En 1987, cuando adquirí el Fumeo 9145 Xenón 500 de Súper-8, mi problema fue encontrar una mesa de proyección que aguantase con su descomunal peso de unos 50 kilos. En aquellos años, la firma Negra Industrial --una de las dos empresas españolas que fabricaba película con tecnología propia (la otra era la vasco-castellana Valca)-, era distribuidor, además de Polaroid y Fumeo, de las mesas las mesas de proyección profesionales Karl Baur, hechas en Düsseldorf, que costaban el triple que sus equivalentes norteamericanas de DaLite y muchísimo mas que las de uso doméstico.
Mesa Karba, una asidua del Sellier Film Festival |
Aprovechando que el bueno de Antonio Docampo accedió a venderme una a plazos, compré una mesa Karl Baur, de lo cual nunca me arrepentí. Cuando, al poco tiempo, quise comprar otra, ya no pude, pues Negra dejó de distribuirla y, de hecho, la que Docampo pidió para mí, idéntica a la que él poseía, era una de las dos últimas que tenían en Cataluña.
No existe mesa de proyección igual, en cuanto a calidad de fabricación, ingenio en construcción, que puede ser montada y desmontada en pocos minutos, fácil de transportar (aunque pesada) y resistente (la mía ha resistido décadas de uso intenso, sobreviviendo incluso a una inundación que sufrí hace 4 lustros en IB Cinema). Ofrece dos ventajas adicionales: 1) es capaz de aguantar con suprema estabilidad proyectores de gran porte como los Fumeo; y 2) una vez montada, su altura permite pasar con el haz de proyección sobre la cabeza de los espectadores. Además, presenta un útil estante inferior para accesorios como el rectificador o una empalmadora.
La mesa de Karl Baur se transporta como una maleta con asa:
Una vez llegado al lugar de proyección, se extrae el tornillo moleteado:
Ello permite abrir el interior de la maleta:
Se extraen las patas, fijándose bien en su posición:
IMPORTANTE, a la hora de la recogida, es que los tornillos moleteados de cada pata no estén ni demasiado abiertos ni muy cerrados, para que las cuatro patas encajen en el compartimento:
Con la mesa de proyección apoyada invertida en el suelo se encaja cada pata, apretándola con el tornillo tipo palometa:
Se debe asegurar con firmeza, especialmente si se van a emplear proyectores de cine pesados. En la fotografía inferior se puede ver como cada pata lleva su punto rojo de posicionamiento:
Una a una, se repite la operación con cada una de las cuatro patas:
Acto seguido, se coloca la mesa en su posición de trabajo, y se coloca el estante inferior:
Dicho estante (para los accesorios) va sujeto con los tornillos moletados que estaban en el compartimento indicado mas arriba:
El tornillo de repuesto, que no he perdido en estas cuatro décadas, se coloca en el lugar previsto:
Y, ¡presto!, la mesa de Karl Baur está lista, en este caso para aguantar de un proyector Fumeo 9315 de 16 mm con linterna de xenón 500, en el plató Stalag de IB Cinema.
Años después, antes de que cerrara sus puertas el llorado Establecimientos Docampo, en la Rúa Nueva de La Coruña, el bueno de Antonio tuvo a bien venderme su propia mesa Karl Baur, que es una unidad que sólo uso para ocasiones especiales.