jueves, 29 de septiembre de 2016

LA CÁMARA QUE NO PUEDO USAR POR CULPA DE LOS MUSULMANES

Kim Jom-un, el jefe máximo del partido comunista de Corea del Norte, se ha quedado desfasado, con su ejército de miles de soldados, tanques y misiles atómicos. Nada de esto vale contra el terrorismo imprevisible de una III Guerra Mundial en la que ya estamos inmersos: la democracia occidental frente al islamismo que pretende destruirla con mortales acciones inconcebibles que sus "yihaidistas" pueden llevar a cabo hasta por un hombre sólo, como se demostró este verano en el Paseo de los Ingleses de Niza.
Esta III Guerra Mundial, del Islam contra la Democracia, amén de los masacres que provoca, origina multitud de incomodidades a los ciudadanos corrientes del mundo civilizado. Hace unas semanas, en el aeropuerto, dado que no paraba de pitar el arco de seguridad, ¡tuve que atravesarlo sujetando con una mano los zapatos, con otra los pantalones sin el cinturón y los papeles en la boca!
Lo peor de todo es que, con los nuevos protocolos de seguridad que tenemos que padecer para protegernos de los sarracenos, tampoco puedo viajar en cabina con una de mis cámaras de cine favoritas: el modelo cumbre de la gama Heliomatic de Nizo.

De acuerdo que su empuñadura, diseñada en la  época del III Reich, es poco tranquilizadora y que la cámara, manufacturada íntegramente en acero con engranajes de bronce, es, por dimensiones y peso, muy efectiva para salir vencedor en una posible algarada con "mamporrazos".
Pero es, también, una joya de la mítica firma Nizo, fundada en 1923, y que debe su nombre a los apellidos de sus dos socios fundadores: Niezoldi y Krämer (en los años sesenta Nizo sería adquirida por Braun, en una historia que narraré otro día, y que les llevaría a diseñar la famosa Braun Nizo Professional, la cámara de Steve Jobs, cuyo diseño se encuentra presente en todos los productos Apple -amen de estar expuesta en el MoMa).

La Heliomatic de Nizo es mi modelo favorito de la marca: disfruto sólo con tocarla,  íntegramente fabricada a mano, con precisión teutona (de la buena, de la occidental) y golosinas técnicas como un rodillo dentado de alimentación de película, rebobinado con retroceso de la bobina suministradora y los más excepcional,  dos sistemas de visor: 1) uno de ellos, con torreta de tres objetivos, que se mueven automáticamente según el objetivo que se emplee; y 2) el otro, un visor réflex de espejo oscilante, como en las posteriores Beaulieu y en mi cámara de cine favorita, que en este mundillo, todos saben que es la Fujica ZC1000.
Una pena que, en estos duros tiempos, no pueda usar esta magnífica obra de ingeniería y artesanía más que en La Coruña.

2 comentarios:

  1. Por usar caballero, la puede usar en todo el mundo. Y si no le permiten llevarla en el equipaje de mano (como pasa con algo tan banal como un set de llaves allen, lo digo porque a mi ya me las han hecho tirar), pues la mete usted bien envueltita en el equipaje facturado y sanseacabó, fin del problema. "Sarracenos" (uno de los nombres con los que la cristiandad medieval denominaba genéricamente a los árabes o a los musulmanes) afortunadamente ya no quedan, pero veo que pensamientos medievales si. Una pena.

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  2. Ya veo que la "retranca" (o ironía) galaica, con nuestro peculiar humor, no se entiende fuera de las fronteras de Galicia. Por cierto, "sarraceno", según la RAE (no la Wikipedia), significa "mahometano" y "mahometano" significa "musulmán".

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