martes, 16 de diciembre de 2025

16 MM: SEGMENTOS DE REEMPLAZO… COMO EN LOS VIEJOS TIEMPOS

Cuando en los años noventa me establecí como distribuidor en 16 mm, una de las películas más solicitadas de mi catálogo para España era "El hombre de nieve", de Jimmy Murakami (a quien tuve la fortuna de conocer personalmente en Hiroshima). Era un título muy demandado en centros educativos, y precisamente por ese uso intensivo, no era raro que los dos positivos regresaran con los primeros metros dañados: arranques bruscos, proyectores mal ajustados, descuidos inevitables.

En aquellos años, sin embargo, el problema tenía solución. El laboratorio inglés Rank, con el que trabajaba entonces, ofrecía un servicio hoy casi olvidado: el tiraje de segmentos de reemplazo de 50, 100 o 200 pies (15, 30 o 60 metros). No era necesario destruir una copia entera por unos metros estropeados; bastaba con sustituir el tramo afectado y la película volvía a la circulación como si nada hubiera ocurrido.

Ese servicio de Rank desapareció a finales del siglo pasado, cuando la debacle del mercado non theatrical arrasó con buena parte de la infraestructura fotoquímica. Durante años, esa posibilidad quedó en el recuerdo, hasta que, hace aproximadamente ocho años, el laboratorio transalpino Onda Energy decidió recuperar esta práctica con notable éxito. Hoy, no por casualidad, se ha convertido en uno de los principales clientes de Kodak en stock de copiado de 16 mm.

Mis propias películas rodadas en Súper-8, como bien saben los lectores de esta bitácora, solo acepto que se proyecten en festivales con película, en fotoquímico, normalmente hinchadas a 16 mm. Recientemente fue el caso de "Elegía al Plumacho". Pero como la dura realidad siempre pone a prueba los principios, a principios de noviembre, durante una proyección con esa birria que es el Elmo AL para un par de amigos, una sección del positivo resultó dañada.

Pero esta vez, como en los viejos tiempos, no fue necesario encargar una copia en 16 mm completa. Bastaron 15 metros (50 pies) de reemplazo, que hoy mismo me llegaron y que ya he sustituido sin mayores complicaciones. La película vuelve a estar íntegra, lista para seguir su camino. El ser cineísta, o sea, un creador en fílmico, implica conocer estos recursos.

¡Gracias, Marco!
Gracias, Onda Energy.

Conservar cine en película no consiste solo en rodar y proyectar: también es saber reparar, sustituir y dar continuidad, como siempre se hizo, como nunca debió dejar de hacerse.

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