasladar la película de Galicia hasta Invercargill, en Nueva Zelandia, y traerla de regreso desde Argentina, evitando los nuevos escáneres CT (tomografía computarizada) que velan la película con sólo un pase;
2) filmar con enfoque y diafragmado íntegramente manual con doble guante térmico, en un ambiente hostil;
3) solventar con éxito el haber sido requisadas las pilas para baja temperatura por las autoridades de Nueva Zelandia; 
4) filmar el cuarenta por ciento del limitado metraje con película inversible (el terror para los directores de fotografía, pues sólo tolera errores de exposición de medio diafragma)
5) emplear una cámara de medio siglo cuyo diseñador, Shigeo Mizukawa, a punto de cumplir los cien años, no sólo fue siguiendo la epopeya,  sino que aconsejó sobre el uso de la cámara con temperaturas extremadamente bajas.
Ignacio con Shigeo Mizukawa, a quien fue a visitar a Japón hace unos años, para una entrevista publicada por International Movie Making, sostiene en sus manos los prototipos hechos entre 1971 y 1974, cuando la cámara entró finalmente en producción

NINGUNA OTRA PERSONA LO PUEDE HACER.
Nadie en el mundo, en su inmensa e inabarcable redondez -que diría doña Emilia Pardo-Bazán-, salvo Ignacio Benedeti, sería capaz de acometer tal reto artístico y técnico, de forma solitaria sin mas equipo que él mismo, en una aventura de artesanía fílmica insólita en esta era digital donde prima la captura fácil, sin mérito artístico ni respeto por la herencia fílmica, aplicando en el rodaje unos conocimientos y soluciones técnicas que podrían caer pronto en el olvido.  
Muestra de como se trapasa película de Súper-8 a Single-8, filmada con Kodak Vision 200 (esta operación se hace en realidad en cuarto oscuro, con gafas de visión nocturna)

Ignacio ya había demostrado su capacidad para llevar a buen término un proyecto así con la experiencia demostrada de "Spitsbergen, o Gardián do Ártico" (rodada en Súper-8, estrenada en cines en 16 mm, emitida por televisión y premiada internacionalmente, con la que tuvo ocasión de probar para Kodak la entonces nueva Ektachrome 7294 de preproducción) y "Odisea en Groenlandia" (en postproducción). 
Revelado artesanal filmado a efecto de muestra con Kodak Vision 200 (en realidad, se hace con cuarto oscuro)

 
Y es que Ignacio, compaginando ¡a los 64 años! su labor como director, camarógrafo, guionista, locutor, administrativo y ¡hasta mozo de carga!, hace suya la máxima del Dr. Edwin H. Land, fundador de Polaroid: "no hagas nada que otra persona pueda hacer. No emprendas un proyecto a menos que sea manifiestamente importante y casi imposible", sin olvidar el lema familiar de Shackleton "fortitudine vincimus" (resistiendo venceremos).

Esta entrada es un complemento de la publicación original, que se puede leer pulsando en el siguiente enlace en azul: Perfecta Locura Antártica: un proyecto (casi) imposible
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