D. Manuel Fraga en 2005, aunque volvió a ganar las elecciones, perdió la mayoría absoluta: los partidos perdedores se coaligaron y formaron un gobierno, de infausto recuerdo para los gallegos, que duró hasta 2009 cuando Feijóo consiguió recuperar la mayoría absoluta para el Partido Popular.
Durante la era de D. Manuel, las competencias en el audiovisual, muy resumidamente, habían sido llevadas directamente por la Consellería de Cultura y mas tarde, también, por la institución pública Consorcio Audiovisual de Galicia (con la colaboración o consejo de alguna secretaría general vinculada a los medios).
Con el bipartito, que en realidad no era un gobierno, sino dos y mal avenidos, el Consorcio pasó a estar gestionado por los socialistas, mientras que el partido separatista marxista BNG, socio de Bildu, creó la Axencia Audiovisual Galega y posteriormente AGADIC, acrónimo que escondía un nombre netamente marxista Axencia Galega Das Industrias Cultarais, con personal afín en muchos casos contratado discrecionalmente o mediante convocatarias con condiciones creadas ad hoc. Sorprendentemente, a los dos o tres años de recuperar el Partido Popular la mayoría absoluta, se cerró el Consorcio, con personal profesional e imparcial, y se potenció AGADIC que, desde entonces, ha ido acumulando poder, hasta el punto que sus subvenciones son de las que depende el sector audiovisual gallego.
Aunque su director es nombrado, digitalmente (o sea, "a dedo"), por el PP, el citado organismo (calificado en su momento como "chiringazo" por López Chaves), sigue controlado en la práctica por el separatismo marxista. Recientemente, los marxistas han dado otra vuelta de tuerca: ha dejado de aparecer bajo su acrónimo de AGADIC, se han quitado la careta, y ya, sin ambages, emplean el término comunista de "industrias culturales". Su responsable nombrado por el PP, probablemente, tenga tantos conocimientos de pensamiento político como de cine, o sea, que seguramente no es consciente del gol que se le mete al partido al que le debe todo: los marxistas separatistas, como un cáncer sin tratamiento, siguen avanzando y minando el terreno.
El concepto de "industrias culturales" en el marxismo se deriva de la obra de teóricos como Theodor Adorno y Max Horkheimer, miembros de la Escuela de Frankfurt, que influyeron en la comprensión marxista de la cultura en el siglo XX. Para entender por qué desde la perspectiva marxista se utiliza el término "industrias culturales" para describir empresas relacionadas con la cultura como el cine, teatro, etc., es necesario analizar algunos de los principios fundamentales del marxismo aplicados a la esfera cultural.
Base y Superestructura:
- En la teoría marxista, la sociedad se organiza en dos niveles principales: la base y la superestructura. La base incluye las relaciones de producción y las fuerzas productivas (economía), mientras que la superestructura abarca las instituciones sociales, políticas y culturales (ideología, religión, arte, etc.).
- Las "industrias culturales" se consideran parte de la superestructura, ya que contribuyen a la creación y difusión de ideologías, valores y representaciones culturales que pueden estar al servicio de la clase dominante.
Alienación:
- Marx argumentó que en una sociedad capitalista, los trabajadores pueden sentirse alienados de su trabajo y de los productos culturales que consumen. La producción cultural en forma de películas, música, etc., puede ser percibida como algo ajeno a los trabajadores, creada y controlada por aquellos que poseen los medios de producción.
"Comodificación" de la Cultura:
- Desde la perspectiva marxista, las "industrias culturales" participan en la "comodificación" de la cultura, esto es, la transformación de ideas y obras en objetos de comercio: la cultura se convierte en una mercancía que se produce y se consume en el mercado capitalista. Este proceso implica la transformación de la creatividad y la expresión cultural en productos que tienen un valor de cambio en el mercado.
Control Ideológico:
- Las "industrias culturales" también desempeñan un papel en la reproducción de la ideología dominante. A través de películas, programas de televisión, teatro, etc., se pueden transmitir y consolidar ciertos valores y normas que benefician a la clase dominante y perpetúan la estructura de clases existente.
En resumen, el término "industrias culturales" en el marxismo destaca la relación entre la producción cultural y las estructuras económicas y de poder en una sociedad capitalista. Al denominarlas de esta manera, se resalta su papel en la reproducción de la ideología dominante y en la "comodificación" de la cultura, aspectos que están intrínsecamente ligados a la lógica capitalista de producción y distribución.
Desde un punto de vista de un demócrata, estos logros de aquellos que pretenden destruir nuestra democracia son inauditos e inexplicables. Pero, lentamente, prosiguen su avance, cariando el sistema que quieren destruir. Esta gente, tienen que tener un "caballo de Troya" dentro de la Consellería de la Cultura pues, de lo contrario, no se entiende como siguen ahí legislatura a legislatura del PP.
Otro día, escribiremos de cómo estos quintacolumnistas han conseguido sustituir la tradicional extensión .es por la .gal en todos los organismos oficiales autonómicos, emulando a los separatistas del .cat (claro que aquí, pudiéramos decir, les sale el tiro por la culata, pues consiguen el efecto contrario: los dominios de tres letras nunca sirven para estados soberanos, que siempre emplean los de dos)
Fotografía tomada en el vestíbulo de AGADIC en septiembre de 2012: cosas que pasan al mantener el enemigo en casa |
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