viernes, 5 de diciembre de 2025

STABILITY: THE KEY TO A FILM ARCHIVE. Notes from a Film Archivist

Anyone who works with and appreciates photochemical cinema knows an essential truth: films must be preserved in the right conditions. A true film archive is not merely a place to store reels; it is a microclimate, a delicate atmosphere that must remain unaltered year after year so that time does not become the enemy of film materials.

Stability is, indeed, the cornerstone of every film archive. As important as keeping the temperature as low as possible is ensuring that it does not fluctuate—that it does not suffer sudden swings of heat or cold that might cause the material to expand, contract, or release compounds that eventually lead to the dreaded vinegar syndrome, color fading, or emulsion brittleness.

In our archive, we maintain a constant temperature throughout the year that never drops below 15°C nor exceeds 20°C seasonally (and the daily fluctuation never surpasses two degrees). It may seem like a generous margin, but achieving such a stable, seasonally immovable range is no small feat—especially in Galicia, where the seasons sometimes appear to compete to see which can introduce the most humidity into the air.

Today, for instance, the thermometer outside reads 9°C, and the hygrometer shoots up to 86% humidity. A perfectly ordinary day here. Yet upon entering the archive, the contrast is almost supernatural: a thermal and atmospheric calm entirely detached from the Galician squall, with a stable 53% humidity and a perfectly contained temperature.

To those who do not work with film, these figures may look like mere technical details. But anyone who studies photochemical cinema—especially those who must safeguard fragile cellulose triacetate materials more than half a century old—knows that the life of the images is quite literally at stake in those numbers.

For a film is not just a support. It is memory, light captured, time held still. Every frame preserved in its integrity is a victory against oblivion, a commitment to permanence. And such permanence can only be achieved through stability: the constancy of a climate that protects what was filmed, lived, and projected.

In a land like my beloved Galicia, naturally rich in humidity, maintaining an archive at 50% relative humidity and within a stable thermal range is almost an act of cultural resistance. But it is precisely that resistance—that tenacity with something both artisanal and romantic—that allows future generations to keep hearing the mechanical hum of a projector and to witness, as if newly developed, images born decades ago.

Film, ultimately, is a living organism. And like all living things, it needs stability in order to keep breathing.



jueves, 4 de diciembre de 2025

ESTABILIDAD: LA CLAVE DE UN ARCHIVO FÍLMICO. Notas de un archivista cinematográfico.

Quien trabaja y aprecia cine fílmico conoce una verdad esencial: las películas se deben conservar en condiciones. El verdadero archivo cinematográfico no es un lugar donde meramente guardar las películas; es un microclima, una delicada atmósfera que debe permanecer inalterable año tras año para que el tiempo no se convierta en enemigo de los materiales fílmicos.

La estabilidad es, en efecto, la piedra angular de todo archivo cinematográfico. Tan importante como mantener una temperatura lo más baja posible resulta imprescindible que no oscile, que no sufra sacudidas súbitas de calor o frío que obliguen al material a expandirse, contraerse o liberar compuestos que, a la larga, desencadenan el temido síndrome del vinagre, la decoloración o la fragilización de la emulsión.

En nuestro archivo mantenemos, durante todo el año, una temperatura constante que nunca desciende de los 15 grados Celsius ni supera los 20 estacionalmente (la oscilación diaria nunca supera los dos grados). Puede parecer un margen amplio, pero lograr esa franja estable, estacionalmente inamovible, no es tarea menor. Especialmente en Galicia, donde las estaciones parecen a veces competir entre sí por ver cuál introduce más humedad en el ambiente.

Hoy, sin ir más lejos, el termómetro exterior marca 9 grados, y el higrómetro se dispara hasta un 86% de humedad. Un día completamente ordinario aquí. Sin embargo, al entrar en el archivo la diferencia es casi sobrenatural: una calma térmica y atmosférica que se mantiene ajena a la galerna gallega, con una humedad estable del 53% y una temperatura perfectamente contenida.

Quien no trabaja con cine puede pensar que estas cifras son meras curiosidades técnicas. Pero para cualquier estudioso de lo fílmico, especialmente si tiene que custodiar frágiles materiales en triacetato de celulosa con más de medio siglo, sabe que en esos números se juega literalmente la vida de las imágenes.

