El martes 7 de septiembre, a las 19.30 horas, es una fecha histórica para el cine gallego: el estreno en la Filmoteca de Catalunya, en Barcelona, del largometraje "Spitsbergen, O Gardián do Ártico", ¡¡¡proyectado en 16 mm!!!, en gallego, con una sala atestada de espectadores, con presentación a cargo del Dr. Esteve Riambau, el director de la Filmoteca, y coloquio final.
Fotografía del coloquio en la Filmoteca de Catalunya |
Alex López, el montador de la película, e Ignacio Benedeti salieron temprano de casa, a las 6.30 A.M., hacia el aeropuerto coruñés de Alvedro, un tanto nerviosos pues no siempre se tiene la oportunidad de almorzar con una personalidad del prestigio internacional, en el mundo del archivismo cinematográfico, como Esteve Riambau, a quien Ignacio ya conocía personalmente de alguna de sus programaciones anteriores en la Filmoteca de Catalunya.
En la cabina de proyección, con el Dr. Esteve Riambau y el Bauer de Cruz de Malta con óptica Kern |
No pudo elegir la Generalitat de Catalunya un mejor hotel, el Barceló Raval, ¡a la vuelta de la esquina de la Filmoteca!, y a escasos minutos andando de lugares emblemáticos que Ignacio y Alex visitaron: la Catedral, el Liceu, la plaza de Sant Jaume (con la Generalitat y el ayuntamiento), la calle Pelayo (donde antiguamente estaba la redacción de "La Vanguardia" en la que Ignacio había hecho prácticas -a principios de los años ochenta el término becario no existía- al servicio de Horacio Sáenz Guerrero) y, entre otros, el Bar Castells, de cinematográfico nombre (Julio Castells, amigo de Ignacio, tuvo su taller de bobinas de cine muy cerca), en cuya entreplanta, antes de la pandemia, se reunían semanalmente los entusiastas del pequeño formato; en una visita guiada por ese buen amigo que es Jordi Bails (coleccionista especializado en 9.5 mm).
El Dr. Esteve Riambau recibe a Ignacio y a Alex en la Filmoteca de Catalunya |
Si en Coruña diluviaba al despegar, en Barcelona el tiempo, como es habitual, nunca defrauda. Ignacio y Alex almorzaron con Esteve Riambau en un terraza al aire libre, al amparo de una arboleda, en la que el director de la Filmoteca, un entusiasta del fotoquímico, les comentó, no sin orgullo, que aproximadamente la mitad de la programación la hace con película (¡a ver si se toma nota por otros lares!).
Un momento del coloquio |
A la derecha, el Dr. Esteve Riambau |
En las restauraciones de la Filmoteca de Catalunya ciertos procesos químicos, como el propio tiraje de los positivos, no queda mas alternativa que hacerlos en un laboratorio extranjero. Cuando, con la debacle del 35 mm a escala industrial, cerró Image Film, en Barcelona, el Dr. Esteve Riambau, inspirándose en el proceder de la Filmoteca de Suecia, intentó quedarse con las instalaciones, asumiendo los siete trabajadores, pero no fue posible: desgraciadamente, esto no es Escandinavia. Una pena, pues esta iniciativa, si hubiese llegado a prosperar, habría convertido a Barcelona en el enclave de referencia para la restauración de películas en el sur de Europa.
Tras la mascarilla, se distingue al creador Josep Blay |
El Dr. Riambau tiene claro que, cuando se trata de conservar una obra para la posteridad, incluso aunque sea de origen digital, nada puede competir con la película. Y, además, lo que en principio parece mas costoso, a largo plazo es, calcula, ¡¡¡seis veces más económico!!! (si bien, la directora de la Filmoteca francesa estima que la diferencia es todavía superior en favor del argéntico: de 10 a 1).
A la izquierda, Xavier Gascón |
Una grata sorpresa fue conocer que el Dr. Esteve Riambau consiguió recuperar un positivo ¡¡¡en 70 mm!!! de "Proyecto: Brainstorm" la película de Douglas Trumbull de la que tanto Ignacio como Alex son entusiastas, y de la que poseen sendos positivos anamórficos, el de Ignacio en 16 mm y el de Alex en Súper-8.
