martes, 11 de noviembre de 2025

SE POSPONE LA IX EDICIÓN DEL SELLIER FILM FESTIVAL

Por causas de fuerza mayor, derivadas del agravamiento de la enfermedad de un familiar muy cercano de su director, así como de un accidente sufrido por su principal colaborador, Javier Suárez, la organización del Sellier Film Festival se ve obligada a posponer la celebración de su IX edición, prevista inicialmente para diciembre de 2025.

El festival no se anula, sino que se aplaza, con la intención de llevar a cabo dos ediciones en el año 2026, de forma excepcional: la correspondiente a 2025 (ya completamente programada) y la habitual de diciembre.

Desde la dirección del festival, que llevamos meses trabajando en la IX edición,  pedimos disculpas por esta situación imprevista y agradecemos de corazón el apoyo constante de amigos, colaboradores y público, que hacen posible mantener vivo este proyecto independiente, dedicado en cuerpo y alma al cine en película, sin concesiones.

Reiteramos nuestra petición de disculpas ante cualquier molestia. 

La organización del Sellier Film Festival





domingo, 9 de noviembre de 2025

EYE SIGHT +2 ADJUSTMENT LENS FOR THE ZC1000N

Since the late 1970s, my Fujica ZC1000N has been my faithful companion, steadfast and precise , through every stage of my life, both personal and professional. Few machines have shared so much of my time, my travels, and my light as this magnificent camera, a masterpiece of Japanese engineering that continues to operate today as if it had just left the factory floor.

Back in the mid-1980s, when Fujifilm Spain stopped selling ZC1000 accessories, I was lucky enough to purchase the entire range — at a very reasonable price. I confess that some of those accessories went straight into storage; I bought them not for immediate use, but because I somehow knew that, one day, they would prove indispensable.

Well, that day arrived… forty years later.

One of those forgotten treasures was the extra eyesight adjustment lens, designed to fine-tune the camera’s diopter range.
The standard viewfinder on the ZC1000N already offers built-in diopter adjustment from –4 to +2, which had always been perfectly adequate for me... until recently.

A routine visit to the ophthalmologist, however, revealed a small but crucial change in my eyesight. Normally, that would have meant trouble: with most motion-picture cameras, such variations are a headache (literally). But not with the ZC1000N.

I simply took the small threaded adapter marked “+2 Diopter”, screwed it gently onto the eyepiece… and voilà! Through the viewfinder, I can now see as clearly as I did when I was 18.

The focus snaps instantly, the grain is razor-sharp, and the frame lines glow with that perfect precision that only an optical reflex system can deliver.


Once again, Fujica proves what I’ve always said: the ZC1000N was built not only to last, but to grow old gracefully with its owner — adapting, decade after decade, to every change life brings.

In a world obsessed with obsolescence, this camera, designed by my friend the great Shigeo Mizukawa,  remains timeless… and, thanks to that little diopter lens, so do I.



jueves, 6 de noviembre de 2025

EL SÚPER-8 ES PURA MAGIA: La emoción insustituible de proyectar el original que “vivió” el rodaje

Hay momentos en los que uno recuerda por qué sigue haciendo cine en película cuando lo fácil, lo rápido, lo “modelno” para los politicastros, sería hacerlo en digital. Sin embargo, ninguna tecnología del mundo puede igualar la emoción profunda, íntima y casi sagrada de proyectar un original inversible de Súper-8 ante un público.

Volví a experimentar esa sensación mientras proyectaba, en un colegio, uno de las bobinas originales de Kodak Ektachrome 100, filmado durante el rodaje de “Spitsbergen, O Gardián do Ártico”. No era una copia, ni una digitalización, ni un archivo en un USB: era exactamente el mismo fragmento de película que estuvo allí, en el Ártico, respirando el mismo aire que yo respiré, congelándose en el hielo polar, vibrando dentro de la cámara al ritmo del motor, capturando la luz pura del norte, aquella que solo existe más allá del paralelo 78.