Porque una película no es solo un soporte. Es memoria, es luz atrapada, es tiempo retenido. Cada fotograma preservado en su integridad es una victoria frente al olvido, una decisión a favor de la permanencia. Y esa permanencia solo puede alcanzarse mediante la estabilidad: la constancia de un clima que proteja lo que fue rodado, vivido y proyectado.

En una tierra como la de mi amada Galicia, húmeda por naturaleza, lograr un archivo que mantenga el 50% de humedad y un rango térmico estable es casi un acto de resistencia cultural. Pero es precisamente esa resistencia, esa tenacidad que también tiene algo de artesanal y romántico, la que permite que generaciones futuras puedan seguir escuchando el rumor mecánico de un proyector y contemplar, como recién reveladas, imágenes nacidas hace décadas.

Lo fílmico, a la postre, es un organismo vivo. Y como todo lo vivo, necesita estabilidad para seguir respirando.



martes, 11 de noviembre de 2025

SE POSPONE LA IX EDICIÓN DEL SELLIER FILM FESTIVAL

Por causas de fuerza mayor, derivadas del agravamiento de la enfermedad de un familiar muy cercano de su director, así como de un accidente sufrido por su principal colaborador, Javier Suárez, la organización del Sellier Film Festival se ve obligada a posponer la celebración de su IX edición, prevista inicialmente para diciembre de 2025.

El festival no se anula, sino que se aplaza, con la intención de llevar a cabo dos ediciones en el año 2026, de forma excepcional: la correspondiente a 2025 (ya completamente programada) y la habitual de diciembre.

Desde la dirección del festival, que llevamos meses trabajando en la IX edición,  pedimos disculpas por esta situación imprevista y agradecemos de corazón el apoyo constante de amigos, colaboradores y público, que hacen posible mantener vivo este proyecto independiente, dedicado en cuerpo y alma al cine en película, sin concesiones.

Reiteramos nuestra petición de disculpas ante cualquier molestia. 

La organización del Sellier Film Festival





domingo, 9 de noviembre de 2025

EYE SIGHT +2 ADJUSTMENT LENS FOR THE ZC1000N

Since the late 1970s, my Fujica ZC1000N has been my faithful companion, steadfast and precise , through every stage of my life, both personal and professional. Few machines have shared so much of my time, my travels, and my light as this magnificent camera, a masterpiece of Japanese engineering that continues to operate today as if it had just left the factory floor.

Back in the mid-1980s, when Fujifilm Spain stopped selling ZC1000 accessories, I was lucky enough to purchase the entire range — at a very reasonable price. I confess that some of those accessories went straight into storage; I bought them not for immediate use, but because I somehow knew that, one day, they would prove indispensable.

Well, that day arrived… forty years later.

One of those forgotten treasures was the extra eyesight adjustment lens, designed to fine-tune the camera’s diopter range.
The standard viewfinder on the ZC1000N already offers built-in diopter adjustment from –4 to +2, which had always been perfectly adequate for me... until recently.

A routine visit to the ophthalmologist, however, revealed a small but crucial change in my eyesight. Normally, that would have meant trouble: with most motion-picture cameras, such variations are a headache (literally). But not with the ZC1000N.

I simply took the small threaded adapter marked “+2 Diopter”, screwed it gently onto the eyepiece… and voilà! Through the viewfinder, I can now see as clearly as I did when I was 18.

The focus snaps instantly, the grain is razor-sharp, and the frame lines glow with that perfect precision that only an optical reflex system can deliver.


Once again, Fujica proves what I’ve always said: the ZC1000N was built not only to last, but to grow old gracefully with its owner — adapting, decade after decade, to every change life brings.

In a world obsessed with obsolescence, this camera, designed by my friend the great Shigeo Mizukawa,  remains timeless… and, thanks to that little diopter lens, so do I.



jueves, 6 de noviembre de 2025

EL SÚPER-8 ES PURA MAGIA: La emoción insustituible de proyectar el original que “vivió” el rodaje

Hay momentos en los que uno recuerda por qué sigue haciendo cine en película cuando lo fácil, lo rápido, lo “modelno” para los politicastros, sería hacerlo en digital. Sin embargo, ninguna tecnología del mundo puede igualar la emoción profunda, íntima y casi sagrada de proyectar un original inversible de Súper-8 ante un público.