Ignacio, que estudió su carrera en Barcelona y era el Jefe de Actividades del Colegio Mayor Sant Jordi, recordó con el Dr. Riambau los tiempos de Veloz Films, San Pablo Films y, sobre todo, Profilmar, la distribuidora fundada por Josep Lluís Galvarriato y de la que Ignacio fue cliente ininterrumpido desde sus tiempos de estudiante hasta que cerró sus puertas hace aproximadamente un lustro. En la comida, recordaron la figura de Enrique López Manzano, líder del grupo Acció Súper-8, durante la Transición un nombre fundamental en el Súper-8 alternativo catalán, alejado de las burguesía del Centre Excursionista de Catalunya.
La taquilla informa del formato de exhibición |
Tras el almuerzo, dió comienzo un recorrido exhaustivo por los mas de seis mil metros cuadrados de la Filmoteca, en pleno corazón de Barcelona: podría ser, esta institución, un palacio del cine, pero sus responsables, con su esfuerzo y dedicación (¡no cierra ni en agosto!), han hecho que la Filmoteca de Catalunya trascienda a algo superior: es un auténtico templo del cine en el que, por supuesto, visitamos su Sancta Santorum: la cabina de proyección, ordenada, limpia, espaciosa, ubicada entre las dos salas, con dos proyectores de 35 mm para cada una de ellas (a fin de proyectar alternativamente los rollos, sin cortar las colas), y dos proyectores Bauer Selection II de 16 mm con una prestación rara en este paso: mecanismo de Cruz de Malta (amén, claro está, de linterna de xenón).
Un recuerdo imborrable: la invitación de Ignacio Benedeti |
Recorrer la Filmoteca de Catalunya con un cicerone como su director, es una experiencia que Ignacio y Alex no olvidarán jamás: disfrutaron mucho con la exposición de Chris Marker; este tipo de creadores, transversales, que conjugan varias artes, siempre han interesado al Dr. Riambau.
Por la tarde, antes de la proyección, reunión con varios superochistas barceloneses como, además de Jordi Baills, los amigos Adolfo Schneider, Lluís Gifre y, entre otros, Marc Mallol y Xavier Gascón, organizadores de la recordada Mostra de Súper-8 de Barcelona, o Jordi Artigas, que le dedicó a Ignacio su libro sobre el Cine Nic.
Precediendo la sesión, encuentro en el vestíbulo de la Filmoteca con personas que se trasladaron desde otras partes de Catalunya, como la profesora Inma Sánchez (con la que Ignacio, a través de los años, sólo coincide ¡o bien en la Filmoteca de Catalunya o bien en recónditos lugares como Groenlandia, Islandia o las Islas Faroe!), o el profesor Ramón Gassó que, desde Berga, es el principal mantenedor, en España, del 9.5 mm, el histórico paso cinematográfico que se resiste a morir, precisamente gracias a gente como Ramón, cuya labor tendrá, algún día, que merecer un reconocimiento.
Con la profesora Inma Sánchez |
Ya en la sala Laya, la sorpresa fue grande al comprobar que estaba atestada de espectadores. El Dr. Riambau le comentó a Ignacio que no sabía si alegrarse o entristecerse pero que, desde que comenzó la pandemia, muchos días tenía él mas espectadores en la Filmoteca que el resto de salas de cine de Barcelona en su conjunto.
Alex e Ignacio con los superochistas barceloneses |
En la presentación de "Spistsbergen, o Gardián do Ártico" Esteve Riambau recordó a la audiencia que ya antes la Filmoteca había programado títulos de la colección de Ignacio Benedeti. Explicó, también, que esta película sobre el Calentamiento Global, estaba rodada en Súper-8 e "hinchada" a 16 mm, así como que se proyectaría en gallego, su versión original. Hizo reír a la audiencia con la anécdota de que, cuando los proyeccionistas probaron el positivo, como concluye con un fotograma quemándose en pantalla, a los proyeccionistas casi les dió un síncope ¡pues pensaron que la película se había atascado y la película se estaba quemando de verdad! Este es un efecto que Ignacio Benedeti procura introducir muchas veces en sus películas pues es algo que es imposible que suceda con una videoproyección digital.