Cuando esa película pasa ante la ventanilla de proyección, algo ocurre. No solo se proyectan imágenes: se proyecta memoria, tiempo, verdadLos alumnos, sentados en silencio, observaban atentos mientras la luz atravesaba la emulsión que había viajado conmigo sobre el hielo, a bordo de un "Malmö" con 75 años, por los fiordos de Spitsbergen. Yo no veía solo un público: veía cómo los adolescentes entraban en comunión con esas imágenes que no pasan por pantallas, filtros, algoritmos ni compresiones. Es luz pura transformada en emoción.

Y entonces uno siente algo que ningún monitor, ni el mejor proyector digital 8K del mundo, podrá jamás reproducir: la certeza de que están viendo exactamente lo mismo que vio el autor al revelar la película por primera vez, sin intermediarios, sin reinterpretaciones, sin procesado, como un mensaje embotellado que llega intacto después de atravesar el tiempo y la distancia.

Porque cada fotograma de Súper-8 es único. No hay copia idéntica, no hay “CTRL+C, CTRL+V”. Ese original es un objeto físico que estuvo en el lugar, capturó la luz de ese instante irrepetible y ahora la comparte, de tú a tú, con quienes se sientan a oscuras frente a la pantalla.

Quizá por eso, cada vez que proyecto un original inversible ante jóvenes, tengo la sensación de estar entregando un pequeño tesoro. Algunos notan la textura, otros la calidez, otros el latido mecánico del proyector… pero todos perciben , aunque no sepan explicarlo,  que están ante algo auténtico, con alma.

Eso es lo que sigue haciendo del Súper-8 un milagro pequeño pero poderoso. Mientras exista alguien dispuesto a cargar una cámara, medir la luz, oír el zumbido del motor, oler el carrete al abrirlo y proyectarlo después ante otros, el cine seguirá siendo un acto humano, artesanal y trascendente.

Sí, amigos: el Súper-8 es pura magia. Y compartirla con la siguiente generación es la mayor recompensa.

sábado, 1 de noviembre de 2025

EL BRAZO DE SANTA TERESA DE JESÚS… APLICADO AL SÚPER-8. (O cómo evangelizar con fotogramas)

Este fin de semana, Dios mediante,  me dispongo a montar el cortometraje en Súper-8 “Los Statler y Waldorf de La Coruña”, pero no como Dios manda, sino como Santa Teresa de Jesús inspiraPorque esta vez, amigos, el ritmo del montaje será divino, literal y milimétrico.

Sí, han leído bien: cada plano será medido con un metro que reproduce la longitud exacta del brazo incorrupto de Santa Teresa de Jesús. Ni más, ni menos. El metraje de la mayor parte de los planos corresponderá a la longitud del santo brazo (o a sus múltiplos y submúltiplos, que para algo existe la matemática celestial).

La razón de semejante liturgia fílmica es que, durante el rodaje, decidí invocar la protección divina de Santa Teresa, y así resultó todo bien, cuando presagiaba que todo debería haber salido mal.

En la mesa de montaje, la medida del Brazo de Santa Teresa

Y cuando digo todo, es TODO:

1) La película usada empleada fue la Kodak EXR 50, una emulsión que jamás existió para Súper-8, a partir de restos de 35 mm (literalmente). 

2) Caducada hace 25 años;

3) Cortada y reperforada artesanalmente por el Miguel Ángel del Súper-8 ucraniano Viktor Supereightutilizando una máquina íntegramente diseñada y construida por él. Reperforar película virgen de Súper-8 con precisión y sin veladuras es una hazaña que falla hasta en fábricas, pero… ¡milagro!: salió perfecta.

Superado eso, el material virgen aún tenía que salir de una Ucrania en guerra y llegar hasta los confines de Europa, mi ciudad de La Coruña, en Galicia, el Finisterre del Súper-8.
Nueva ocasión para que el proyecto naufragara como la Armada Invencible.