Volví a experimentar esa sensación mientras proyectaba, en un colegio, uno de las bobinas originales de Kodak Ektachrome 100, filmado durante el rodaje de “Spitsbergen, O Gardián do Ártico”. No era una copia, ni una digitalización, ni un archivo en un USB: era exactamente el mismo fragmento de película que estuvo allí, en el Ártico, respirando el mismo aire que yo respiré, congelándose en el hielo polar, vibrando dentro de la cámara al ritmo del motor, capturando la luz pura del norte, aquella que solo existe más allá del paralelo 78.

Cuando esa película pasa ante la ventanilla de proyección, algo ocurre. No solo se proyectan imágenes: se proyecta memoria, tiempo, verdadLos alumnos, sentados en silencio, observaban atentos mientras la luz atravesaba la emulsión que había viajado conmigo sobre el hielo, a bordo de un "Malmö" con 75 años, por los fiordos de Spitsbergen. Yo no veía solo un público: veía cómo los adolescentes entraban en comunión con esas imágenes que no pasan por pantallas, filtros, algoritmos ni compresiones. Es luz pura transformada en emoción.

Y entonces uno siente algo que ningún monitor, ni el mejor proyector digital 8K del mundo, podrá jamás reproducir: la certeza de que están viendo exactamente lo mismo que vio el autor al revelar la película por primera vez, sin intermediarios, sin reinterpretaciones, sin procesado, como un mensaje embotellado que llega intacto después de atravesar el tiempo y la distancia.

Porque cada fotograma de Súper-8 es único. No hay copia idéntica, no hay “CTRL+C, CTRL+V”. Ese original es un objeto físico que estuvo en el lugar, capturó la luz de ese instante irrepetible y ahora la comparte, de tú a tú, con quienes se sientan a oscuras frente a la pantalla.

Quizá por eso, cada vez que proyecto un original inversible ante jóvenes, tengo la sensación de estar entregando un pequeño tesoro. Algunos notan la textura, otros la calidez, otros el latido mecánico del proyector… pero todos perciben , aunque no sepan explicarlo,  que están ante algo auténtico, con alma.

Eso es lo que sigue haciendo del Súper-8 un milagro pequeño pero poderoso. Mientras exista alguien dispuesto a cargar una cámara, medir la luz, oír el zumbido del motor, oler el carrete al abrirlo y proyectarlo después ante otros, el cine seguirá siendo un acto humano, artesanal y trascendente.

Sí, amigos: el Súper-8 es pura magia. Y compartirla con la siguiente generación es la mayor recompensa.

sábado, 1 de noviembre de 2025

EL BRAZO DE SANTA TERESA DE JESÚS… APLICADO AL SÚPER-8. (O cómo evangelizar con fotogramas)

Este fin de semana, Dios mediante,  me dispongo a montar el cortometraje en Súper-8 “Los Statler y Waldorf de La Coruña”, pero no como Dios manda, sino como Santa Teresa de Jesús inspiraPorque esta vez, amigos, el ritmo del montaje será divino, literal y milimétrico.

Sí, han leído bien: cada plano será medido con un metro que reproduce la longitud exacta del brazo incorrupto de Santa Teresa de Jesús. Ni más, ni menos. El metraje de la mayor parte de los planos corresponderá a la longitud del santo brazo (o a sus múltiplos y submúltiplos, que para algo existe la matemática celestial).

La razón de semejante liturgia fílmica es que, durante el rodaje, decidí invocar la protección divina de Santa Teresa, y así resultó todo bien, cuando presagiaba que todo debería haber salido mal.

En la mesa de montaje, la medida del Brazo de Santa Teresa

Y cuando digo todo, es TODO:

1) La película usada empleada fue la Kodak EXR 50, una emulsión que jamás existió para Súper-8, a partir de restos de 35 mm (literalmente). 

2) Caducada hace 25 años;

3) Cortada y reperforada artesanalmente por el Miguel Ángel del Súper-8 ucraniano Viktor Supereightutilizando una máquina íntegramente diseñada y construida por él. Reperforar película virgen de Súper-8 con precisión y sin veladuras es una hazaña que falla hasta en fábricas, pero… ¡milagro!: salió perfecta.

Superado eso, el material virgen aún tenía que salir de una Ucrania en guerra y llegar hasta los confines de Europa, mi ciudad de La Coruña, en Galicia, el Finisterre del Súper-8.
Nueva ocasión para que el proyecto naufragara como la Armada Invencible.

Pero no: llegó en paz, sin aduanas diabólicas, sin daños por los rayos-X: ¡otro milagro!

