¿Cómo es tan desconocida la figura de Salvador Gijón, el creador cinematográfico que mantuvo, en España, el arte de la stop motion (animación con miniaturas) durante el pasado régimen? No sólo su figura es ignota, sino que la mayor parte de sus películas se encuentran perdidas mas allá, en algunos casos, de copias desvanecidas o vídeos con una calidad muy deficiente. La importancia de la obra de Salvador Gijón sí que es valorada, entre otros, por el experto en animación Adrián Encinas, quien, en su monumental obra "Historia del Cine de Animación Stop Motion Español", publicada por Desfiladero Ediciones, amén de estudiarla, le dedica a Salvador Gijón la portada del libro.
Salvador Gijón, en la portada del último libro de Adrián Encinas |
Hace un par de años, el director y montador gallego Álex López, entusiasta de la animación stop motion, encontró en Francia dos películas en 16 mm de Salvador Gijón, que desde entonces custodia como tesoros, pues no se conserva nada parecido en España ni por parte de las instituciones ni de la familia.
Tras conducir por la noche, a primera hora de la mañana quedó con su amiga la aparejadora, quien le explicó que la reedificación del edificio, de finales del siglo XIX, construido sobre uno anterior, implicaba demoler su interior pero manteniendo la fachada. La primera planta, parece ser, había estado ocupada, durante décadas, por una sociedad cultural, vinculada a uno de los miembros de las familia originalmente propietaria. Dicho club era en realidad una tapadera: su función verdadera fue la de centro de encuentro masónico, cuyos miembros se reunían de forma clandestina durante el franquismo. En el edificio, un secreto que le mostró la aparejadora dejó atónito a Álex: pegado al muro posterior de la primera planta que había sido la sede de esa sociedad sino secreta sí discreta, un tabique móvil, con un mecanismo de resorte, daba acceso a unas escaleras estrechísimas que descendían a un sótano mucho mas antiguo, con un ingenioso sistema de ventilación. ¡Nada menos que una sinagoga clandestina!, con su propia mikveh medieval usada por los judíos para su rituales. Pero, tal vez, lo mas insólito es que las instalaciones se encontraban a pocos metros del piso que había ocupado, hasta los años setenta del pasado siglo, la extinta Guardia de Franco y muy cerca de lo que había sido la delegación provincial del Movimiento, actualmente un edificio gubernamental. Aunque nadie, en ninguno de esos organismos, podía ver a judíos ni masones ¡los tenían a sus puertas!, como quien dice.
Asombrosos secretismos aparte, en la primera planta de la construcción a reedificar, a un lado de la librería, la cineteca de la sociedad albergaba unas cincuenta bobinas en distintos pasos cinematográficos, principalmente en 16 mm. A cambio de la catalogación y evaluación de todo el material (algún positivo presentaba síndrome de vinagre avanzado), Álex pidió una pequeña recompensa: quedarse con cuatro bobinas que le interesaban mucho. ¿Qué contenían estas bobinas? ¡¡¡Cuatro películas de Salvador Gijón, consideradas perdidas!!! (al menos, en este estado tan bueno). La entrega no fue inmediata, empero. Álex regresó a Galicia y tuvo que preparar un informe con todo el material fílmico encontrado. Una vez entregado a su amiga de la empresa constructora, tras una espera que se hizo eterna, Álex recibió por mensajería las ansiadas cuatro bobinas.
A ello, siguió un proceso de restauración, en el laboratorio de IB Cinema, en una dedicada labor cinéfila no exenta de suprema excelencia técnica, con ingeniosas soluciones únicas en España: primero, reparación de piquetes, empalmes y roturas; después, rejuvenecimiento químico del soporte de triacetato y eliminación de hongos; por último, recuperación de parte del color perdido mediante el tratamiento químico substractivo O.R.S., desarrollado en Bolonia por Alberto Vangelisti y Marco Emiliani, en versión abreviada.
Tras el estreno de este material histórico restaurado en la inminente VII edición del Sellier Film Festival, en diciembre de 2023, Álex lo enviará a Italia para su tratamiento definitivo en laboratorio con su inmersión en todos los baños del O.R.S. Pero, mientras tanto, los coruñeses vamos a ser los únicos de España que podamos deleitarnos con estas cuatro obras de arte de Salvador Gijón en condiciones dignas fruto de la primera fase de la restauración, ¡¡¡y fílmicamente!!!, no en digimerde. Desde luego, una "restauración" digital es empresa mucho mas sencilla, pero eso lo dejamos para otros: lo que hacemos, en La Coruña y Bolonia, es superar un reto con éxito, manteniendo los positivos originales en condición de ser proyectados tal y como fueron concebidos. ¡No se lo pierdan, amigos! La entrada es gratuita, pero el aforo será limitado.