Mis proyectores favoritos, para 16 mm, son los Fumeo: los prefiero sobre otros, incluso de cruz de Malta, pues son muy delicados con las películas y fáciles de mantener, con prestaciones opcionales vitales para mi uso, como ventanilla de formato variable, presor de fuerza regulable o cambio a Súper-16 en menos de un minutos.
El garfio de arrastre de los Fumeo (un sistema único, de desplazamiento rectilíneo, no circular), tiene tres uñas. Una de las cabezas mecánicas, sin embargo, la modifiqué para convertirla en dos uñas.
Ahora me acaba de llegar otro garfio de arrastre del que voy a eliminar dos de sus uñas, dejando sólo una, con el objeto de pasar películas con el soporte severamente contraído y para las que dos uñas, y no digamos tres, son demasiadas.
La combinación de una uña de arrastre con el presor de fuerza regulable es vital para exhibir ciertas películas de archivo que, con 70 o más años a sus espaldas, y conservadas sabe Dios como, su estabilidad dimensional está alejada de la norma.
Grande, Fumeo.
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