¡Bar Castells!, con el amigo Jordi Baills Castelló |
Tras la presentación de Ignacio, dió comienzo la proyección, después de la cual tuvo lugar un esclarecedor coloquio, con preguntas muy inteligentes (incluso sobre el modelo de cámara: la Bauer A512 fue la principal, con la que se filmó la práctica totalidad del metraje), al término del cual una especie de deidad, de sublime belleza, con acento escandinavo, se acercó a Ignacio para preguntarle varias dudas relativas al Súper-8. ¿Bajó esta diosa interestelar del Olimpo o se trató de una alucinación? ¡¡¡Alex confirma que fue una aparición en carne mortal!!!, cuya luminosa presencia, sobrenatural, cerró la sesión con un broche de oro. Lo mejor de todo, es que el Dr. Esteve Riambau se comprometió a estrenar en la Filmoteca de Catalunya "Odisea en Groenlandia", el segundo largometraje de la serie Stop Calentamiento Global, también rodado en Súper-8, pero que será "hinchado" no a 16 mm, sino a 35 mm. Por cierto, que "Spitsbergen, O Gardián do Ártico" se seguirá proyectando en 16 mm en Catalunya: muy pronto, mas detalles.
Con herr Adolf Schneider, una amistad desde los años ochenta |
Al día siguiente, la pantalla ante la cual Ignacio y Alex presentaron "Spitsbergen, o Gardián do Ártico" estaría ocupada con la presencia del admirado Costa-Gavras del que Ignacio, en su Cinemateca, atesora tres alhajas en fílmico : "Z" (en 35 mm), "AMÉN"(en 35 mm) y "Desaparecido" (en 16 mm).
...y al día siguiente: ¡el maestro! |
Presentación de Ignacio Benedeti;
Muy contento con este templo del cine que es la Filmoteca de
Catalunya, y agradecido con su director, Esteve Riambau, por estrenar
“Spitsbergen, O Gardián do Ártico” en Barcelona, ¡y hacerlo en fílmico además!
La mayoría de los que estáis aquí sois conocedores de que el documental no está
grabado en digital, sino que fue filmado con película de Super-8.
Proyectar esta obra en video digital hubiese sido una especie de traición al espíritu que ha impulsado su génesis: sería, valga la comparación, como si a un pintor le dicen que su óleo, trabajosamente engendrado con meses de trabajo artesano, se expondrá en una galería… ¡pero con una reproducción en offsett!
“Spitsbergen, o guardián do Artico” es un documental cinematográfico que, en clave de entretenimiento, aborda el calentamiento global en un territorio, el archipiélago de Spitsbergen, o Svalbard, CUYO ESTADO ACTUAL, que ya no es el mismo que en 1995 - la primera vez que estuve allí-,… está abocado a la desaparición en muy poco tiempo.
La oportunidad de realizarlo surgió cuando Kodak me eligió para probar su nueva película Ektachrome 7294, en ese momento en desarrollo… para filmar tests, con el material de preproducción, en un rodaje real con condiciones extremas.
Decidí aprovechar la ocasión y, al tiempo que filmaba la prueba técnica para Kodak (que se publicó en PhotoKlassik International), sacar adelante un largometraje que conjugaría mis tres pasiones: el cine (foto químico… no lo otro), los territorios hiperbóreos y la conservación del medio ambiente.
Se gestó así “Spitsbergen, o Guardián do Ártico”, la primera piedra de un proyecto mas ambicioso, “Stop Calentamiento Global”, que engloba varios largometrajes sobre el cambio climático.
Respecto a los aspectos técnicos de un rodaje tan peculiar como este, hace unos meses me hizo gracia, cuando en una televivisión me preguntaron por qué filmaba con película, y de súper8 nada menos. ¡Eso es no entender nada!
La película de cine, no sólo ofrece una sensación orgánica, imposible de emular en digital --salvo de forma grosera--, sino también una gama de texturas que, al creador, le faculta seleccionar la más adecuada para lo que se desea narrar:
Por ejemplo, empleé la monocromía granulada de la Kodak Tri X para transmitir mi vivencia de desolación, de desamparo, cuando el rompehielos quedó atrapado en la banquisa, en medio de aquel viento inmisericorde;
Me serví de la vivificante Kodak Ektachrome 7294 para infundir en el espectador la inolvidable sensación vivida cuando, tras una jornada de tinieblas aceradas, se abre paso el esplendor del sol de medianoche.
