Acabo de terminar de preparar la presentación de "diapositivas" de mi ponencia del viernes, en Ourense, "Súper-8 en la era digital".
Una de las cosas que espero le queden claro a los asistentes es que, a la hora de comprar una cámara de Súper-8, no vale cualquiera: la calidad de una óptica marca la diferencia.
Siempre fue así pero ahora con mayor motivo pues, con la capacidad que hay para digitalizar el Súper-8 a 5K, la diferencia es enorme.
Los siguientes fotogramas corresponden a la película en Súper-8 anamórfico: "Pastoriza: la virgen que sobrevivió a Almanzor". Las fotografías, están tomadas de un monitor. En ambas, se empleó la misma cámara y la misma película, Ektachrome.
La toma superior se hizo con un objetivo Leitz Cinegon, la toma inferior con un objetivo Pentax, ambos a plena abertura y con anamórfico Iscorama. La diferencia salta a la vista.
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