Ya antes de que Fujifilm dejase de vender, en sus cartuchos de Single-8, sus extraordinarias emulsiones inversibles Fujichrome N, uno ya cargaba en los cartuchos de Single-8 la extraordinaria Kodachrome. Con el tiempo, mis cartuchos de Single-8, han contenido toda la gama de emulsiones Kodak (las tres Vision, la Tri X, la Plus X), así como de otros fabricantes (AGFA y FOMA, principalmente).
Algunas de las características únicas de la Fujica ZC1000 son: obturador variable de espejo oscilante que se puede fijar en cualquier punto, montura de objetivos intercambiables tipo C, filmación marcha atrás manteniendo la línea de encuadre, rebobinado eléctrico manual, maravilloso sistema para la sincronización de sonido, contador de fotogramas, presor en cámara, objetivos originales EBC con macro en cualquier longitud focal y una gama de accesorios vastísima. Uno de los puntos fundamentales es su fiabilidad a toda prueba: ni en las arenas del Sahara ni en el mismísimo Ártico jamás me ha dejado colgado.
En genuinos cartuchos de Single-8 actualmente se pueden conseguir magníficas emulsiones inversibles: la Fujichrome Provia, la FOMA y la ORWO. Pero como las de Kodak hay que extraerlas, en cuarto obscuro, del cargador Súper-8 y pasarlas al de Fuji, a veces, por falta de tiempo, no me queda mas remedio que filmar directamente en cartucho de Súper-8.
En Súper-8, las Beaulieu son muy bonitas, pero extremadamente temperamentales: ¡cuando menos te lo esperas, se estropean!. Las Canon de la serie XLS me gustan, aunque no me convencen varios puntos. Y las Nikon son muy ruidosas.
Sin embargo, he rescatado de las vitrinas de IB Cinema tanto la Leicina Special como una serie de cámaras Bauer, de altísima calidad óptica, que han pasado de ser inservibles a ser perfectamente utilizables con todos los tipos modernos de película gracias a la modificación que hace André Egido, el antiguo técnico de Robert Bosch en Francia para cámaras de cine (Bauer y Braun-Nizo), que permite la selección manual de la sensibilidad.
Este grupo de cámaras, convenientemente revisadas y modificadas por André Egido, son las preciosas alemanas con los que, ocasionalmente, soy infiel a la Fujica ZC1000.
Hermosa, de bonitas curvas, elegante y, al mismo, discreta, la Bauer A512 es la mejor cámara de Súper-8 fabricada: obturador variable bloqueable en cualquier posición, iris circular, intervalómetro incorporado, dispositivo de exposición lenta incorporado y, sobre todo, un excepcional objetivo Schneider Variogon de 6 a 70 mm cuyo poder tanto tele como granangular se puede modificar con complementos (en la fotografía, con un conversor Canon). André Egido modificó mi 512 no sólo para aceptar sensibilidades ajustables manualmente entre 40 y 200 ASA, sino también para hacerla compatible con el sistema de sincronización sonora FTS de la Fujica ZC1000.
Para rodar con obturador de gran abertura (225 grados), en condiciones de baja iluminación, con un tamaño compacto y llevando poco peso, la mejor opción es la Bauer C900XLM: con el fabuloso objetivo Neovaron f 1.2 6-51 mm, de nitidez extrema y macroenfoque en múltiples focales, quien quiera saber mas de este modelo puede leer esta entrada de mi bitácora:
http://mimundoensuper-8.blogspot.com.es/2016/11/bauer-c900xlm-decadencia-teutona.HTML
Adaptadas por André Egido para aceptar emulsiones entre ¡40 y 400 ASA! ambos modelos son los mas silenciosos del mercado: por ello, Egido las modificó para que puedan emplearse también con el sistema de sincronismo sonoro FTS de la Fujica ZC1000.
Tanto la 409 como la 709 comparten la misma óptica, el fabuloso objetivo, diseñado en Suiza, y fabricado con cristal japonés, Neovaron f 1.2 de 6 a 51 mm, con macro, como ya se ha dicho, en casi cualquier focal (y no sólo en los extremos).
La 409 está montada en Asia pero la 709 fue íntegramente diseñada y construida en Alemania y Suiza: sus acabados son una delicia, aunque es mucho mas voluminosa. Su microcomputadora permite una serie de refinamientos como el autodisparador programable electrónicamente.
Las últimas Nizo sonoras (con su indicativo de modelo en cuatro dígitos), con su sistema de transmisión de correas, tienen fama de ser las cámaras de cine más silenciosas. En mi opinión, se encuentran superadas por las Bauer de correa. Además, las Nizo llevan correas de sección triangular (menos duradera).
Las Bauer 709 y 715 tienen correas dentadas.
SONIDO DIRECTO.
Actualmente, en Súper-8, el sonido directo resulta menester grabarlo en banda aparte, así que monsieur Egido adaptó la antigua entrada de "remote", del micrófono, en sentido inverso: ahora es la cámara la que pone en marcha el magnetófono, y lo para, como puede verse en el siguiente vídeo, con cada plano:
La cámara podría activar un dispositivo digital de grabación de sonido pero uno prefiere la dimensión analógica de las cintas de cassette de óxido de berilio en posición cromo y con Dolby.
UN BRILLANTE FUTURO PARA LA 409XL
Gracias a la mejoras desarrolladas por André Egido se ha podido resucitar para su uso con las películas actuales una cámara que es la idónea para rodar en interiores con sonido directo sincronizado y altísima calidad de imagen (incluso abriendo a f 1.2), sin necesidad de focos (su obturador es a 225 grados).
Tras una experiencia de años, siendo una especie de play boy de cámaras, "mariposeando" con unas y otras, estoy en condiciones de afirmar que varios modelos de Bauer con correa superan en silencio de marcha a cualquier Braun Nizo de cuatro dígitos (incluso en estas, hay dos categorías, por ejemplo las Braun Nizo 6056 o 6080 son menos rumorosas que las 4000, 3000 y 200 dado que llevan unas piezas móviles de plástico).
Las mas silenciosas cámaras de cine de Súper-8 son, sin duda, las Bauer 407, 409, 609, 305 y 307 (de correa lisa de sección cuadrada), seguidas muy de cerca por las Bauer 709 y 715 de correa dentada
Revisadas, garantizadas y con las modificaciones que el cliente estime oportuno, no sólo para Bauer, sino también para Braun-Nizo, el mejor especialista, André Egido, tiene hasta web: : https://www.cine-super8.net/ Como Egido lleva toda su vida entre cámaras y proyectores Bauer, Braun y Nizo, carecen de secretos para él. No sólo tiene, André, un buen surtido de piezas, sino que su tienda, con multitud de productos, es una especie de "cueva de Aladino" para el entusiasta cinematográfico: ¡hay de todo!
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