domingo, 27 de mayo de 2018

SPITZBERGEN: EL GUARDIÁN DEL ÁRTICO. En Súper-8 4K de Kodak. Cuaderno de bitácora número 2.

MAMÁS ARMADAS POR IMPERATIVO LEGAL
¿Un lugar, en Europa, donde no existen elecciones, no se pagan impuestos y es obligatorio que las mujeres con bebés vayan armadas fuera de la "capital"? ¿Un territorio regido por mano de hierro por la ex alcaidesa de la cárcel de Oslo, antiguo campo de concentración nazi? ¿Existe un sitio así en Europa? 


Sí, amigo lector: es el archipiélago que los noruegos denominan Svalbard, aunque en buena parte del resto del mundo lo conocen todavía con el nombre de Spitzbergen o Spitsbergen (nombre que mantiene el gobierno de Harald V sólo para la isla principal). 
Fuera del perímetro de seguridad de la capital, como veremos,  es obligatorio que todo el mundo vaya armado para protegerse de los osos,  medida que aconsejan a las madres con bebés  incluso dentro del perímetro si se acercan a sus límites (aunque los niños pequeños son escasos, como veremos, pues en Svalbard nacer se encuentra prohibido).
Me ví en la obligación de recorrer estos confines cercanos al Polo Norte, los primeros diez de mayo, para probar en condiciones extremas el correcto funcionamiento de todo el portafolio cinematográfico de Kodak en cartucho de Súper-8 ahora que, con la posibilidad de su digitalización a 4K, o superior,  este paso, inventado por la multinacional de Rochester en 1965 para el cliente doméstico, se ha movido de lleno en el terreno profesional y de la enseñanza. 
El estudio fundamental, para Kodak, es el metraje de preproducción de la totalmente nueva Ektachrome 100D 7294, la primera película inversible de color formulada con tecnología del siglo XXI, cuya producción y distribución a escala planetaria se prevé para este otoño.
Paralelamente a la prueba del material Kodak, rodé, en Súper-8 4K, un documental sobre el cambio climático que lentamente va afectando a este termómetro de la salud del planeta que es este archipiélago, con daños que ya son visibles, y que iremos narrando en esta bitácora. 
La visión, cercana, de una mamá oso, con cara intranquila, exhausta y hambrienta, con su cría de un año, de mirada despreocupada en su inconsciencia juvenil, me impuso el deber de que tengo que aportar mi grano de arena para evitar el cambio climático. 
De entre todas las fotografías y diapositivas que tomamos, la que, en mi opinión, resume mejor el estado de ánimo de mamá oso (olisqueando en busca de comida) y su cría es la disparada por el amigo expedicionario sueco Per Andersson:
ASÍ EVITÉ LOS RAYOS X EN LOS AEROPUERTOS
El día 1 de mayo, a las cinco de la mañana, salí de casa hacia el aeropuerto de mi ciudad con dos maletas: una de ellas gigantesca, con un peso de 28 kilos, en la que, además de accesorios cinematográficos varios, llevaba la ropa ártica que necesitaba para sobrevivir a -20 C; el problema no era tanto el peso de esta maleta, como el contenido del equipaje de mano: totalmente repleto con el portafolio de película Kodak, material fotosensible que es dañado por los Rayos Röntgen (X para el vulgo).
Las nuevas máquinas instaladas en la mayoría de los aeropuertos europeos trabajan con dosis mas bajas que antaño pero, desafortunadamente, el efecto de los Rayos X es acumulativo y, entre la ida y la vuelta, uno tendría que atravesar por seis controles; cuantos mas lograse evitar, mejor. 
Además, cuando los operarios de la máquina no identifican de forma clara que es lo que están viendo, detienen la cinta transportadora, bombardeando de forma inmisericorde el contenido. 
Mi objetivo, para cada aeropuerto, era llegar pronto, y solicitar de forma amable a los empleados de seguridad la inspección visual de las películas por la Guardia Civil (en España) o por la policía aduanera (en Noruega). 
