El Cinexin no fue simplemente un juguete: para varias generaciones de niños españoles fue la primera puerta de entrada al Súper-8, un rito de iniciación que convertía cualquier habitación en una sala de proyección en miniatura.
No fue mi caso (tuve la buena suerte de que los Reyes Magos me trajeron un Cine Max de Bianchi, que, aunque también era un juguete, tenía la ventaja de admitir bobinas normales y no cartuchos cerrados). Pero el Cine Exin sí acabó formando parte de mis recuerdos familiares: en 1995, cuando mi hijo Daniel tenía apenas un año, le regalé uno, en ese entoncestodavía disponible en las jugueterías. Una escena doméstica que resume la fuerza de este pequeño artefacto, capaz de unir a varias generaciones bajo la magia de la proyección.
Este nuevo número de la revista Superocheros, dirigida por Aser Queipo y lujuriosamente impresa en papel couché y cuatricromía, está íntegramente dedicado al Cine Exin. Y lo hace con un rigor y una riqueza gráfica inéditos: multitud de ilustraciones jamás vistas y la lista completa de las películas editadas para su cartucho sin fin.
Por eso este número no solo es imprescindible para el superochista entusiasta: también lo es para cualquier historiador de la cultura popular española, o para quienes, con un simple destello de nostalgia, recuerdan aquel juguete que estuvo presente en casi todos los hogares del país.
Un número de colección. Y un homenaje merecido a esa locura maravillosa que fue el Cinexin.
Ejemplares sueltos se pueden solicitar en: s8films@hotmail.com


No hay comentarios:
Publicar un comentario