"Slide Film Photography" es un grupo de Facebook, con unos 1.500 miembros, en su mayor parte de países anglosajones, entusiastas de la diapositiva argéntica, esto es, de la fotografía en película inversible (que proporciona un positivo proyectable tras su revelado).
Es todo un orgullo que una diapositiva mía, del álbum coruñés "Una ciudad argéntica" haya sido votada internacionalmente como fotografía de portada para el grupo.
Disparé la diapositiva en uno de mis lugares favoritos de la ciudad, a los pies de la bimilenaria Torre de Hércules, en la playa urbana del Areal da Lagoa (conocida por los coruñeses de aluvión como Playa de As Lapas), como parte de la operación que denomino "Vaciando la nevera", usando película caducada que guardé en la nevera al asustarme, en el año 2012, cuando Kodak dejó de fabricar la Ektachrome. En aquel momento, preparándome para el apocalipsis argéntico, llené los resquicios libres de neveras no sólo mías sino de familiares, para poder seguir disfrutando, de forma racionada, del maravilloso arte de la fotografía inversible el resto de mi vida, pues nada hay tan bonito como ver una diapositiva argéntica proyectada en la gran pantalla.
Afortunadamente, aquel apocalipsis jamás llegó y, debido al renacer del interés en la tecnología argéntica por parte de profesionales y entusiastas, Kodak ha decidido reanudar la fabricación de la Ektachrome en Rochester (con una inyección de millones de dólares, procedentes de Alaris), mientras que Fujifilm mantiene toda su línea Velvia y Provia; otros fabricantes mas pequeños, europeos, siguen con su producción de material inversible de blanco y negro, mientras que, en Italia, Ferrania continua en la brecha luchando por llegar al mercado con una emulsión en color de calidad.
Esta fotografía la disparé con diapositiva Fujichrome Velvia 50 caducada. A diferencia de la Velvia 100, como la 50 tiene una tendencia a sobresaturar los colores, la sobre expuse un diafragma, con mi vieja y fiable Fujica AX5, que adquirí a mediados de los ochenta. Como objetivo, elegí el EBC Fujinon de 19 mm (con el objetivo protegido de la salitre con un UV Gobe de cristal Schott). No hay ni filtros, ni fuegos artificiales de postproducción a los que nos tienen acostumbrados las amas de casa y bedeles del digital: lo que se ve, es lo que disparé. Naturalmente, el escaneo, como es digital, peca de miserable y solo sirve para hacerse una idea de la magnificencia del original proyectado.
Una grata noticia que recibo mientras, tras probar la excelencias de las pistas sonoras que aplicó Retrolab en mi cortometraje "La maldición de Eisenman", me dispongo a buscar, con una moviola junto al ordenador, diversa documentación para escribir el guión.
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