Siguiendo el consejo que me dieron desde Rochester, metí cada rollo de quince metros en grupos de diez en bolsitas de plástico transparente, con etiquetas a mayores con el logotipo de Kodak previniendo sobre la imposibilidad de exposición a los Rayos X. Adicionalmente, llevaba una nota explicativa del Ministerio de Cultura y la comunicación oficial de inicio de rodaje de "Svalbard: el guardián del Ártico", para IB Cinema.
PREPARATIVOS DE LA EXPEDICIÓN.
Desde que acepté este reto, en enero o febrero, una persona sedentaria como quien escribe se tuvo desde que poner en forma (haciendo pesas y caminatas bajo la lluvia), amén de preparar, de forma solitaria, todo el equipamiento necesario, incluso el no técnico: por debajo del traje térmico con el que aparezco en muchas fotografías, tenía que llevar tres capas de ropa especial o, por ejemplo, calzado específico. Estos preparativos, si alguien no los leyó, los fuí narrando durante doce semanas. En el siguiente enlace se encuentra el último de ellos, que remite a todos los demás: https://mimundoensuper-8.blogspot.com.es/2018/04/filmando-mas-de-20-grados-bajo-cero.html
Igualmente, por impertativos de la prueba, no pude llevar la cámara que habitualmente uso, la Fujica ZC1000, para cartuchos de Single-8, sino modelos Bauer y Eumig propiamente de Súper-8. 
AEROPUERTO CORUÑÉS: PRIMERA PRUEBA DE RAYOS X SUPERADA SIN REVISIÓN.
Quienes siguieron las doce entregas previas a la expedición saben que mi principal preocupación era ingeniármelas para conseguir pasar la película virgen de Kodak, fotosensible -reiteramos-, con mera inspección visual, sin los obligatoria, pero dañina, revisión con las máquinas de Rayos Röntgen que, por culpa del terrorismo internacional, se encuentran instaladas en todas los terminales aéreas comerciales. 

Fui el primer pasajero en llegar al aeropuerto de mi ciudad. Cuando explique la situación al empleado de seguridad y vio las bolsas con película Kodak, aunque era desconocedor de lo que significaba "material sensible", solícitamente accedió a dar aviso a la Guardia Civil. El agente responsable, muy amablemente, no tuvo inconveniente en pedirme que sacase todas las bolsitas, de forma que sólo la maleta de mano, vacía, atravesó la máquina. 
El agente escuchó mi explicación, leyó los certificados y me pidió permiso para abrir dos envases, a lo que accedí: como la película va en cartuchos, no se vela. 
Tras un breve interrogatorio, le enseñé mi carnet de numerario de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España: lo miró atentamente ¡y me dejó pasar sin control de Rayos X! 
Fue mas efectivo este carnet que los certificados de Kodak o la comunicación de "inicio de rodaje" del Ministerio de Cultura. Ello es prueba de que la Academia nacional goza de un prestigio del que carecen las redundantes instituciones similares regionales que, en mi opinión, deberían integrarse bajo el amparo de la nacional. También ayudó, supongo, que uno fuese el único español ¡¡¡vestido como un noruego!!!
La experiencia menos grata en el aeropuerto local de Alvedro fueron los 60 € que me cobraron los de Vueling por exceso de peso.
AEROPUERTO DE BARCELONA: PROFESIONALIDAD MÁXIMA.
La inspección visual, sin Rayos X, corrió a cargo de una jovencísima guardia civil, a quien me derivó la chica de seguridad: ambas, que reconocieron a primera vista, sin explicaciones, la película Kodak eran conocedoras de la naturaleza del material fotosensible.