Después vino la parte temeraria: cargarla en un único cartucho de Single-8 y revelarla aquí
—sin experiencia previa con este tipo de emulsión-, empleando una fórmula arcana que encontró Álex en un viejo libro norteamericano. De nuevo, lo improbable sucedió: todo salió bien.

Tras tantas circunstancias milagrosas, ¿cómo no voy a montar la película siguiendo una medida sagrada? Es lo mínimo.

La Kodak EXR50 cargada en la ZC1000

UN MONTAJE CON GRACIA (DIVINA). 

No puedo dedicar al montaje mucho tiempo por motivos familiares, así que tardaré unas dos semanas en concluirlo. Pero sospecho que el resultado hará reír incluso a los mismísimos Statler y Waldorf desde su palco celestial.

Y si alguien duda de los milagros, aquí está la prueba: una película imposible que no debía impresionar nada, funcionó. ¡¡¡Gracias, Santa Teresa!!! Prometo proyectarla con incienso si hace falta, para éxtasis de todos los espectadores.

Fotografía con película Kodak Plus


jueves, 30 de octubre de 2025

UNA “JUBILACIÓN” PARA EL FUMEO 9143… CON RESURRECCIÓN

Hay máquinas que, por su fiabilidad y nobleza, se ganan un lugar especial en nuestra historia personal. En mi caso, uno de esos compañeros en el viaje cinematográfico de mi vida ha sido el Fumeo 9143 HTI, un proyector de Súper-8 profesional concebido en su día para una misión alucinante… y casi increíble en la marca favorita del Vaticano.


NACIDO PARA SOBREVIVIR DONDE OTROS CAÍAN.

El Fumeo 9143 fue diseñado expresamente en la fábrica de Milán para una cadena de cines pornográficos de Estados Unidos que necesitaban proyectores de Súper-8 de gran potencia luminosa capaces de resistir sesiones maratonianas, día tras día, sin desfallecer.

Su competidor, el Beaulieu HTI 250, no soportaba el ritmo. Por ello, Fumeo desarrolló este 9143 con la entonces revolucionaria lámpara Osram HTI 250, ofreciendo una potencia lumínica extraordinaria para su tiempo en un tamaño mucho mas compacto que el descomunal Fumeo 9145 xenón 500 y mas económico para trabajar que el 9139 con la ultracara lámpara Marc 300.

Mi unidad -un prototipo muy inicial - llegó a mis manos y trabajó sin descanso durante décadas. Proyecciones en casas de cultura, festivales, exhibiciones al aire libre… nunca, jamás, me dio un disgusto. Pero incluso los héroes merecen descanso, la jubilación... ¿o quizá no?

Hace unas semanas decidí darle una jubilación digna. Pero atención: jubilación no significa retiro: ahora comienza su segunda vida.


LA MAGIA DEL FARERO: LA RESURRECCIÓN CON LED. 

Mi querido 9143 ha pasado a manos del mago de la luz, José Luissí, el farero— quien va a llevar o a cabo una conversión a LED bajo el sello de L&L Technologies.

Y la comparación habla por sí sola:

ProyectorIluminaciónLúmenes aprox.Ventajas
Fumeo 9143 HTIHTI 250~1300 lmAlta potencia, pero vida corta de lámpara y calor
Fumeo 9119 (convertido por L&L)LED~1300 lmMiles de horas, sin rectificador, sin ruido de ventilación

Como ya he tenido ocasión de comprobar con un par de proyectores Fumeo 9119 de Súper-8, la iluminación LED desarrollada por José Luis iguala la potencia de la HTI… pero con miles de horas de vida útil, sin rectificador, sin el ruido infernal del ventilador y sin el estrés térmico de las lámparas de descarga.



EL 9143 HA MUERTO… ¡PERO HA RENACIDO COMO 9147!

Estoy seguro de que, desde el cielo de los proyectores, el gran Angelo Bianchi (alma histórica de Fumeo) aprobará con una sonrisa esta metamorfosis. Porque una de sus mejores creaciones no desaparece: evoluciona. Y este Fumeo, que tanto dio a la luz durante su vida HTI, volverá a proyectar,  ahora con luz fría, silenciosa y para la eternidad.



domingo, 26 de octubre de 2025

¿EL MEJOR ZOOM PARA PROYECTORES DE 16 MM? EIKI f/1.3 30–70 mm

Aunque Mi Mundo en Súper-8 nació con la vocación de centrarse en el paso cinematográfico nacido de la mano de Kodak en 1965 --y     que, contra todo pronóstico, sigue mas vivo y actual que nunca en pleno siglo XXI --, con el paso de los años (y más de un millón de lecturas después) ha ido ampliando su mirada a otros anchos  cinematográficos. Por ello, hoy nos ocupamos de un objetivo de focal variable para proyectores de 16 mm que considero, sin exagerar, el mejor zoom jamás fabricado para este formato: el Eiki f/1.3 de 30–70 mm.


