El 1 de mayo cumple 52 años el formato cinematográfico que marcó mi vida y que, tal día como hoy, en 1965 fue presentado en la IPEX de Nueva York como una evolución del 8 mm inventado en 1932.
En pleno siglo XXI, este 2017, se puede vislumbrar un brillante nuevo futuro para el Súper-8, gracias a la nueva cámara Kodak, que se pondrá a la venta el mes que viene, y la reintroducción de la película inversible Kodak Ektachrome, a finales de año, que se añade a la gama Vision negativa y a las emulsiones de otros fabricantes.
El Súper-8, apoyado con fuerza por místicos del cine, no sólo no ha exhalado su último suspiro, sino que todavía tiene mucho que decir artísticamente. Paradójicamente, la tecnología digital, que vaticinaban sería su verdugo, se ha convertido
en una aliada pues, gracias a ella, las obras en Súper-8 consiguen una difusión universal.
¡FELIZ CUMPLEAÑOS, SEÑOR SÚPER-8!
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