Otra chica de seguridad pidió ver dos veces las cámaras de cine por el aparato de Rayos X, y, finalmente, solicitó su inspección visual; me enseñó la imagen del monitor, y no me extraña que le pareciese sospechosa:  ¡con tanto engranaje metálico y cables parecían armas de destrucción masiva! Nada tienen que ver, las Súper-8 de gama profesional, como la Bauer A512, con la visión que los de seguridad están acostumbrados a ver de las cámaras digitales
Lo único malo, en Barcelona, fue verme obligado a cambiar de terminal,  tan cargado como iba, y en un día "gallego", gris y lluvioso, para tomar el siguiente vuelo con la aerolínea Norwegian
La azafata del mostrador fue, sin embargo,  muy amable pues, con una triquiñuela legal que aplicó, evitó cobrarme por el exceso de peso. ¡Parece mentira que una línea aérea extranjera me trate mejor, siendo español, que una nacional!
UN VUELO MUY LARGO
El vuelo a Oslo, de casi cuatro horas,  salió con casi dos de retraso, por falta de tripulación, lo cual me impidió llegar a una visita rápida que tenía programada en la antigua Cristianía, topónimo de la capital noruega entre 1624 y 1924. 
La visita cancelada era a Grünerlokka, actualmente el barrio de moda en Oslo, dominado por edificios bajos cuidadosamente restaurados, con un cierto toque decadente. 
Noruega no se arrepiente de su pasado y su Constitución asevera: 
 "Los valores básicos de nuestra nación deberán ser nuestra herencia cristiana"
Mantienen, los noruegos, una medida muy inteligente para frenar la inmigración musulmana radical: Arabia Saudí no puede financiar la construcción de mezquitas en el país, como está haciendo en el resto de Europa, mientras ellos no permitan la construcción de iglesias Cristianas. 
Al ser el Cristianismo (luterano) la religión oficial, los ministros religiosos son una especie de funcionarios. Hasta el 2012, el jefe de la Iglesia Noruega era el rey. En la actualidad, es el Sínodo Eclesiástico Nacional, que nombra a los obispos.
Si bien, como ocurre en el resto de Europa, también en Noruega la asistencia a Misa ha disminuido, más del noventa por ciento de la población se despide de este mundo con un funeral en su iglesia. 
El vuelo hasta Oslo necesitó de tres horas y media. En el entretenimiento de a bordo, me llamó la atención que los dibujos animados que se veían por los monitores eran cortometrajes clásicos cuyos derechos de propiedad, por olvido u otras razones que no viene al caso explicar, no fueron renovados por Warner Bros o MGM. 
Una singularidad, en los aviones de Norwegian, es que para los consumiciones de a bordo, aunque se trate de un simple café, no aceptan dinero metálico: hay que pagar con tarjeta de crédito.
Otra particularidad, en esta aerolínea, es que las colas de sus aviones llevan la efigie de escritores famosos, incluyendo el de la gallega Rosalía de Castro.
NORUEGA Y EL ESPACIO SCHENGEN. 
Noruega no forma parte de la Unión Europea pero sí que es uno de los países miembros del "acuerdo de Schengen", que suprime las fronteras interiores entre las naciones europeas firmantes. Sin embargo, la realidad es que para entrar en su territorio nacional la documentación de cada viajero es cuidadosamente escrutada e, incluso, escaneada.
MAS PESADO QUE UNA ELEFANTA PREÑADA
Este es el texto, en inglés, de la simpática etiqueta que puso el personal de Norwegian en mi equipaje facturado. Los 28 kilos se debían principalmente a la ropa y calzado polar, pues los rollos cinematográficos y dos de las tres cámaras iban en el equipaje de mano (cuyo peso, por cierto, también excedía el máximo que se puede llevar en cabina).

PRISIONEROS DEL ESTADO Y LOS BANQUEROS.
Nada mas encender mi teléfono móvil, recibí dos SMS: uno de la embajada española, comunicándome su número y dirección, por si tenía algún problema. El otro, ¡¡¡de Caixabank!!!, recordándome que en Noruega también podía hacer uso de su tarjeta de crédito. 
Se agradecen ambos detalles pero es una prueba de como, a través de los teléfonos móviles, estamos encadenados peor que esclavos, con todos nuestros movimientos controlados por esos enemigos de la libertad individual que son el Estado, los bancos y las grandes corporaciones. ¡Menos mal que, en un par de días, podría librarme del control del Gran Hermano!, dado que fuera de la "capital" de Svalbard no existe ni Internet ni hay cobertura de móvil (con la excepción de en dos pequeños asentamientos). 
