miércoles, 21 de diciembre de 2016

SÚPER-8: 50 AÑOS DE ERRORES DE MARKETING DE KODAK

Incluso durante el pico de su producción, en 1978, el Súper-8 nunca pasó de ser algo muy minoritario. Muchos de los usuarios que compraban cámara y proyector, lo abandonaban tras rodar unos pocos cartuchos. Filmar, además de caro, exigía unos conocimientos que no estaban al alcance de la mayoría. A todo ello, se debe añadir unos graves errores de mercadotecnia de Kodak a la hora de posicionar el producto que, aunque tienen enmienda, todavía hoy se mantienen.


EL PRIMER ERROR DE KODAK: EL SÚPER-8 NO ES UN PRODUCTO DE CONSUMO.
La entonces todopoderosa Kodak cuando, a principios de los sesenta, vió que las ventas de películas de 8 mm comenzaban a declinar, mejoró  el formato,  como ya se ha explicado en esta bitácora (ver http://mimundoensuper-8.blogspot.com.es/2016/11/super-8-en-la-era-digital-leccion-2.html ),  con una ventaja fundamental respecto al precedente 8 mm: la carga instantánea y el fotómetro automático integrado en cámara. Kodak intentó, en 1965, hacer un producto de consumo, como son actualmente las cámaras digitales, en la que una persona corriente puede extraerlas del envase y, sin leer las instrucciones, empezar a usarlas con éxito.


Pero el Súper-8 es una artesanía que exige sabiduría, dedicación, tiempo, trabajo y mucha paciencia a la hora de luchar contra imprevistos, como una mala reperforación de la película, un enfoque mal calculado, un cartucho que se atasca, una compensación del diafragmado o un problema de revelado, amén de todo el trabajo de postproducción que hay tras el procesado. Cualquier error, en Súper-8, se paga caro y no tiene solución.


Hasta finales de los setenta, Kodak invirtió fuertes sumas en publicidad para tratar de convertir a cada occidental en un "productor" con la finalidad de incrementar el consumo de película. ¿Qué fue lo que no funcionó? Su fallo fue no informar a los cineastas en ciernes el enorme trabajo y la mezclas de disciplinas que exige el Súper-8 (y que J.J.Abrams recrea tan magníficamente bien en su éxito de taquilla de 2011 "Súper-8").


La decepción, excepto en los mas avezados, llegaba tras unos pocos rollos, con imágenes que para nada se parecían a lo que Kodak prometía; como, además, la película de cine, hecha con plata, es muy cara, la mayor parte de los usuarios dejaban sin uso cámaras, alguna de ellas magníficas, construidas para durar, que actualmente, si han estado bien conservadas, se pueden encontrar como nuevas, no necesitando mas que un ligero ajuste y repaso tras cuatro décadas de haber sido fabricadas.


EL SEGUNDO ERROR DE KODAK: CORTE TOTAL DE LA PUBLICIDAD. 
Muy grave fue, cuando sin medir las consecuencias, Kodak cesó de repente toda publicidad relativa al Súper-8 en 1981. Pese a que la calidad de los métodos de generación electrónica de la imagen era, en ese entonces, irrisoria, con equipos, además, muy pesados, con este inesperado cese, las cadenas de distribución orientaron las preferencias de consumo hacia el vídeo con el resultado que muchos usuarios simplemente dejaron de filmar (no se pasaron al vídeo).  La decisión de Kodak hizo que, en cuestión de sólo dos años, quebrasen y desapareciesen marcas míticas del mundo del cine, en Europa, Estados Unidos y Japón, con decenas de miles de puestos de trabajo perdidos: Eumig, Nizo, Bell & Howell, Noris, por citar unas pocas. Algunas aguantaron unos años más, como Beaulieu,  Bauer, Fumeo o Elmo, por ejemplo, con productos de altas prestaciones, y precio, orientados para el usuario profesional disconforme con la ínfima calidad del vídeo de la época o preocupados por la conservación a largo plazo de la señal electrónica.


EL TERCER ERROR DE KODAK: SUPRESIÓN DEL INVERSIBLE DE COLOR. 
Antonio Pérez, el anterior CEO de Kodak, decidió convertir el Súper-8 en un formato exclusivamente profesional, cesando paulatinamente  la fabricación de películas de color inversible,  en favor de la gama Vision negativa,  acreditada en Hollywood. No tuvo en cuenta, mi paisano de Galicia Antonio Pérez, que muchos artistas, en todo el mundo, ven en la película inversible un medio que tiene mucho que decir todavía y que para ellos posee una cualidad diferenciadora: la película inversible, tras su revelado, se transforma en un original positivo único; es, pues, una obra de arte, una especie de incunable cuya completa gama orgánica sólo puede ser correctamente apreciada mediante su proyección directa con un sistema mecano óptico.
Por otra parte, cuando Kodak pasó las emulsiones Súper-8 al catálogo de cine profesional, como desaparecieron del listado de productos para el consumidor, muchos clientes ¡creyeron que se había dejado de fabricar!
 


EL CUARTO ERROR DE KODAK: PRESENTACIÓN DE UNA NUEVA CÁMARA ANTES DE QUE SU DESARROLLO ESTUVIESE CULMINADO.

El año pasado, con ocasión del medio siglo de vida del paso Súper-8, Kodak anunció la inminente puesta en producción de una nueva cámara de cine que estaría en venta a finales de 2016. Aparte de que no han cumplido el plazo (ahora se anuncia para la primavera de 2017), ayer la página oficial del otrora gigante amarillo subió un corto con imágenes de prueba filmadas con uno de los prototipos: ¿los filmó alguien de Sony? Parece un vídeo disparado por el enemigo. Una pobre sucesión de planos, sin el menor sentido estético, pésimamente digitalizados, con deficiente estabilidad tanto horizontal como vertical, y sin el anunciado formato Max 8 (en su lugar, el tradicional "académico"). Personalmente, a la vista de esas horribles imágenes, no cambio para nada mis bien probadas Fujica, Bauer, Nikon o Canon con cerca de cuarenta años a sus espaldas.




KODAK: LA ENMIENDA ES POSIBLE

Por una parte, de modo inmediato, urge sustituir el vídeo demostrativo (ver abajo) por alguno filmado por J.J.Abrams o , ¿por que no? , por el mismísimo Spielberg, gran entusiasta del Súper-8. No se ignora que la situación económica de Kodak es delicada pero estos dos cineístas, junto con otros, como Christopher Nolan o Tarantino,  por citar a dos mas,  que han dado buena muestras de su amor a la tecnología fotoquímica, seguro que no cobrarían nada por un opus demostrativo filmado como Dios manda. Otra idea podría ser rodar la prueba "detrás de las escenas" de alguna de las series que se están filmando hoy con película Kodak Vision de 16 mm, como "The walking dead": ¡el usuario joven quedaría enganchado para la causa superochística!

Por otro lado, el Súper-8 no puede quedar sin película inversible de color. Es momento de una negociación de alto nivel, y si a los propietarios de la marca AGFA no le duelen prendas, actualmente, para vender,  bajo su veterano nombre, película de diapositiva inversible de color manufacturada en realidad por Fuji Film, ¿por qué Kodak no podría hacer lo mismo con la Fuji Film Provia, vendiéndola como Ektachrome II en Súper-8, por ejemplo?
Son momentos difíciles para los cineístas especializados en Súper-8 pero, sin embargo, el futuro de nuestro querido paso se ve mejor ahora que hace cinco años.
 

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