UN RANGO FOCAL TAN ÚTIL COMO VERSÁTIL.

La principal virtud de este objetivo es su rango de distancias focales: desde un gran angular de 30 mm, ideal para conseguir grandes pantallas a corta distancia, hasta 70 mm, perfecto para proyecciones lejanas donde otros zooms —como los habituales Isco o Kern con su extremo a 65 mm— se quedan cortos.
Este rango lo convierte en una pieza extremadamente flexible, adaptable a casi cualquier espacio de proyección.

LUMINOSIDAD CONSTANTE f/1.3 EN TODO EL RECORRIDO.

Otra cualidad sobresaliente es que este objetivo mantiene su luminosidad f/1.3 en toda la gama focal, algo poco habitual incluso en objetivos de gama alta. En otros zooms, la apertura efectiva disminuye al extender la focal, pero el Eiki conserva su potencia lumínica, garantizando una proyección brillante y uniforme.


DEFINICIÓN Y CONTRASTE DE PRIMERA DIVISIÓN. 

La nitidez y el contraste del Eiki 30–70 mm son realmente notables. En mis pruebas a lo largo de los años, iguala sin dificultad al prestigioso Kern suizo, con la ventaja de ofrecer mayor luminosidad en larga distancia, donde el Kern cae a f/1.6 pese a no superar los 65 mm.
Y es que debemos considerar que el objetivo de focal variable Eiki fue fabricado por Kowa, el legendario productor japonés de ópticas y anamórficos de altísima calidad, algunos de los cuales se comercializaron bajo otras marcas igualmente reconocidas.


CONSTRUCCIÓN MECÁNICA IMPECABLE.

El objetivo está sólidamente construido, con un mecanizado de precisión y un sellado excelente. Es un instrumento diseñado para resistir décadas de uso profesional sin perder suavidad en el enfoque ni precisión en el control de zoom.


SOLO UN DEFECTO... PERO MENOR.

Si hay que mencionar una desventaja, sería un leve oscurecimiento en las esquinas cuando se utiliza en su angular extremo (30 mm). Es algo apenas perceptible, que solo detectarán las retinas más quisquillosas, pero que no empaña en absoluto el conjunto de virtudes que ofrece pues, de hecho, su rendimiento global supera incluso a ciertos Isco Kiptaron de focal fija, lo que da idea del nivel óptico alcanzado por esta joya de ingeniería japonesa.


CONCLUSIÓN.

Mientras se fabricó, el Eiki f/1.3 30–70 mm era un objetivo costoso, reservado a instalaciones de calidad. Eiki sigue ofreciéndolo, a partir de stock almacenado, a unos cuatro mil dólares al cambio.  En el mercado de segunda mano, hoy resulta difícil de encontrar, pero si se presenta una unidad en buen estado por debajo de 500 euros, podría considerarse sin dudar una auténtica ganga, pues es un objetivo que demuestra, una vez más, que el 16 mm, como el Súper-8, sigue siendo un territorio donde la excelencia óptica es capaz de obtener resultados sorprendentes a partir de fotogramas minúsculos. 

Nota: el Eiki f/1.3 30–70 mm, aunque viene con la montura europea de 42.5 mm, no enfoca en los proyectores Fumeo, a menos que se someta a la cabeza mecánica a una operación de cirugía mayor (cosa que hice a una de mis cabezas mecánicas).

sábado, 25 de octubre de 2025

THE BEST ZOOM LENS FOR 16 MM PROJECTORS? EIKI f/1.3 30–70 mm

Although "MI MUNDO EN SÚPER-8" (My World in Super-8) was born with the intention of focusing exclusively on the cinematic gauge launched by Kodak in 1965 —and which, against all odds, remains more alive and relevant than ever in the 21st century— over the years (and with more than a million readings behind it), this blog has gradually widened its gaze to other film widths.

Today, we turn to a variable focal length lens for 16 mm projectors that I consider —without exaggeration— the finest zoom ever made for this format: the Eiki f/1.3 30–70 mm.

