Desde adolescente, siempre hago mis montajes con las moviolas sonoras Goko, en cualquiera de sus presentaciones, ya sea con su propia marca, o como Erno, Elmo o Bauer. Mi primera unidad, la Erno 903, la compré, ¡¡¡a 35.000 pesetas de finales de los años setenta!!!, con el dinero ganado trabajosamente pegando carteles, cuando estudiante, para la Unión de Centro Democrático. Se la regalé a Alex, sabiendo que así estará en buenas manos.
Un problema de estas moviolas, después de décadas de uso, es que el engranaje que es su corazón, acrílico, se agrieta ocasionando imágenes inestables, o, incluso, rompe, dejando el aparato inservible.
¡Menos mal que Edwin Van Eck, desde Holanda, solventó este problema!, produciendo este vital engranaje con su compañía VAN ECK VIDEO SERVICES . La nueva versión Mark II , de Van Eck, está fabricada con una calidad extraordinaria, de precisión milimétrica, que nada tiene que ver las primera versión.
Mi amigo desde hace casi cuatro décadas José Manuel Pérez Romero , quien filmó mi boda en Súper-8 en 1991, es la persona que, amablemente, me suele poner a punto los equipos cinematográficos, dado su talento natural para resolver cualquier problema técnico, sus conocimientos y la experiencia de muchos años trabajando para Rank Xerox. José Manuel desmontó la moviola y, tras aprovechar para limpiar su complejo sistema de espejos, sustituyó el engranaje agrietado, aprovechando para efectuar otras operaciones:
1) Desplazar el mando de ajuste fino de cadencia de la parte trasera, a un lateral, y
2) Adaptación del casquillo de la lámpara para uno halógeno.
¡Muchas gracias, José Manuel, y Edwin Van Eck! Gracias a vosotros, tengo moviola para otros 40 años... y mas allá.
- La prueba fílmica se hace con una película de la Pantera Rosa, a modo de homenaje póstumo a David DePatie, hace un par de días.
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