O la Kodak Ektachrome 7280, con su grano y paleta cromática tan
especial, para recrear la época soviética en las decadentes Pyramiden y
Barentsburgo.
Podría decirse que las características de cada emulsión cinematográfica forman parte del relato, una especie de metalenguaje, que contribuye decisivamente a la narración.
El cine es un medio físico, que se puede tocar con las manos y ver al trasluz. Si es en Súper-8, permite vivir la experiencia de rodar en película con equipamientos reducidos, tanto técnicos como humanos, y, al mismo, el cineísta está en condiciones de demostrar que conoce el oficio, pues lo que se filma, tiene que salir perfecto, sin automatismos ni posibilidad de repetición.
La sensación orgánica del Súper-8 COMIENZA en el mismo momento en que se abre el envase de la película, y el creador puede aspirar el olor de la emulsión virgen… CONTINUA durante la filmación… diríamos que a ciegas (pues es imposible ver el resultado de inmediato), SE MANTIENE durante el revelado (a veces con ingredientes domésticos, ¡como la cerveza con vitaminas!), y SE CONSUMA en la proyección, viendo el resultado. El festín artístico PROSIGUE durante el montaje, que en el metraje inversible, es con moviola, cortando y pegando los planos no de un copión, sino de la película original.
Personalmente, considero que filmar con película de Súper-8 es una artesanía, lo mismo que escribir un libro, pintar un cuadro o componer una partitura. EL ÉXTASIS DEL SÚPER-8 es cuando le toca a uno mismo proyectar el propio original inversible que estuvo, físicamente, en el lugar de la filmación. ¡HOY NO EXPERIMENTARÉ ESTE ÉXTASIS!, pues proyectaremos un hinchado a película de 16 mm, con un proyector Bauer de cruz de malta, justo de la misma marca de la cámara con la que filmé la película.
No se puede puede iniciar la proyección sin antes dar las gracias a quienes han hecho posible el proyecto, como Kodak y la revista alemana Silvergrain Classics, pero también, a Álex López, montador, superochista entusiasta, stop motioner y, sobre todo, buen amigo, pese a la diferencia de edad (pues pocas cosas unen más, y son mas democráticas, que la pasión por el cine; al compositor Sergio Moure de Oteyza (formado, como uno mismo en Barcelona), gracias a Santiago Fernández, sin cuya voz nada sería igual, y, también, a Marcos Eimil, el sonidista; a Televisión de Galicia, por la compra de los derechos de emisión en lengua gallega (si bien, el positivo de televisión está en otro gallego, académico, alejado del que se habla en la calle, que es el que escucharemos hoy aquí). Y, por supuesto, gracias al Ourense Film Festival, por el premio especial XXV aniversario, así como a los periódicos La Región y, sobre todo, La voz de Galicia, el cuarto periódico mas vendido de España, por su apoyo constante y que, cuando el documental se estrenó en Coruña, en abril, publicó de la mano de su crítico Miguel Anxo Fernández:
“Estamos
ante un documental a la usanza antigua (que no vieja), artesana, en la que,
junto al espíritu de aquellos clásicos del sello Disney, se rastrea a un
Cousteau en su lucha por la preservación del planeta y su diversidad, con
vistosas imágenes que invitan a reflexionar: o acotamos el calentamiento global
o imágenes así ya no podrán volver a filmarse”
Gracias, de nuevo, a la Filmoteca de Catalunya, personificada por su director Esteve Riambau, y a todos los que estáis aquí hoy, como Inma, a quien conocí hace diez años en Groenlandia, GRACIAS A AMISTADES MAS ANTIGUAS como la de Adolfo Schneider, Marc Mallol, Ramón Gassó o Lluis Gifré, O MODERNAS como Josep Blay o Jordi Bails (¡me dejo mas en el tintero!; gracias, a todos. Al final, ya en la sala, o fuera de ella, Alex y yo estaremos a vuestra disposición para cualquier consulta. Gracias.
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