martes, 6 de agosto de 2024

Cómo identificar el "síndrome del vinagre". NOTAS DE UN ARCHIVISTA CINEMATOGRÁFICO.

Las películas con soporte de poliéster pueden durar inalterables, sin precauciones especiales, durante cientos, sino miles de años. No ocurre esto, sin embargo, con las de triecetato de celulosa, cuyo mayor problema es el denominado "síndrome del vinagre". 

La manera más sencilla de detectar el síndrome es a través del olfato: si el rollo huele a acetato, el mal ya se ha iniciado. Si el olor a ácido acético (como a vinagre) es perceptible, ello indica que el deterioro químico ya ha avanzado considerablemente. 

La vida útil de la película se ve comprometida cuando la contracción provoca una separación significativa entre la emulsión de gelatina y la base de plástico, lo que resulta en arrugas y deformaciones en la superficie de la película.

Además, los cristales de aditivos retardantes de fuego pueden exudarse del plástico, formando una "escarcha" que desfigura la superficie. Esta fragilidad extrema se suma a los problemas mencionados. 

En los archivos de cine y en las colecciones de negativos fotográficas (o diapositivas), la degradación del acetato es particularmente evidente en materiales con cuatro, cinco o mas décadas. Hasta el momento, solo un pequeño porcentaje de las películas de acetato muestra signos de deterioro avanzado.

Es importante señalar que el acetato se degrada de manera menos ostentosa que el nitrato, pero con la misma determinación. Todos estamos familiarizados con el olor característico que se percibe al ingresar en el archivo fílmico de Sellier, Cinemateca de Galicia.

Por ello, cada día, tengo la rutina de revisar un contenedores para ir identificando aquellos que presentan problemas.
 
Película atacada por el síndrome del vinagre. Tras su tratamiento, es proyectable otra vez durante unos cuantos años.



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