Por primera vez en esta bitácora (aunque ya lo narré en mi Facebook), voy a relatar la asombrosa e
inaudita historia de cómo un iPhone 4, sumergido durante casi una hora en un
retrete y tras ser declarado
irrecuperable por el servicio técnico oficial, fue arreglado gracias a
una intervención sobrenatural. Por ello,
aunque es ya un modelo obsoleto, del año 2011, este iPhone4 tiene tanto valor espiritual para mí que me
niego a cambiarlo (y ello a pesar de que, como es imposible actualizarlo, no me
permite reproducir, por ejemplo, los vídeos de Vimeo).
El sorprendente hecho que voy a relatar ocurrió cuando
rodaba, en O Carballiño, "El milagro de la Vera Cruz", un documental
cinematográfico sobre el más importante edificio religioso erigido durante el
siglo XX en España, el Santuario de la Vera Cruz, obra cumbre de la
arquitectura gallega, debida al genio de Antonio Palacios.
El último día de rodaje fue muy especial. Para nuestra sorpresa, El padre D. Benito Sieiro nos dejó a mi amigo Javier y a mí a solas, en el interior del Santuario, con las dos reliquias del Lignum Crucis, que es como se denominan a las Sagradas Astillas que proceden de la Cruz en la que se fundamenta nuestra Civilización, aquella en la que fue Crucificado N.S. Jesucristo. ¡Qué emoción, quedarnos en esta magna edificación, sin más compañía que las Reliquias para cuya custodia se erigió el Santuario de la Vera Cruz!
Cuando, para colocarlo en el Altar, tomé con la mano derecha el Lignum Crucis que había pertenecido a Pio IX (el último Papa de los Estados Pontificios y que había portado la astilla milagrosa, embebida en la Sangre de Cristo, en su pectoral durante sus últimos meses de vida terrenal), una sensación extraña, sobrenatural, recorrió mi brazo e invadió todo mi ser: incluso Javier notó como me volví pálido.
El último día de rodaje fue muy especial. Para nuestra sorpresa, El padre D. Benito Sieiro nos dejó a mi amigo Javier y a mí a solas, en el interior del Santuario, con las dos reliquias del Lignum Crucis, que es como se denominan a las Sagradas Astillas que proceden de la Cruz en la que se fundamenta nuestra Civilización, aquella en la que fue Crucificado N.S. Jesucristo. ¡Qué emoción, quedarnos en esta magna edificación, sin más compañía que las Reliquias para cuya custodia se erigió el Santuario de la Vera Cruz!
Cuando, para colocarlo en el Altar, tomé con la mano derecha el Lignum Crucis que había pertenecido a Pio IX (el último Papa de los Estados Pontificios y que había portado la astilla milagrosa, embebida en la Sangre de Cristo, en su pectoral durante sus últimos meses de vida terrenal), una sensación extraña, sobrenatural, recorrió mi brazo e invadió todo mi ser: incluso Javier notó como me volví pálido.
Filmamos las secuencias, que sirven de apertura y cierre el
documental, y abandonamos el Santuario, tras cerrarlo, no sin antes avisar a la
hermana de D. Benito.
Durante el trayecto de regreso a La Coruña, como era uno
quien conducía, Javier estaba preocupado tanto por el tono de mi piel como por
la sensación, casi eléctrica, que uno le describía que sentía, especialmente en el brazo
derecho.
Unas semanas antes, mi iPhone 4, en ese entonces con dos años, en un desgraciado accidente en casa de mi madre, había caído al retrete con tal mala fortuna que se encajo en el sifón. Conseguir extraerlo fue una operación que me llevó casi una hora: logré destrabarlo, poco a poco, con movimientos de vaivén, tras quitarle la funda y así recuperarlo, después de casi una hora de trabajo. Enviado al servicio técnico de Apple, me fue devuelto con una nota diciendo que era irreparable. Sin la tarjeta SIM lo dejé en una mesa de IB Cinema, junto a la moviola.
Unas semanas antes, mi iPhone 4, en ese entonces con dos años, en un desgraciado accidente en casa de mi madre, había caído al retrete con tal mala fortuna que se encajo en el sifón. Conseguir extraerlo fue una operación que me llevó casi una hora: logré destrabarlo, poco a poco, con movimientos de vaivén, tras quitarle la funda y así recuperarlo, después de casi una hora de trabajo. Enviado al servicio técnico de Apple, me fue devuelto con una nota diciendo que era irreparable. Sin la tarjeta SIM lo dejé en una mesa de IB Cinema, junto a la moviola.
