martes, 30 de mayo de 2023

¿CÓMO DISIMULAR 30 KILOS DE PELÍCULA EN UN EQUIPAJE DE MANO? (y pasar desapercibido)

Como ya saben los lectores, para filmar "Perfecta Locura Antártica", en el viaje de ida a Nueva Zelanda, a fin de evitar el letal, para la película virgen, escáner CT de Dubai, envié el paquete por DHL. Tras navegar costeando la Antártida durante mes y pico,  en el viaje de regreso, desde Argentina, mi idea inicial era retornar las películas a España vía DHL, pero como esta mensajería se vió obligada a cerrar su sucursal de Ushuaia por los retrasos y robos, no me quedaban mas que dos alternativas: 

¡¡¡30 kg. de película filmada!!!
1) hacer uso de los Correos argentinos; o 

2) traerme las películas conmigo. 

Esta es la maleta de 50 kilogramos que facturé en el aeropuerto de Ushuaia directa hasta La Coruña
Casi a punto de partir para Nueva Zelandia, dos amigos internautas tuvieron la amabilidad de fotografiar los dos escáneres por los que tendría que pasar, en Argentina: verificado que eran antiguos, me decidí a traer las películas conmigo, en el equipaje de mano  (como ya saben los lectores, las películas no es conveniente embarcarlas en el equipaje facturado pues los rayos X son mas potentes y dañan sin remedio el material sin revelar). Acerté con la decisión, pues el paquete que envié desde Ushuaia con otros artículos (trípode de carbono, rótula Manfrotto, ropa polar, etc. ¡¡¡tardó mas de dos meses en llegar!!! -ver entrega anterior aquí-).

Terminal internacional de Buenos Aires con rotulación ¡¡¡en gallego!!!

Con los 30 kilos de película en la maleta de un equipaje de mano ¡limitado a 10!,  mi reto estaba en conseguir que no lo pesasen. En los distintos mostradores de embarque lo manipulaba como si pesase poco. Además, en la mochila, llevaba los dos cuerpos de cámara de cine y varias ópticas -doce kilos adicionales- (la cazadora polar también pesaba lo suyo, con tres cámaras fotográficas camufladas). En los vuelos de regreso, me las tuve que ingeniar para entrar en el avión antes de mi turno, para encontrar sitio libre en el compartimento superior para el equipaje de mano pues, si estuviese ocupado, y la azafata intentase colocar la maleta en otro sitio, se descubriría el peso. En dos de los tres vuelos, entré en el avión antes de mi turno de llamada, haciéndome el despistado. Ya instalado, mi temor era que, conforme se fuesen llenando los compartimentos, alguna azafata intentase mover la maleta buscando sitio para otras... pero, afortunadamente, no ocurrió. 

¡Toda la cena en un vuelo de unas cinco horas!, sin posibilidad de comprar nada, entre Ushuaia y Buenos Aires
Mi vuelo de Ushuaia a Buenos Aires llegó a la 1.30 de la madrugada: pese a ser un vuelo tardío y de varias horas, no había servicio de bar y solo nos dieron de comer unos cacahuetes. Mi idea inicial, en Buenos Aires, era, dado que, en el aeropuerto de Ezeiza, tenía que cambiar de terminal nacional a una internacional (menos mal que la maleta facturada, ¡¡¡con casi 50 kilos de peso!!!, iba directa de Ushuaia a La Coruña), y puesto que mi vuelo para España no saldría hasta el mediodía, descansar, aunque fuesen unas pocas horas, en un hotel cercano al aeropuerto, como había hecho en Dubai. Pero en el exterior, lo que ví, no me gustó: pese a lo intempestivo de la hora, hordas de taxistas, muchos de ellos piratas de semblantes nada confiables,  vociferaban para que te fueras con ellos.

En la capilla del aeropuerto resulta curioso que no se mencione al actual Papa argentino

Considerando que llevaba el equipaje de mano repleto con la películas de mi trabajo, y recordando lo que le había pasado recientemente a una superochista en Santiago de Chile, que la atracaron y se llevaron su equipaje con las películas (¡que no les valdrían para nada! pero a ella le destrozaron su trabajo), decidí no arriesgarme, irme directo a la terminal internacional y comprar un pase para la sala VIP, donde poder descansar sin bullicio y, al menos recostado (consejo que ya me había dado mi amigo de la infancia Pancho Amado, de Nautalia, pues los hoteles de aeropuerto de Buenos Aires son caros y malos). 

¡¡¡Sin perder de vista la maleta con las películas...

¡¡¡En la sala VIP, por desgracia, no me dejaron entrar hasta sólo seis horas antes de mi vuelo!!!, así que pasé una larga madrugada en las distintas cafeterías de la terminal, deambulando por las instalaciones (donde ví encomiables recordato
rios a los caídos en las Malvinas), ¡y hasta en la capilla!, con sólo un "tiempito" para recostarme en un sofá bajo que quedó libre sólo una hora antes de que me dejasen acceder a la sala VIP! En todo momento, estaba pegado a la maleta con las películas, lo que me hacía sonreír pues me veía a mi mismo como el viajero ¡¡¡que llevaba la bomba en su maletín!!! en la película "Aeropuerto".

¡...aunque sin llegar a ir abrazado, nervioso, a ella, como el viajero de la bomba en "Aeropuerto"!

  • IMPORTANTE PARA QUE AQUELLOS CINEÍSTAS QUE DESEEN INCORPORAR EL SÚPER-8 EN SU OFERTA PROFESIONAL: 

Para aquellos lectores del ámbito profesional que crean conveniente ofrecer Súper-8 en su portafolio de servicios, siempre recomiendo Pro 8mm, el mismo proveedor que usan Steven Spielberg, Spike Lee o J.J. Abrams.


Mi recomendación se demuestra fundada: ciertamente produce orgullo trabajar con Phil Rhonda Vigeant, cuyo esfuerzo por el Súper-8  se ha visto reconocido por la ASC.

En Pro 8 mm atienden en español e inglés, en el siguiente enlace, ¡y el envío a Europa demora sólo 3 días! 
El catálogo completo de productos y servicios, se puede ver en el siguiente vínculo:

PRO 8MM

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario