Empezar a hojear un libro por el final no pocas veces abre el apetito lector para devorarlo enseguida. Y esto es lo que me ha ocurrido con "La máquina de la eternidad", escrito por el catedrático José María Paz Gago. El volumen es una biografía novelada sobre José Sellier, la primera persona en España que filmó, y reveló en su estudio de la calle coruñesa de San Andrés, película cinematográfica de 35 mm., que surge como un encargo de la tatarasobrina de Sellier, la rutilante modelo Marta Sellier Avrillón, a partir del manuscrito del propio "cinematografísta", como lo califica Paz Gago, que Marta encontró, olvidado por décadas, en un baúl de la buhardilla de la casa familiar. Con tan intrigante base, el libro, que debía aguardar su turno, pasó inmediatamente a la cima de volúmenes de mi mesilla de noche y, una vez hincadas las pupilas en sus páginas, me lo pulí antes de lo previsto, a costa del tiempo dedicado al repaso nocturno de la prensa.
"La máquina de la eternidad" |
En "La máquina de la eternidad" el autor recrea una época, la de La Coruña decimonónica y de principios del siglo XX, con una ciudad pujante, de la mano de apellidos que todavía suenan en Marineda, como Guyatt, Ozores, Molezún, Villar (en cuyo establecimiento uno, como Sellier, sigue comprando los productos químicos necesarios para la actividad fílmica), Barrié... y hasta (sic) "el cinéfilo irredento Indalecio Benedeti", además de otros muy ilustres allende las fronteras de Galicia, como Pardo Bazán, Casares Quiroga o Auguste y Louis Lumière, de quienes José Sellier era amigo personal.
Esta bitácora que el amable lector está leyendo se encuentra reservada a temas relacionados con lo fílmico. Es, pues, la mejor atalaya para recomendar un trabajo como "La máquina de la eternidad", que nos muestra, de primera mano, la introducción de la cinematografía en España, además, también, de otras técnicas, como la fotografía estereoscópica. Se trata, pudiéramos decir, de una rigurosa investigación histórica narrada como novela, lo que la torna interesante incluso para lectores que no estén particularmente interesados en la génesis de la séptima de las artes.
Si el libro es muy necesario en la biblioteca de todo amante del cine y la tecnología fotoquímica, es absolutamente imprescindible para todo coruñés orgulloso del pasado de su ciudad, desde su primer párrafo, con mención expresa a la calle del Sol en cuyo número uno se encuentra la propiedad familiar de los Benedeti Corzo, donde tuvo Amando de Ossorio su último atelier, tras arder el de la calle de San Andrés.
El libro de Paz Gago, el catedrático al que la cabe toda la cultura de Galicia en la cabeza, es muy cómodo para leer antes de dormir, dado que se encuentra estructurado en varias partes con capítulos no muy extensos, algo que agradecemos aquellos que, cuando nos vence el sueño, no nos gusta dejarlos a medias.
"La máquina de la eternidad", editado por Hércules de Ediciones, en opinión de quien escribe, puede ser el regalo perfecto para estas Navidades ¡aunque se lo tenga que comprar uno para sí mismo!
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