Internet nos ha convertido a todos en una especie de "prisioneros", en una medida mucho peor a la vivida por Patrick McGoohan, todavía mas controlados que el inolvidable número 6 en La Villa, de la recordada serie de televisión "El prisionero"de mi infancia (emitida por la segunda cadena de TVE, por entonces denominada UHF)
Pasé la noche en un anodino hotel cercano al aeropuerto, el Scandic, al que me trasladé en taxi. Para pequeños gastos, como el del transporte, llevaba algo de moneda nacional cambiada. No me hizo falta: el taxista, pese a que el recorrido era pequeño, ¡¡¡sólo aceptaba pagos con tarjeta de crédito!!! Menos mal que es un país escandinavo: en cualquier otra parte, no habría quedado tranquilo pagando con tarjeta en un taxi.
El vehículo de taxi ¡era eléctrico! pues, según el taxista, Oslo se ha convertido en la primera capital del mundo en coches eléctricos, debido a los incentivos que las administraciones ofrecen a los usuarios que se pasen a vehículos "en teoría" no contaminantes. "Otros países invierten en campañas de sensibilización pero en Noruega basta echar cuentas para saber que un coche eléctrico es una buena inversión", me aseguró el taxista. "Gracias a las exenciones fiscales, un coche eléctrico termina costando algo menos que uno con motor de explosión". Esta es la explicación de por qué en Noruega hay el triple de vehículos eléctricos que en Alemania cuando en el país teutón la población es quince veces superior. 
En Oslo, el carril bus no sólo es también para los taxis, sino para los vehículos eléctricos. Parece ser que, en Noruega, en 2030 el noventa y cinco por ciento de los automóviles tendrán que ser eléctricos. Y seguro que lo logran pues, en este país, los políticos se imponen disciplinas muy estrictas, tal y como han demostrado varias décadas con el fondo del petróleo, utilizado para invertir en el extranjero los beneficios de la venta del crudo, gracias a lo cual Noruega se ha convertido en uno de los países mas ricos y estables de Europa (no les vendría mal, a los dirigentes "chavistas" venezolanos, pasarse unos meses en Noruega, aprendiendo de como se puede gestionar el petróleo en beneficio de la nación).
Debido al retraso en el vuelo, esa noche no tuve tiempo mas que para cenar una deliciosa especialidad noruega,  salmón, en el restaurante del hotel.
Para reducir peso, a la hora de la vuelta, en este viaje llevé ropa interior vieja, con el fin de ir tirándola a la basura tras su uso. 
UN AMIGO EN EL AEROPUERTO DE OSLO: MATTS ABELLI.
Soy administrador de un grupo de  Facebook, Super 8mm     ( https://www.facebook.com/groups/27648968851/ ), que frisa la friolera de ¡¡¡cuatro mil miembros!!! repartidos por todo el mundo civilizado. Uno de ellos, Matts Abelli, leyó mi entrada de esa noche y se puso en contacto conmigo a través de Messenger: como trabaja en el departamento de seguridad del aeropuerto de Oslo, se ofreció a ayudarme al día siguiente con el tema de los Rayos X.
Matts Abelli es uno de los, al menos,  cien mil suecos que trabajan en Noruega, debido a la letal crisis económica que, desde 2007, como en España, asola Suecia, y que Noruega consiguió evitar en buena parte gracias a sus inmensas reservas de un petróleo que, aunque costoso de extraer, es de altísima calidad. 
Hay tal la cantidad de suecos en Noruega que, como descubriría a los dos días, incluso el cocinero y los marineros del rompehielos Malmö eran de esa nacionalidad. Toda una paradoja pues Noruega era, hasta 1905, una parte de Suecia. 
Como me hizo notar mi amigo César Ballesteros, el diseñador del deslizador cinematográfico CBD, que vive desde hace años en Noruega con una nativa, los noruegos disfrutan sintiendo una especie de sensación de superioridad cuando emplean ciudadanos de la antigua metrópoli. Hay, incluso, un refrán popular: "todo noruego sueña con tener un Volvo de gama alta, con chófer sueco. Algunos lo consiguen, pero una mayoría ha de conformarse con el coche". 
