La Velvia 50 es la diapositiva idónea para los paisajes; sin embargo, ha sido denominada como una película racista: los tonos de piel de los negros y morenos salen desproporcionadamente oscuros, a la vez que, en los caucásicos, pecas o espinillas, o mofletes sonrosados, también parecen desmesuradamente realzados. De hecho, Fujifilm recomienda, en inversible, retratar personas con la Fujichrome Velvia 100 o, mejor aún, con la gama Provia.
En 2011, se habló de que la Velvia 50 (que entonces se producía sólo dos veces al año), dejaría de fabricarse. Sin embargo, el incremento de consumo a nivel mundial ha hecho que la multinacional japonesa Fujifilm,
para la que actualmente el negocio fotográfico es una mera anécdota (metida como se encuentra, en otros mundos, como el farmacéutico), ha hecho que se replantee su decisión: la Velvia 50 seguirá en producción.
Cada mes de primavera, disparo un carrete de diapositivas Fujichrome Velvia 50 en distintas zonas de mi ciudad. Aunque sólo su proyección directa, con un proyector de diapositivas Fumeo de Xenón, permite apreciar los matices de su colorido sobrenatural y profundo, en esta bitácora no queda otra que reproducirlas por medio de un escaneo digital, aunque con ello sea imposible transmitir su alma argéntica.
¡Adiós, primavera coruñesa!
Todas las diapositivas son Fujichrome Velvia 50, tomadas con la Fujica ZX5 y distintos objetivos Fujinon EBC
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