A FOCAL RANGE AS USEFUL AS IT IS VERSATILE

The main virtue of this lens lies in its range: from a 30 mm wide-angle, ideal for large screens at short throw distances, up to 70 mm, perfect for long-throw projections where other zooms —such as the typical Isco or Kern models that stop at 65 mm— fall short.
This range makes the Eiki an extremely flexible lens, adaptable to almost any projection environment.

CONSTANT BRIGHTNESS f/1.3 THROUGHOUT THE RANGE

Another outstanding feature is that it maintains a constant f/1.3 aperture across the entire zoom range —a rarity even among top-tier optics.
Most zooms lose effective brightness as the focal length increases, but the Eiki retains its luminous power, ensuring a bright, uniform image from start to finish.

SHARPNESS AND CONTRAST OF THE HIGHEST ORDER

The sharpness and contrast of the Eiki 30–70 mm are truly impressive.
In my own tests over the years, it easily matches the renowned Swiss-made Kern, while offering greater brightness at longer throws, where the Kern drops to f/1.6 despite not exceeding 65 mm.

It’s worth noting that the Eiki zoom was built by Kowa, the legendary Japanese manufacturer of high-quality optics and anamorphic lenses —many of which were also sold under other prestigious brands.


IMPECCABLE MECHANICAL CONSTRUCTION

Mechanically, the Eiki is a marvel. It is solidly built, precisely machined, and perfectly sealed —a true precision instrument designed to endure decades of professional use without losing smoothness in focus or precision in zoom control.


ONLY ONE MINOR FLAW

If one must mention a weakness, it would be a slight darkening in the corners when used at the widest 30 mm setting.
It’s barely noticeable —visible only to the most demanding eyes— and in no way detracts from the overall excellence of the lens.
In fact, its overall performance even surpasses certain fixed-focal Isco Kiptaron lenses, which says much about the optical mastery achieved by this Japanese engineering gem.


CONCLUSION

When it was still in production, the Eiki f/1.3 30–70 mm was an expensive lens, intended for high-end projection setups.
Eiki still offers it today, from remaining stock, at around four thousand US dollars. On the second-hand market it is now rare, but any unit in good condition found for under 500 euros can be considered a true bargain.

It stands as proof that 16 mm —like Super-8— remains a realm where optical excellence can still deliver astonishing results from the smallest of frames.

Note: Although the Eiki f/1.3 30–70 mm is fitted with the standard European 42.5 mm mount, it will not focus properly on Fumeo projectors unless the mechanical head is modified —a “major surgery” I once performed on one of my own machines.

domingo, 19 de octubre de 2025

KODAK VISION 500 EN CARTUCHOS DE SINGLE-8

Tras las pruebas realizadas con los cartuchos de Súper-8 cargados con película Kodak Vision 500, modificados por Phil Vigeant, por encargo de Pro 8mm de Los Ángeles,  y comprobados con éxito en mis Bauer A512 Mark II y C900 de carga trasera,  sin una sola incidencia de arrastre, decidí aprovechar ese mismo material para recargar mis propios cartuchos de Single-8.

Como para las pruebas de arrastre avance la película con el diafragma cerrado, filtro polarizador negro y tapa de objetivo puesta, la emulsión quedó perfectamente virgen. Sería un desperdicio no aprovecharla, así que pasó a nueva vida en mis famosos cartuchos de Single-8 personalizados, grabados hace tres lustros con el acrónimo de IB Cinema, que reutilizo una y otra vez a lo largo de los años.

En primer término, la máquina de recarga, versión mejorada de un viejo diseño original de César Ballesteros

Este simple gesto resume una de las grandes virtudes ecológicas del sistema Single-8: fue concebido desde su origen para ser recargable, algo que hoy, en plena era del reciclaje y la sostenibilidad, cobra una relevancia inesperadamente moderna.

Aunque la película Vision 500 es de 500 ASA, la codificación del cartucho es de 400 ASA. Esa ligera sobreexposición, por razones difíciles de explicar pero siempre visibles en la práctica, produce un efecto positivo en la textura y el color del negativo: una suavidad de grano y una densidad cromática que me resultan particularmente agradables. En el momento de escribir esta entrada, Kodak sigue suministrando la película Vision 500 con capa anhihalo remjet.

