viernes, 25 de agosto de 2017

OBSOLESCENCIA PROGRAMADA EN CAMARAS DE CINE: LA PRUEBA.

Los cineístas filmando con cualquier paso cinematográfico, desde el estándar 8 mm hasta el 65 mm, tenemos la suerte de que la mayor parte de nuestras cámaras fueron diseñadas antes de finales de los setenta, concebidas, pues, para durar décadas, sino siglos.
Zeiss Kinamo para película de cine de 35 mm, de la colección Cinemateca de Galicia / IB Cinema
CÁMARAS ETERNAS.
A veces menciono mi fabulosa Zeiss Kinamo de 35 mm, una unidad en concreto, histórica, empleada por uno de los camarógrafos de Leni Riefensthal (lo tengo documentado), que estuvo físicamente delante de Hitler y su plana mayor, y que actualmente sigue funcionando como recién salida de fábrica ¡sin necesidad de baterías!, y con un rendimiento óptico increíble gracias a su objetivo Zeiss ofrenciento la entonces (principios de los treinta) asombrosa luminosidad de f 1.4.
Durante décadas, los fabricantes de cámaras de cine estaban orgullosos de sus productos y, en los libros de instrucciones, no era raro encontrarse advertencias como: "le felicitamos por la sabia elección de su cámara, que estamos seguro le proporcionará largos años de servicio". Actualmente, nadie agradece nada y, además, los modelos digitales quedan obsoletos a los dos años.
AQUELLAS MARAVILLOS CÁMARAS FUJICA.
llevo casi cuarenta años usando sin descanso mi Fujica ZC1000, sin el menor problema ni avería: ¿cuántos millones de veces habrá subido y bajado su obturador de espejo, a veces a velocidades tan altas como 72 fotograma por segundo?, en los lugares mas insospechados, desde las arenas del desierto hasta el Océano Glaciar Ártico.
LLEGA LA OBSOLESCENCIA PROGRAMADA AL CINE.
A mediados de los setenta se produce, en todos los fabricantes, un gran cambio: el incremento del uso de la electrónica (con su talón de Aquiles: los condensadores) y la introducción de miserables acabados plásticos ¡incluso para ciertas lentes!
Fujifilm prosiguió construyendo la Fujica ZC1000 hasta 1983 concebida para durar décadas. Sin embargo, otros modelos de gama inferior, muy especialmente la serie P sonora, que comenzó a venderse en España en 1979, son una auténtica basura: camaruchas concebidas para durar no mas de diez años.
Incluso en una cámara bien diseñada (en la primera mitad de los setenta), por Shigheo Mizukawa, para aguantar el paso de las décadas, como la Fujica ZX500, se modificó en las últimas unidades para que quedara desfasada.
LA PRUEBA.
Si se desmonta la base metálica que sirve de apoyo al cartucho en el compartimento de la película, se ve que la cámara ZX500 de la etapa final fue construida, como las primeras, con cuatro pines de lectura de sensibilidad, que permitía usar cualquier película entre 25 y 400 ASA; sin embargo, uno de ellos fue cortado, para que el modelo quedase desfasado cuando Fujifilm presentase la película de  400 ASA.
La ZX500 es una de mis cámaras favoritas para rodar con luz ambiente en interiores cuando necesito sonido sincronizado (admite dos sistemas de banda aparte, el FTS, que es el que empleo, y el Puls Sync, de sincronismo por impulsos electrónicos). Una de las características notables de la ZX500, frente por ejemplo a su competidora la Canon 514, es que el servomotor de su diafragma es muy potente, cierra hasta f 45 y no oscila aunque la cámara se bambolee.
Como todos los diseños de Shigheo, la ZX500 ofrece una concepción y acabados imperecederos, de forma ¿qué pergeñó el departamento de mercadotécnica de Fujifilm para volverla obsoleta?
Las primeras unidades, de 1975, traían cuatro pines de lectura de sensibilidad; uno de ellos, fue capado, en la última serie de 1977, así que ahora no puede filmar con la Kodak Vision 500 (que se debe exponer, para los mejores resultados, a 400 ASA).
Este hecho es una prueba más de la lucha, en las multinacionales, entre los ingenieros honestos y los contables sin escrúpulos que sólo desean facturar, sin ninguna consideración de índole moral.

1 comentario:

  1. Exclente Ignacio !! Deberías publicar un libro con todos tus textos de este blog y con fotos. Abrazo desde Argentina.
    Pablo César

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