Pero no: llegó en paz, sin aduanas diabólicas, sin daños por los rayos-X: ¡otro milagro!

Después vino la parte temeraria: cargarla en un único cartucho de Single-8 y revelarla aquí
—sin experiencia previa con este tipo de emulsión-, empleando una fórmula arcana que encontró Álex en un viejo libro norteamericano. De nuevo, lo improbable sucedió: todo salió bien.

Tras tantas circunstancias milagrosas, ¿cómo no voy a montar la película siguiendo una medida sagrada? Es lo mínimo.

La Kodak EXR50 cargada en la ZC1000

UN MONTAJE CON GRACIA (DIVINA). 

No puedo dedicar al montaje mucho tiempo por motivos familiares, así que tardaré unas dos semanas en concluirlo. Pero sospecho que el resultado hará reír incluso a los mismísimos Statler y Waldorf desde su palco celestial.

Y si alguien duda de los milagros, aquí está la prueba: una película imposible que no debía impresionar nada, funcionó. ¡¡¡Gracias, Santa Teresa!!! Prometo proyectarla con incienso si hace falta, para éxtasis de todos los espectadores.

Fotografía con película Kodak Plus


jueves, 30 de octubre de 2025

UNA “JUBILACIÓN” PARA EL FUMEO 9143… CON RESURRECCIÓN

Hay máquinas que, por su fiabilidad y nobleza, se ganan un lugar especial en nuestra historia personal. En mi caso, uno de esos compañeros en el viaje cinematográfico de mi vida ha sido el Fumeo 9143 HTI, un proyector de Súper-8 profesional concebido en su día para una misión alucinante… y casi increíble en la marca favorita del Vaticano.


NACIDO PARA SOBREVIVIR DONDE OTROS CAÍAN.

El Fumeo 9143 fue diseñado expresamente en la fábrica de Milán para una cadena de cines pornográficos de Estados Unidos que necesitaban proyectores de Súper-8 de gran potencia luminosa capaces de resistir sesiones maratonianas, día tras día, sin desfallecer.

Su competidor, el Beaulieu HTI 250, no soportaba el ritmo. Por ello, Fumeo desarrolló este 9143 con la entonces revolucionaria lámpara Osram HTI 250, ofreciendo una potencia lumínica extraordinaria para su tiempo en un tamaño mucho mas compacto que el descomunal Fumeo 9145 xenón 500 y mas económico para trabajar que el 9139 con la ultracara lámpara Marc 300.

Mi unidad -un prototipo muy inicial - llegó a mis manos y trabajó sin descanso durante décadas. Proyecciones en casas de cultura, festivales, exhibiciones al aire libre… nunca, jamás, me dio un disgusto. Pero incluso los héroes merecen descanso, la jubilación... ¿o quizá no?

Hace unas semanas decidí darle una jubilación digna. Pero atención: jubilación no significa retiro: ahora comienza su segunda vida.


LA MAGIA DEL FARERO: LA RESURRECCIÓN CON LED. 

Mi querido 9143 ha pasado a manos del mago de la luz, José Luissí, el farero— quien va a llevar o a cabo una conversión a LED bajo el sello de L&L Technologies.

Y la comparación habla por sí sola:

ProyectorIluminaciónLúmenes aprox.Ventajas
Fumeo 9143 HTIHTI 250~1300 lmAlta potencia, pero vida corta de lámpara y calor
Fumeo 9119 (convertido por L&L)LED~1300 lmMiles de horas, sin rectificador, sin ruido de ventilación

Como ya he tenido ocasión de comprobar con un par de proyectores Fumeo 9119 de Súper-8, la iluminación LED desarrollada por José Luis iguala la potencia de la HTI… pero con miles de horas de vida útil, sin rectificador, sin el ruido infernal del ventilador y sin el estrés térmico de las lámparas de descarga.