Tras los cartuchos, las gafas de visión nocturna (las de Álex y las mías)

Otra ventaja inesperada de esta emulsión es su finísimo grosor, inferior al de la Vision 50. Gracias a ello, puedo cargar hasta 13 metros de película en un cartucho de Single-8, en lugar de los 11 o 12 habituales. Con los dos metros sobrantes de cada bobina, realizo empalmes y formo un pequeño cartucho de unos 6 metros, ideal para rodar temas domésticos o para probar los químicos de revelado antes de procesar trabajos importantes.

Y es que siempre aprovecho hasta el último fotograma, como, por otra parte, también deberíamos hacer en la vida misma.

sábado, 18 de octubre de 2025

KODAK VISION 500 IN SINGLE-8 CARTRIDGES

After testing the Super-8 cartridges loaded with Kodak Vision 500, modified by Phil Vigeant for Pro 8mm and successfully running them through my Bauer A512 Mark II and C900 rear-load cameras —without a single transport failure—, I decided to give that same film a second life by reloading it into my own Single-8 cartridges.

Since, for those mechanical tests, I had advanced the film with the aperture closed, black polarizing filter, and lens cap on, the emulsion remained perfectly unexposed — pristine. It would have been a waste not to use it, so I reloaded it into my custom Single-8 cartridges, engraved with the IB Cinema acronym, which I have been reusing again and again over the years.

Night vision googles in the lab: one for Álex, one for me

This simple act perfectly illustrates one of the great ecological virtues of the Single-8 system: it was designed from the very beginning to be reusable. In today’s world, where sustainability has become a modern mantra, this 1965 innovation feels surprisingly ahead of its time.

Although Vision 500 is rated at 500 ASA, the cartridge coding reads 400 ASA. That slight overexposure, for reasons hard to explain but easy to see on screen, creates a subtle improvement in the image — a gentler grain, richer color density, and a pleasant overall balance. At the time of writing, Kodak continues to supply Vision 500 with its traditional rem-jet anti-halation backing.

Super.8 film in Single-8 film: not for sale, ONLY FOR MY FILM PROJECTS

Another unexpected advantage of this film is its thin base, even finer than that of Vision 50. Thanks to this, I can load up to 13 meters of film into a Single-8 cartridge, instead of the usual 11 or 12. The extra two meters from each roll are spliced together into a small six-meter cartridge, perfect for filming casual family moments or for testing processing chemicals before developing more important work.

Because here at IB Cinema, every single frame counts — just as, in life, we should strive to make the most of every moment.

jueves, 16 de octubre de 2025

60 AÑOS DE SÚPER-8: NÚMERO ESPECIAL CONMEMORATIVO DE LA REVISTA "SUPER-8"

Jürgen Lossau es un documentalista, escritor y editor alemán que ha hecho del Súper-8 no solo su vocación, sino su dedicación profesional. Su nombre es sinónimo de rigor y pasión fotoquímica: desde sus primeros trabajos hasta sus recientes libros, su dedicación ha sido constante y ejemplar. 

La revista, en mi mesa de montaje de Súper-8

Hace unos meses fue noticia mundial con la publicación de su monumental estudio sobre el Single-8, el “Súper-8 nipón”, una obra imprescindible en cualquier biblioteca cinematográfica. El libro, sorprendentemente, es el primero en abordar en profundidad este formato que en su paísde origen, el Japón, nadie antes se había preocupado de documentarlo con semejante detalle. 

Año a año, Lossau reseña los logros del formato desde su nacimiento

Lossau es también el alma de la revista trimestral Super8, editada simultáneamente en alemán y en ese esperanto contemporáneo que es el inglés. Cada número que llega a mi buzón es una pequeña celebración: abrirlo me provoca la misma ilusión que cuando, décadas atrás, recibía del laboratorio el sobre amarillo de Kodak o el verde de Fuji con la película recién revelada. 

Pero el número 14 de Super8, correspondiente a octubre de 2025, es especial. De gran formato, impreso en cuatricromía en papel de lujurioso tacto, con 90 páginas encuadernadas como si de un libro se tratase, este ejemplar conmemorativo repasa los 60 años de historia gloriosa del Súper-8, desde su nacimiento en 1965 hasta el presente. 

