Filmar con película exige el magistral conocimiento de una serie de disciplinas que separan lo que es un arte, el cine, de la bazofia en que se ha convertido el audiovisual actualmente, con la vulgarización de una tecnología, la digital: cuando algo lo puede hacer cualquiera, eso, arte no es.
Si antes, a un festival cinematográfico, llegaban 200 o 300 inscripciones, actualmente, con lo digital, llegan miles . De hecho, esto se ha convertido en un negocio para aquellos festivales que cobran inscripción.
Muchos de los audiovisuales que envían los videocreadores no serán vistos por nadie pues, es un secreto a voces, que se produce una criba en favor de los recomendados, los que mas suenan o los que llegan avalados por una trayectoria, lo cual es muy normal pues es imposible, para ningún comité de selección, visualizar una diarrea de miles de títulos digitales.
En esto, la película fotoquímica constituía una especie de filtro mágico: cualquier producción, por modesta que fuese, que llegase a su final en soporte argéntico, en cualquier paso (Súper-8, 16 mm o 35 mm, pues el cine no es cuestión de milímetros), demostraba que sus autores sabían dominar, en mayor o menor medida, el arte de la cinematografía.
Por otra parte, cuando se proyecta con película, el autor sabe que su obra se verá con el colorido y la textura por él concebido. Esto no ocurre en digital, en que se depende de los diferentes parámetros y características de los cañones de vídeo utilizados, a menudo domésticos u ofimáticos, algo que da igual en un inframundo de la imagen prostituido bajo la premisa del "todo vale".
Los festivales, si proyectan en digital, carecen de sentido; en digital, es mejor, en mi opinión, que los autores publiquen directamente sus obras en Vimeo: llegarán a mas espectadores y, en muchos casos, podrán ser vistas en condiciones mejores. Sólo si se proyecta con película un festival merece la pena, tanto para el director, como para el público.
12 años después de su estreno, el opus de animación producido por Ignacio Benedeti Cinema, "MINOTAUROMAQUIA: PABLO EN EL LABERINTO", escrito y dirigido por ese genio que es Juan Pablo Etcheverry, y que cuenta con las manos mágicas de SAM en la animación, sigue siendo cada año solicitado por todo el globo, en su inmensa redondez.
Este año se proyectó, en 35 mm, en la Filmoteca de Bélgica, hace unos tres meses, y en Tokyo, a principios de año. Hoy se proyecta, en 16 mm, en el BIG CARTOON FESTIVAL de Moscú, en el primero de una serie de tres pases en la capital de la otrora todopoderosa Unión Soviética.
Su director me acaba de adelantar que lo van a premiar con una Mención Especial del Jurado. Esta obra maestra de la animación puede ser vista aquí: MINOTAUROMAQUIA: PABLO EN EL LABERINTO from IB CINEMA Motion Picture Films on Vimeo.
Por otra parte, en San Roque (Cádiz), en la sexta edición de la Muestra de Cine de San Roque, con el incombustible Esteban Gallego a su frente, el Opus I de "No hay futuro" (sobre la crisis española), ha ganado el Premio del Público, premio que, además de un trofeo, ¡¡¡conlleva el revelado pagado de 60 metros de película en el laboratorio Retrolab Cinema!!! (mas que suficiente para hacer otro corto pues uno, a diferencia de los que graban en digital (que usan horas y horas para aprovechar unos minutos), no desperdicia ni un solo fotograma.
El trofeo para "No hay futuro" (Opus I) lo recogió, en mi nombre, un directivo, ya jubilado, de Endemol en Holanda, de la mano de la concejala de cultura socialista, a la que, presente en las proyecciones, me dijeron que el público la miraba divertido en el momento en que narro (sic) "cuando aquel presidente que será recordado para la posteridad como el peor de la historia hablaba de los brotes verdes...".
La audiencia aplaudió mis referencias a D. Amancio Ortega, demostrando que Ortega, una persona que salió de la nada y sin subvenciones, es querida en toda España.
A este festival envié el original inversible: esto es, la película que se proyectó, es la que realmente estuvo en la cámara ¡¡¡cuando la tiramos desde un sexto piso!!! para filmar el suicidio subjetivo del protagonista.
El opus I de "No hay futuro", protagonizado por Javier Súarez y Fernando Pujalte, puede ser visto aquí (se encuentra narrado en español, con fragmentos en gallego y catalán -- ¡es uno el que hace todas las voces!--):
NO HAY FUTURO (OPUS 1) from IB CINEMA Motion Picture Films on Vimeo.
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