Cuando, tras nuestras filmaciones en el Santuario de la Vera
Cruz, Javier y yo, ya de noche, llegamos a IB Cinema, deposité los rollos de película con la imagen
latente al lado de la moviola. Al apartar
el iPhone hacia un lado, con mi mano derecha, un fugaz, pero bien visible por
mi amigo Javier, destello azul hizo resplandecer el recinto. La sensación
sobrenatural de mi brazo desaparecía al tiempo que la pantalla del iPhone se
iluminaba con una especie de latidos que, poco a poco, se fueron volviendo más intensos: le introduje
la tarjeta SIM ¡y el móvil me pidió la
contraseña!
Para nuestra sorpresa (en especial la de Javier que, como
informático y militar en la Reserva, tiene una mente científica), este iPhone, declarado irreparable por Apple,
comenzó a funcionar normalmente. Ya han
pasado varios años desde entonces. Mi iPhone tiene, pues, casi seis.
Pues bien: está tan operativo como cuando salió de fábrica.
¿Casualidad o milagro?
¿Casualidad o milagro?
Mi opinión es que las minúsculas astillas de la Vera Cruz que se atesoran en O
Carballiño, procedentes del Leño Sagrado que formó la Cruz en la que se
fundamente nuestra Civilización, son
capaces de transmitir, en determinadas circunstancias, algún tipo de energía
sobrenatural que transferidas a un dispositivo electrónico pueden lograr hechos
que la ciencia consideraría imposibles.
Esta es, pues, la
asombrosa historia de un milagro del siglo XXI que, en este Semana tan especial, en la que se conmemora la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús, y en que el que se inicia la Semana Santa, quería
compartir nuevamente la historia, esta vez en mi bitácora,
añadiendo una propuesta: como el Santuario de la Vera Cruz se
encuentra consagrado a San Cibrao (en castellano, Cipriano), ¿por qué no se
declara a este Santo Patrono de Apple?
Respecto al documental, "El milagro de la Vera Cruz", no conseguí ningún apoyo para su realización, lo cual me impidió etalonarlo profesionalmente en un laboratorio (proceso de tratamiento para mejorar la imagen) y uno mismo tuvo que hacer hasta la labor de locutor (que no lo soy). Fue presentado, de forma oficial, tanto en Ourense (con la presencia del Obispo) como en una Iglesia Vieja de O Carballiño que, rebosante de fieles , aplaudieron hasta hacerme sonrojar.
En sus primeros meses, su difusión en Internet, sin más promoción que el boca a oreja, ha superado los cien países (sorprendentemente muchos de ellos musulmanes), con prácticamente 40,000 espectadores. Resulta increíble comprobar como producciones apoyadas por organismos oficiales con el oro y el moro no registran más que 200 visionados, mientras que a “El milagro de la Vera Cruz”, pese a que se le ha negado el pan y la sal, alcanza una difusión universal de decenas de miles de internautas. ¿Cuál sería si recorrido si hubiese tenido presupuesto para etalonaje y locución profesional en dos o tres lenguas?
Respecto al documental, "El milagro de la Vera Cruz", no conseguí ningún apoyo para su realización, lo cual me impidió etalonarlo profesionalmente en un laboratorio (proceso de tratamiento para mejorar la imagen) y uno mismo tuvo que hacer hasta la labor de locutor (que no lo soy). Fue presentado, de forma oficial, tanto en Ourense (con la presencia del Obispo) como en una Iglesia Vieja de O Carballiño que, rebosante de fieles , aplaudieron hasta hacerme sonrojar.
En sus primeros meses, su difusión en Internet, sin más promoción que el boca a oreja, ha superado los cien países (sorprendentemente muchos de ellos musulmanes), con prácticamente 40,000 espectadores. Resulta increíble comprobar como producciones apoyadas por organismos oficiales con el oro y el moro no registran más que 200 visionados, mientras que a “El milagro de la Vera Cruz”, pese a que se le ha negado el pan y la sal, alcanza una difusión universal de decenas de miles de internautas. ¿Cuál sería si recorrido si hubiese tenido presupuesto para etalonaje y locución profesional en dos o tres lenguas?
"El milagro de la Vera Cruz" se estrenó también en
La Coruña, en octubre de 2014, en un Portas Artabras atestado de público,
presentada por el ilustre hijo de O Carballiño, el arqueólogo y erudito Felipe
Senén.
El título del documental hace referencia a que, en mi opinión, sólo un milagro pudo
hacer posible el levantamiento, en una época de penurias, de una obra tan
relevante, para Galicia y para España, como el Santuario de la Vera Cruz, conjugando
la fantasía de Antonio Palacios, con la perseverancia del promotor, el Padre D.
Evaristo, y la maestría del constructor, Adolfo Otero. Quien no haya visto el
cortometraje, rodado en Súper-8 con la Fujica ZC1000 empleando película Kodak Vision 500, lo puede visionar gratis aquí:
Ignacio.... una exquisitez como siempre!!!!! Da gusto leerte!!! Un excelente monumento cinematográfico! Aplausos!!!
ResponderEliminarMuchas gracias, amigo Luís. Saludos desde la Madre Patria.
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