Su lectura es un viaje a través del tiempo, con los primeros anuncios de Kodak, la evolución técnica y cultural del formato año a año, y, como broche, el anuncio con el que Kodak celebró oficialmente el renacimiento del Súper-8 en la contraportada del número de septiembre de 2025 de American Cinematographer


La revista está repleta de material gráfico de altísima calidad, anécdotas inéditas y curiosidades que por fin quedan recogidas y organizadas en un solo volumen (por ejemplo, ¿sabían que Kodak pasó de vender 10.000 cartuchos de Súper-8 en 2018 a mas de 22.000 en la actualidad?).  

Porque eso es este número: no una revista, sino un auténtico tomo de consulta, destinado a ser leído y releído durante años.  Ya he advertido a mi esposa: “Olvídate de mí estas noches, en la cama estaré perdido entre estas páginas, disfrutando cada detalle de este especial conmemorativo.”

Hito mundial: presentación de la nueva película Ektachrome 7294 en la Photokina de 2018

Solo echo de menos una mención: el año 2018, vital para el mundo de Súper-8, cuando, en septiembre, durante la Photokina en septiembre, la edición inglesa de Photoklassic International (hoy SilverGrain Classics),  publicó en rigurosa exclusiva mundial la presentación de la primera película rodada en la nueva película Ektachrome 7294, FERROL 7294 (audio en inglés y español), que filmé aquel verano con material de preproducción facilitado directamente por el vicepresidente de Kodak en la hasta ahora la única película inversible en color diseñada durante el siglo XXI. 


Una omisión menor, dentro de un número mayor: este número especial LX aniversario es una joya editorial que ningún amante del cine en película debería dejar escapar. Un homenaje a seis décadas de luz, emulsiones y sueños fílmicos. Se puede solicitar por sólo 15 euros, incluyendo el transporte a cualquier parte del universo mundo en su inmensa e inabarcable redondez, en info@super8.tv 



miércoles, 15 de octubre de 2025

60 YEARS OF SUPER-8: SPECIAL ANNIVERSARY ISSUE OF "SUPER 8" MAGAZINE

Jürgen Lossau is a German documentary filmmaker, writer, and editor who has made Super-8 not only his vocation but his lifelong territory.

His name has long been synonymous with photochemical passion and precision — from his early work to his most recent publications, his dedication has been unwavering and exemplary.

A few months ago, Lossau made international headlines with the release of his monumental study on Single-8, the “Japanese Super-8” — a book that instantly became essential reading for any serious film enthusiast. Surprisingly, it is the first in-depth work ever published on the format — even in Japan, where no one had previously documented it with such care and depth.

Lossau is also the driving force behind the quarterly magazine Super8, published simultaneously in German and in that modern Esperanto of our time — English. Every new issue that arrives in my mailbox feels like a small celebration; opening it rekindles the same thrill I felt decades ago when the yellow Kodak envelope — or the green Fuji one — arrived from the lab, holding a freshly developed reel of film.

But Issue 14, dated October 2025, is something truly special. Large-format, luxuriously printed in full color on glossy stock, and spanning 90 beautifully bound pages, this commemorative edition revisits six decades of Super-8’s glorious history, from its birth in 1965 to the present day.

Reading it is like traveling through time — from Kodak’s earliest advertisements, through the technical and cultural evolution of the format, all the way to the recent Kodak campaign celebrating the renaissance of Super-8, featured on the back cover of American Cinematographer’s September 2025 issue.

The magazine overflows with high-quality images, rare anecdotes, and newly uncovered curiosities — all finally gathered and organized into a single, cohesive volume (did you know that Kodak’s Super-8 cartridge sales have grown from 10,000 units in 2018 to over 22,000 today?).


This issue is not merely a magazine; it’s a reference volume, destined to be read, revisited, and treasured for years to come.

As for me, I’ve already warned my wife: “Forget about me for a few nights — I’ll be in bed, lost between these pages, savoring every detail of this commemorative special.

There is only one omission I noticed — the year 2018, a crucial milestone in the history of modern Super-8. That September, during Photokina, the English edition of Photoklassic International (now SilverGrain Classics) published the world premiere of the first film ever shot on the new Ektachrome 7294FERROL 7294 (click to watch it, with audio in English and Spanish) — which I filmed that summer on pre-production stock supplied directly by Kodak’s Vice President. To this day, Ektachrome 7294 it remains the only color reversal film designed in the 21st century. 8

A small omission in a great achievement: this Super8 60th Anniversary Special is an editorial jewel no film enthusiast should miss —a tribute to six decades of light, emulsion… and celluloid dreams.

It can be ordered for only 15 euros, shipping included anywhere in the world, at info@super8.tv