martes, 15 de agosto de 2017

XXVI ANIVERSARIO DE BODA CON EL ELMO SC30

Tal día como hoy, en 1991, fue la fecha en que María Jesús y yo nos casamos, en el convento de las Siervas de María, justo delante de la que iba a ser nuestra casa.
Casi todos los años solemos ver la película de nuestra boda, rodada por nuestro amigo José Manuel, en Single-8 Fujichrome RT200 con dos cámaras Fujica M300AF.
Este año, sin embargo, aprovechando que hoy, día de la Asunción de María, es festivo en buena parte del mundo civilizado, aprovechamos para proyectar la película de nuestro viaje de luna de miel que, en compañía de nuestros amigos británicos del desaparecido Movie Group, de los llorados Tony Rose y John Wright, hicimos en el "Amerikanis" al Caribe.
Esta película la filmé en el Fujichrome fetén, el R25 de poliéster. Y, ya en aquella época, en Iscorama (¡con el 54, nada menos!) Por diversas causas, sin embargo, no la sonoricé (en las propias pistas magnéticas), hasta principios de este siglo, cuando buena parte de los que aparecen en ella ya habían fallecido. Ello es parte de la magia del Súper-8: permite recordar para siempre los recuerdos del ayer, de forma imborrable.

Es esta la explicación (y se trata de una teoría personal), en que ninguno de mis amigos que tienen filmadas sus bodas en Súper-8 por mí se han separado. El Súper-8, especialmente en el poliéster del Single-8, es una alianza mas firme e imperecedera que un anillo. No desaparece con el "click" de un archivo digital.
ELMO SC 30: UN RETROPROYECTOR MAGNÍFICO.
Es, el Elmo SC30, un aparato siempre preparado en el dormitorio, desde que nos casamos. Aunque puede proyectar en pantalla grande, con su famoso objetivo de luminosidad 1.1 (uno de los más nítidos fabricados) y su lámpara de 150 W, en nuestro dormitorio, con luz ambiente, siempre me sirvo de su pantalla de retroproyección.
No debe ser confundido el SC30 con su hermano menor el SC18. El SC30 ofrece una pantalla incorporada mas grande y de mayor calidad y es totalmente automático: sólo hay que introducir la película por la ranura y la máquina hace todo sola, desde encender la lámpara hasta apagarse al finalizar la función.
Es uno de los pocos proyectores de Súper-8 que cuentan, además, con un mando a distancia electrónico que, para colmo de virguería técnica, ¡incorpora hasta un micrófono! 


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