(Nota: Volvo es una marca sueca).
Matts Abelli es miembro del grupo Super 8mm no tanto como cineísta, sino como coleccionista de películas, no sólo en Súper-8, sino también en 16 mm y 35 mm. A este respecto, me comentó que surgen muy buenas oportunidades, en Suecia, para conseguir películas en 35 mm en versión original con subtítulos en sueco. Por tal motivo, construyó una sala de cine, con cabina de proyección separada, en su propia casa. Matts, aunque trabaja en Oslo, ¡¡¡regresa cada día a su casa en Suecia!!!
RAYOS X EN EL AEROPUERTO DE OSLO.
Llegué al aeropuerto a las seis de la mañana, antes que Matts. Y menos mal que así hice pues el aeropuerto de Oslo es toda una odisea: no hay personal de facturación, trámite que debe realizarse por el viajero en los ordenadores del vestíbulo, con las instrucciones exclusivamente en noruego o inglés. 
Un extranjero que no sepa inglés, o incluso un noruego no habituado al uso de la informática, lo tiene difícil en este aeropuerto. 
Como facturé el equipaje antes de la llegada de Matts, ¡me obligaron incluso a facturar el equipaje de mano con las películas!, pues, por el tema del peso, me dijeron que no podían ir en cabina. "Aquí, somos muy estrictos", me dijo la oficial en inglés, ante mis ruegos de que no había tenido problemas ni en mi ciudad ni en Barcelona.
Posteriormente, llegó Matts, quien me tranquilizó diciendo que las nuevas máquinas de Rayos X instaladas en Oslo emiten dosis de radiación inferiores a otras mas antiguas. Estuve charlando con Matts un buen rato y, gracias a él, pude "saltarme" las inmensas colas que en el aeropuerto de Oslo hay para entrar en las zonas de embarque. ¡Gracias, querido Matts!
SVALBARD: DOS DÍAS PARA LLEGAR (AL MENOS).
El vuelo único a la "capital" de Svalbard, Longyearbyen, parte de Oslo diariamente a las 08:55. Esto significa que, excepto para los noruegos y algunos suecos, el resto de los europeos ¡necesitemos, como mínimo, dos días para llegar al archipiélago helado!
No sólo es necesario hacer noche en Oslo sino que, también, es conveniente llegar a Longyearbyen con un día de antelación dado que, siendo el aeropuerto comercial mas septentrional del mundo (ubicado a 78 grados de latitud), salvo en verano, no es nada inhabitual que, por meteorología adversa, el vuelo se retrase o se cancele. 
Una de las cosas que mas me llamó la atención en este avión es que la inmensa mayoría de los pasajeros eran superhombres, muy fuertes; muchos de ellos, de aspecto eslavo, probablemente serían mineros en el asentamiento de Barentsburg. Me sentía transportado a otro planeta. 
Fue un trayecto de algo mas de tres horas, en el que el comandante de la aeronave tuve el detalle de anunciar, en noruego, ruso e inglés, cuando nos adentramos en el Círculo Polar Ártico.
En los aviones de Norwegian tanto los folletos como los vídeos indicando las medidas de seguridad no han sucumbido a la moda de la multiculturalidad: los dibujos son de una familia de ojos azules, rubios y de piel blanca como la nieve (la realidad es que muchas noruegas, sin embargo, tienen el pelo obscuro y son "rubias de bote"),
Aunque no me tocó ventanilla, me las ingenié para, con mi móvil Kodak Ektra, disparar algunas tomas de las maniobras de aproximación a Longyearbyen. 
Texto y fotografías: DERECHOS RESERVADOS. Prohibida su reproducción. 
No se pierda, amable lector, la primera entrada de esta bitácora: https://mimundoensuper-8.blogspot.com.es/2018/05/spitzbergen-el-guardian-del-artico-en.html

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