EL 9143 HA MUERTO… ¡PERO HA RENACIDO COMO 9147!

Estoy seguro de que, desde el cielo de los proyectores, el gran Angelo Bianchi (alma histórica de Fumeo) aprobará con una sonrisa esta metamorfosis. Porque una de sus mejores creaciones no desaparece: evoluciona. Y este Fumeo, que tanto dio a la luz durante su vida HTI, volverá a proyectar,  ahora con luz fría, silenciosa y para la eternidad.



domingo, 26 de octubre de 2025

¿EL MEJOR ZOOM PARA PROYECTORES DE 16 MM? EIKI f/1.3 30–70 mm

Aunque Mi Mundo en Súper-8 nació con la vocación de centrarse en el paso cinematográfico nacido de la mano de Kodak en 1965 --y     que, contra todo pronóstico, sigue mas vivo y actual que nunca en pleno siglo XXI --, con el paso de los años (y más de un millón de lecturas después) ha ido ampliando su mirada a otros anchos  cinematográficos. Por ello, hoy nos ocupamos de un objetivo de focal variable para proyectores de 16 mm que considero, sin exagerar, el mejor zoom jamás fabricado para este formato: el Eiki f/1.3 de 30–70 mm.


UN RANGO FOCAL TAN ÚTIL COMO VERSÁTIL.

La principal virtud de este objetivo es su rango de distancias focales: desde un gran angular de 30 mm, ideal para conseguir grandes pantallas a corta distancia, hasta 70 mm, perfecto para proyecciones lejanas donde otros zooms —como los habituales Isco o Kern con su extremo a 65 mm— se quedan cortos.
Este rango lo convierte en una pieza extremadamente flexible, adaptable a casi cualquier espacio de proyección.

LUMINOSIDAD CONSTANTE f/1.3 EN TODO EL RECORRIDO.

Otra cualidad sobresaliente es que este objetivo mantiene su luminosidad f/1.3 en toda la gama focal, algo poco habitual incluso en objetivos de gama alta. En otros zooms, la apertura efectiva disminuye al extender la focal, pero el Eiki conserva su potencia lumínica, garantizando una proyección brillante y uniforme.


DEFINICIÓN Y CONTRASTE DE PRIMERA DIVISIÓN. 

La nitidez y el contraste del Eiki 30–70 mm son realmente notables. En mis pruebas a lo largo de los años, iguala sin dificultad al prestigioso Kern suizo, con la ventaja de ofrecer mayor luminosidad en larga distancia, donde el Kern cae a f/1.6 pese a no superar los 65 mm.
Y es que debemos considerar que el objetivo de focal variable Eiki fue fabricado por Kowa, el legendario productor japonés de ópticas y anamórficos de altísima calidad, algunos de los cuales se comercializaron bajo otras marcas igualmente reconocidas.


CONSTRUCCIÓN MECÁNICA IMPECABLE.

El objetivo está sólidamente construido, con un mecanizado de precisión y un sellado excelente. Es un instrumento diseñado para resistir décadas de uso profesional sin perder suavidad en el enfoque ni precisión en el control de zoom.


SOLO UN DEFECTO... PERO MENOR.

Si hay que mencionar una desventaja, sería un leve oscurecimiento en las esquinas cuando se utiliza en su angular extremo (30 mm). Es algo apenas perceptible, que solo detectarán las retinas más quisquillosas, pero que no empaña en absoluto el conjunto de virtudes que ofrece pues, de hecho, su rendimiento global supera incluso a ciertos Isco Kiptaron de focal fija, lo que da idea del nivel óptico alcanzado por esta joya de ingeniería japonesa.


CONCLUSIÓN.

