De momento, sólo se encuentra publicado en Vimeo el Opus I, que puede ser visto en el enlace inferior (con 40.000 espectadores ya, es el famoso cortometraje en que, para la secuencia subjetiva de un suicidio, se arrojó la cámara filmando desde un sexto piso).
Cada uno de los Opus de la serie "No hay futuro" se rueda con un tipo de película diferente, pues los distintos rendimientos forman parte del lenguaje de la historia, al mismo nivel que el guión o el montaje.
Pese al gran número de espectadores alcanzado por la primera entrega, la serie se está rodando sin la menor ayuda o apoyo; como, a diferencia de lo digital que nada cuesta, aquí trabajamos con una materia prima hecha con plata, la película de Súper-8 (además, ya de por sí, filmar es un proceso más lento que grabar, aunque hubiese presupuesto), no queda otra que ir avanzando a ritmo lento. Al estar estos trabajos rodados en español, estamos vetados por los talibanes de los chiringuitos regionales; por ser gallegos, no tenemos nada que rascar en Madrid. Si uno fuera más joven, solicitaría la ciudadanía americana: un tercio de los visionados del Opus 1 ¡¡¡proceden de los Estados Unidos!!!
El largo proceso cinematográfico incluye:
1) PELÍCULA. Hay que comprarla. Después, como suelo filmar con cartuchos Fujifilm de Single-8, la película debe ser cortada longitudinalmente a la mitad (si es en 16 mm con doble perforación tipo S) o extraída de los cartuchos Súper-8, para, en cuarto obscuro, ser introducida en cargas de unos dos minutos.
2) REVELADO. Lo digital se ve de inmediato. En cine, no: hay que esperar a revelar la película. Y rezar, por el camino, pues es un sendero tortuoso: son muchas las cosas que pueden salir mal, incluso trabajando con presupuesto y con un equipo de gente (el foco es manual, el diafragma también, en las recargas se puede velar el material, el cortado longitudinal en dos tiras de S8 puede fallar...)
3) MONTAJE. El montaje, si es en digital, se hace en un plis plas pero, con película, es un procedimiento lento y laborioso.
4) PISTADO. El sonido, en las películas de Súper-8, se suele grabar en pista magnética: ¡hay que pegarlas!, y en mi caso, en ambos bordes, pues sonorizo estereofónicamente. Es una labor meticulosa y que exige concentración máxima.
5) SONORIZACIÓN. Si en digital una sonorización es "pan comido", pues se trabaja con pistas independientes, en Súper-8 es un arte dado que se trabaja en superposición con borrado parcial: un error en la última fase o una frase que te ha quedado larga, obliga a empezar desde el principio de esa secuencia (sonidos directo, efectos de librería, música, etc)
6) DIGITALIZACIÓN. Las ventanas digitales han abierto un nuevo mundo al Súper-8, algo que descubrí en 2010 cuando filmé "La Coruña en Súper-8 Kodachrome" y vi que, en las cuatro plataformas a la que se subió ese trabajo, alcanzó la friolera de 200.000 espectadores. Esta inesperada aceptación de las obras fotoquímicas en Súper-8 me llevó a iniciar esta línea de productos artesanales, que son filmados, montados y sonorizados como en los viejos tiempos, pero difundidos digitalmente por Internet: con estos opus, en siete años, he conseguido superar con creces ¡el millón de espectadores!, en mas de 130 países (alguno tan recóndito como Nepal).
PRESUPUESTO. El problema, trabajando con Súper-8, es que cada una de estas fases, aun haciéndolas uno, o recurriendo a amigos, cuestan dinero (químicos del revelado, pistas magnéticas y sus pegamentos, las emulsiones, cinta de empalmar Fujifilm... ¡hasta las bobinas en las que se guardan las películas hay que comprar!)
Y, sin apoyos, no queda otra que ir, como decimos en gallego, "a modiño" (lentamente, con cuidado)
Para esta nueva entrega, quería una filmación de colores vivos, en inversible, pero con grano contundente. La elección era obvia: la Fujichrome RT200N, emulsión de la que tengo una pequeña existencia en la nevera de IB Cinema (tengo que aclarar que, en mis filmaciones, al contrario de lo que se hace en digital, que se graba durante horas y horas, uno aprovecha prácticamente casi todo el metraje que expone).
La Fujichrome RT200N tiene un problema: es una película fabricada con dorsal antihalo. Quitarlo es una operación muy compleja, imposible de hacer con limpieza uno mismo, y que queda circunscrito a unos pocos laboratorios profesionales: menos mal que en España tenemos uno.
RETROLAB CINEMA: UN GRAN TRABAJO.
Juan Carlos Olivo, de Retrolab Cinema, de Málaga, se ocupó personalmente no sólo de revelar la película, sino de la problemática tarea de quitarle la mencionada capa anti halo.
Es, esta labor, también un arte, que combina la mecánica con la química.
Las mezclas químicas varían según la emulsión; en cuanto a las tareas mecánicas, el factor fundamental es la antigüedad del material: cuanto más añeja es la película, mas dura es la capa. ¡Y aquí estamos hablando de material caducado hace una década! El resultado de Retro Lab Cinema ha sido extraordinario, no sólo en cuanto al revelado en sí, sino también en la tarea de remover el "rem jet".
Los teutones de Andec ya no revelan inversible (sólo negativo), pero, cuando lo hacían, ¡no devolvían tan impolutas las emulsiones con capa anti halo!, labor, por lo que se ve, sólo es dominada por Dwayne´s, en Kansas; Retro Enterprises, en Tokyo; y Retro Lab Cinema, en Málaga. ¡Qué suerte tenemos, los españoles y los británicos! (Retro Lab cuenta también con dirección postal de recogida en la colonia de Gibraltar, con lo que tarifas postales para los ingleses son domésticas).
El Opus 1 de la serie, rodado con la deprimente monocromía de la AGFA Scala (revelada por el maestro del blanco y negro Marc Martí), puede verse aquí:
NO HAY FUTURO (OPUS 1) from IB CINEMA Motion Picture Films on Vimeo.
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