En el mes y pico del rodaje de "Perfecta Locura Antártica" entablé una relación de amistad, no exenta de admiración, con los pilotos de los tres helicópteros, con quienes, además, viniendo de las fuerzas armadas de su país, compartía una serie de valores comunes.
Verdaderos enamorados de la Antártida, siempre estaban dispuestos a volar para cualquier misión científica o de salvamento, con helicópteros contemporáneos de la ZC1000 (principios de los años ochenta) los cuales, con la ayuda de tres ingenieros, debían montar antes de cada vuelo y sacar del exiguo hangar del buque.
En mi camino al sur de la Antártida, bajo el paralelo de los 60 bramadores, no hay ley ni Dios: solo infierno |
En estos pequeños helicópteros de un solo rotor y con cuarenta años, casi juguetes de papiroflexia frente al viento catabático, me enfrente a una hazaña cinematográfica sin precedentes: por primera vez en la historia antártica, filmar con película de Súper-8 la magia del asombroso lago Vanda.
Llegando a la "catarata de sangre" |
Pilotar en estos confines exige compatibilizar el virtuosismo y la firmeza de caracter con la valentía para enfrentarse a condiciones climáticas siempre imprevisibles, con el añadido de tener que regresa a un minúsculo helipuerto de un barco, una especie de copo de nieve en medio de la inmensidad de la nada, con su cubierta helada muchas veces zarandeada de forma implacable tanto por un viento inclemente como por el oleaje.
En los Vales Secos de Mc Murdo (Antártida) |
Uno de los lugares mas asombrosos que visité, en la Antártida, fueron los Valles Secos de McMurdo (en las coordenadas 77°44′00″S 162°10′00″E ), en la Tierra de Victoria, con la denominada Catarata de Sangre, entre otros prodigios de la Creación, a -35º Celsius.
Con mi mono de supervivencia polar, y en medio de aquellos parajes, medio obnubilado por el frio atroz, me parecía estar en Marte. No en vano la NASA viene a entrenarse aquí, además de a otras misiones científicas, como la recogida de meteoritos.
Mi aventura plasmada en revistas internacionales, como SilverGrain Classics |
En el Valle Seco de Taylor, donde no llueve desde hace un millón de años, fue toda una experiencia acercarme a una foca momificada ¡desde los tiempos de Jesús! que fotografié con diapositivas Kodak Ektachrome y filmé en Súper-8 con película Kodak empleando mi fiel Fuji ZC1000 que me ha acompañado por mas de cuarenta años.
En ese paraje infernal, me pareció como si, repentinamente, la momia comenzase a emitir un gruñido atroz. ¿Estaba lo imposible sucediendo ante mis ojos? y tras su sueño de dos mil años, la momia retornaba a la vida o ¿me hallaba prisionero entre los fotogramas de una película de la Hammer?
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