El momento de las despedidas siempre son tristes, mas cuando hemos pasado ¡cuarenta años juntos! El micrófono Fujifilm (que originalmente vino con el Fujicascope SH30), tras sobrepasar un poco las cuatro décadas de uso continuado, y con el que sonoricé la locución de todos mis opus cinematográficos (amén de las filmaciones familiares también), comenzó a desarrollar recientemente un zumbido, de forma que no me quedó otra alternativa que sustituirlo por uno que me recomendó el experto sonidista (y operador cinematográfico) Marcos F. Eimil.
Marcos lo instaló ya ¡y va de maravilla! Lo mejor de todo es que no necesito gritar para registrar mi locución: ¡así dejaré de parecer que estoy enfadado, cuando hablo!, je, je. El rendimiento de este nuevo micrófono es sorprendente. Sin embargo, estoy seguro que no me va a durar 40 años...
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| ¡Adiós, querido amigo! |
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