Antes del desmoronamiento del llamado socialismo real, tras la caída del telón de acero, en la Unión Soviética y sus satélites existieron varios fabricantes de película cinematográfica.
Mi amiga Sveta, que acaba de regresar de su pueblo natal en los Urales, donde Europa hace frontera con Asia (un lugar tan lejano que ni siquiera Jesucristo perdió ninguna sandalia por allí), me trajo como obsequio lo que para mi es un pequeño tesoro aunque a ella nada le costó: un cargamentito de emulsiones fabricadas bajo el comunismo.
Por un lado, un cartucho de Súper-8 cargado con película OrWo Chrome UK 17 (balanceada para luz de tungsteno) que, aunque fabricada en la difunta Alemania roja, su caja se encuentra con caracteres cirílicos. Este cartucho caducó en 1990: veremos que es lo que logro sacar de aquí.
La fábrica OrWo existe todavía aunque, actualmente, solo manufactura película en blanco y negro, principalmente para archivo: uno de sus principales clientes es la Librería del Congreso de los Estados Unidos. El OrWo Chrome fue uno de los primeros sistemas modernos de cine en color, con los copulantes de color incorporados en la emulsión (y no añadidos a posteriori como en el Technicolor o en el Kodachrome), en una tecnología desarrollada por AGFA en la Alemania NaZi con cuya planta se quedaron los soviéticos tras la guerra (los americanos también se incautaron de estas patentes que luego servirían de base para el Eatmancolor, el Ektachrome y otros).
Lo interesante del OrWo Chrome es que, bajo el comunismo, apenas evolucionó su desarrollo por lo que, si sale algo de una emulsión tan caducada, me viene de perillas para mi proyecto de cortometrajes NO HAY FUTURO (de los que ya tengo varios rodados y uno totalmente terminado, con muy buena acogida, el Opus 1 --puede verse aquí: https://vimeo.com/182597367 -), en el que cada historia necesita de una o varias texturas difentes.
La buena de Sveta me trajo, también, cinco rollos de OrWo Chrome UT15 en película de 16 mm con perforaciones tipo S a ambos lados, lo que posibilita cortarla a la mitad, en cuarto oscuro, e introducirla en los cartuchos Fujifilm para un resultado final en Súper-8. Esta película es básicamente la misma que la UK17, pero balanceada para luz de día. Todavía es más añeja: ¡su fecha de caducidad es de 1982, cuando Brezhnev era el secretario general del Partido Comunista de la Unión Soviética!
El regalo de Sveta se completa con otros 5 rollos de Doble Súper-8 de película en blanco y negro fabricada por la otrora superpoderosa Svema, emporio fotoquímico fundado en 1931 en la ciudad de Shotska, en la actual Ucrania, y en la que, hasta la caída del comunismo, trabajaban miles de operarios. Actualmente, con Svema en la ruina, esa población sería un digno escenario para rodar una película postapocalíptica, con sus calles repletas de alcohólicos, drogadictos, prostitutas y tugurios de juego clandestino. Esta película caducó en 1992 pero, al ser en blanco y negro, seguro que podré conseguir resultados interesantes.
Adoro el sello que lleva cada cajita en su borde superior derecho, bajo las siglas CCCP (acrónimo de URSS): esa estrella significa que es un producto supervisado de la más alta calidad, lo mejor de lo mejor de cada tanda de fabricación.
Sveta me entregó el regalo en el colegio electoral, tras votar a Feijóo: por experiencia, no quiere oír ni hablar de nada que huela a mareas podemitas (opinión que comparte con muchos rusos, ucranianos y latinoamericanos que se han buscado la vida en nuestra patria).
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