La Jirafa de Castells es un ingenioso dispositivo, que se fabricó en Barcelona hasta 2013 por el gran y nunca olvidado Julio Castells, que permitía la proyección de largometrajes sin interrupción usando proyectores pequeños.
Julio las ofrecía en dos versiones: 16 mm y Súper-8 (para cualquiera de las dos, suministraba, bajo pedido, adaptadores de 9.5 mm). Como tanto en Súper-8 como en 16 mm suelo emplear proyectores ya concebidos para largometraje, las dos Jirafas de Castells las destino simplemente como dispositivos portátiles de rebobinado, sin necesidad de usar ninguna de las dos mesas que para ese cometido tengo instaladas, y que, además de para los dos pasos citados, sirven para bobinas de 6.000 metros de 35 mm.
Ayer, súbitamente, la Jirafa de Castells de 16 mm dejó de funcionar (aunque se oía el motor girar). Primera avería en 35 años o 40 años, pues la Jirafa fue diseñada para la eternidad. Arreglarla, fue fácil: la correa interna rompió. Como son correas metálicas, del mismo tipo que usan los Fumeo portátiles, no necesitan sustitución: se hace, con un alicate, un nuevo gancho en el punto de la rotura y ¡presto! ya está la Jirafa lista para otros 40 años.
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