Uno, que ya cuenta con una cierta edad, su infancia
y adolescencia transcurrió en los años setenta. En aquella feliz década, mi
ciudad estaba saturada de librerías y kioskos donde multitud de tebeos se nos
ofrecían con precios asequibles a los niños.
Casi todos mis amigos compraban aquellos
editados, en España, por la entonces pujante Editorial Bruguera (Pulgarcito,
Mortadelo, Capitán Trueno…), la ya decadente Editorial Valenciana (El guerrero
del antifaz, Roberto Alcázar y Pedrín…) y otros sellos menores, pero uno
siempre fue fanático de los tebeos importados por la mítica Editorial Novaro,
de México.
Gran parte de mi colección, acumulada gracias a las pagas dominicales, la tiraron a la
basura cuando marché a estudiar a Barcelona. Se salvaron, sin embargo, mas de
cien ejemplares de “La pequeña Lulú”, unidades aisladas de otras series (“Periquita”,
“Red Ryder”, “El llanero solitario”, “Roy Rogers”, “Archie”...) y, al haberlos
encuadernados de forma autodidacta, una buena cantidad de números de “Supermán”,
“Batman” y otros héroes del universo DC como, entre otros, “Linterna Verde” y “Marvila”,
cuya importación fue autorizada a partir de 1972 (¡recuerdo todavía los
anuncios en La Voz de Galicia!).
MARVILA, EL NOMBRE DE WONDER WOMAN.
Una de las características principales de los
tebeos de Novaro es que la mayoría de los nombres estaban españolizados: así,
Bruce Wayne era Bruno Díaz, Lois Lane se llamaba Luisa y Smallville,
Villachica. Mis dos heroínas favoritas, de preadolescente, eran Superniña y Marvila, la Mujer
Maravilla, ahora conocida por Wonder Woman, no sólo gracias a los libros
gráficos de nueva reedición (aunque de precio inalcanzable para los niños),
sino por la recomendable película de la Warner que tanto me agradó ayer en el
cine.
¿QUIÉN ES MARVILA?
Esta superheroína es una princesa guerra de
la mitología griega, Diana de Themyscira que, como Batman y Supermán, tiene un
alter ego, una personalidad secreta: Diana Prince. En su lucha contra el mal,
además de los dones obtenidos de los dioses, posee una gran cantidad de armas,
como, entre otros, el lazo de la verdad o los brazaletes mágicos, amén de una
fuerza sobrehumana fruto, en parte, del entrenamiento.
La lucha de Marvila por la justicia y la
igualdad la llevó a convertirse en una especie de icono feminista, si bien,
cuando uno era niño, una de las virtudes que mas le atraían eran no solo sus
poses ciertamente eróticas sino también su sensual atuendo.
EL CREADOR DE MARVILA ES UN DOCTOR POR HARVARD.
El currículo del creador de Marvila es sorprendente: es William Moulton Marston, doctor en
psicología, con máster en leyes, por la Universidad de Harvard. Como
científico, fue profesor universitario y autor de controvertidas
investigaciones sobre la psicología humana. Su vida personal fue sorprendente
para su época: casado en 1915 con una colega profesional, con la que tendría
dos hijos, sostenía una relación paralela, consentida por su esposa, con una
alumna con la que tendría otros tres hijos, viviendo todos bajo el mismo techo.
El Dr. Marston, que falleció de cáncer en 1947, estaba convencido de la
superioridad de la mujer sobre el hombre.
WONDER WOMAN, LA PELÍCULA, DIRIGIDA POR UNA
MUJER.
Si bien Marvila fue creada durante la II
Guerra Mundial para luchar contra el Eje, en esta versión cinematográfica, aunque los villanos siguen siendo los mismos, los alemanes, la acción nos
traslada a la I Guerra Mundial.
Wonder Woman, protagonizada por Gal Gadot, Chris Pine, Robin
Wright y la española Elena Anaya, deleita al espectador desde sus primeros
fotogramas cuando Marvila comienza su entrenamiento para convertirse en una
poderosa guerrera; entonces, su vida se cruza, a través de una brecha en el
tiempo, con un piloto que le descubre el
conflicto bélico que se está produciendo en el mundo y decide abandonar su
hogar para luchar en el bando aliado de la I Guerra Mundial.
ÉXITO DE TAQUILLA.
Wonder Woman está funcionando muy bien en taquilla. Ello puede
significar un punto de reflexión dentro de una industria que comienza a
considerar no solo más oportunidades para personajes femeninos protagonistas,
sino también que una mujer, en este caso Patty Jenkis, se encuentre por primera
vez al frente de una producción con un presupuesto de cien millones de dólares.
No puedo ver mas que con simpatía a Patty Jenkis: nacida en una base militar,
empezó en Hollywood desde abajo, como ayudante de enfoque. Pudiendo
grabar fácilmente en digital, Patty Jenkis decidió rodar Wonder Woman en 35 mm.
con las maravillosas emulsiones de la serie Vision de Kodak.
El resultado final es asombroso: técnicamente es una delicia
visual. En cuanto al público en general, disfrutará hasta el último fotograma
de una película que vale la pena verla incluso pagando la entrada a su tarifa
completa.
Si acaso, dos minúsculas pegas: 1) me disgusta que no se respete,
en el doblaje, el nombre de Marvila, con el que muchos hispano hablantes
conocimos a Wonder Woman; y 2) que Pattty Jenkys haya sucumbido a la moda de
comenzar la película sin créditos de inicio.
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