Mientras se fabricó, el Eiki f/1.3 30–70 mm era un objetivo costoso, reservado a instalaciones de calidad. Eiki sigue ofreciéndolo, a partir de stock almacenado, a unos cuatro mil dólares al cambio.  En el mercado de segunda mano, hoy resulta difícil de encontrar, pero si se presenta una unidad en buen estado por debajo de 500 euros, podría considerarse sin dudar una auténtica ganga, pues es un objetivo que demuestra, una vez más, que el 16 mm, como el Súper-8, sigue siendo un territorio donde la excelencia óptica es capaz de obtener resultados sorprendentes a partir de fotogramas minúsculos. 

Nota: el Eiki f/1.3 30–70 mm, aunque viene con la montura europea de 42.5 mm, no enfoca en los proyectores Fumeo, a menos que se someta a la cabeza mecánica a una operación de cirugía mayor (cosa que hice a una de mis cabezas mecánicas).

sábado, 25 de octubre de 2025

THE BEST ZOOM LENS FOR 16 MM PROJECTORS? EIKI f/1.3 30–70 mm

Although "MI MUNDO EN SÚPER-8" (My World in Super-8) was born with the intention of focusing exclusively on the cinematic gauge launched by Kodak in 1965 —and which, against all odds, remains more alive and relevant than ever in the 21st century— over the years (and with more than a million readings behind it), this blog has gradually widened its gaze to other film widths.

Today, we turn to a variable focal length lens for 16 mm projectors that I consider —without exaggeration— the finest zoom ever made for this format: the Eiki f/1.3 30–70 mm.

A FOCAL RANGE AS USEFUL AS IT IS VERSATILE

The main virtue of this lens lies in its range: from a 30 mm wide-angle, ideal for large screens at short throw distances, up to 70 mm, perfect for long-throw projections where other zooms —such as the typical Isco or Kern models that stop at 65 mm— fall short.
This range makes the Eiki an extremely flexible lens, adaptable to almost any projection environment.

CONSTANT BRIGHTNESS f/1.3 THROUGHOUT THE RANGE

Another outstanding feature is that it maintains a constant f/1.3 aperture across the entire zoom range —a rarity even among top-tier optics.
Most zooms lose effective brightness as the focal length increases, but the Eiki retains its luminous power, ensuring a bright, uniform image from start to finish.

SHARPNESS AND CONTRAST OF THE HIGHEST ORDER

The sharpness and contrast of the Eiki 30–70 mm are truly impressive.
In my own tests over the years, it easily matches the renowned Swiss-made Kern, while offering greater brightness at longer throws, where the Kern drops to f/1.6 despite not exceeding 65 mm.

It’s worth noting that the Eiki zoom was built by Kowa, the legendary Japanese manufacturer of high-quality optics and anamorphic lenses —many of which were also sold under other prestigious brands.


IMPECCABLE MECHANICAL CONSTRUCTION

Mechanically, the Eiki is a marvel. It is solidly built, precisely machined, and perfectly sealed —a true precision instrument designed to endure decades of professional use without losing smoothness in focus or precision in zoom control.


ONLY ONE MINOR FLAW

If one must mention a weakness, it would be a slight darkening in the corners when used at the widest 30 mm setting.
It’s barely noticeable —visible only to the most demanding eyes— and in no way detracts from the overall excellence of the lens.
In fact, its overall performance even surpasses certain fixed-focal Isco Kiptaron lenses, which says much about the optical mastery achieved by this Japanese engineering gem.


CONCLUSION

When it was still in production, the Eiki f/1.3 30–70 mm was an expensive lens, intended for high-end projection setups.
Eiki still offers it today, from remaining stock, at around four thousand US dollars. On the second-hand market it is now rare, but any unit in good condition found for under 500 euros can be considered a true bargain.

It stands as proof that 16 mm —like Super-8— remains a realm where optical excellence can still deliver astonishing results from the smallest of frames.

Note: Although the Eiki f/1.3 30–70 mm is fitted with the standard European 42.5 mm mount, it will not focus properly on Fumeo projectors unless the mechanical head is modified —a “major surgery” I once performed on one of my own machines.