Mi amigo Marc Martí, entusiasta como moi de Fumeo, la ZC1000 y la estereoscopia fotoquímica, tiene otra pasión casi inconfesable: en sus viajes alrededor del mundo, que siempre documenta con película, visita cementerios y edificios abandonados.
Recientemente, en uno de estos viajes, esta vez sin salir de España, en una zona turística de España, entró a visitar un hotel en ruinas, que quebró hace años. En su interior, vandalizado, restos de menaje, ropa, muebles... pero lo que mas le llamó la atención fue un balón hinchable de propaganda de "Agfachrome Súper-8".
Ya en su casa, lo limpió cuidadosamente y, pese a los lustros transcurridos en pésimas condiciones, ¡¡¡descubrió que se podía hinchar!!!, de forma que lo deja guardado en su trastero para la próxima temporada de playa, para llevar con su Eumig Nautica sumergible y unos pocos metros que le quedan todavía de AGFA Aviphot.
¡Le costó trabajo limpiar de hongos al balón!, algo, por otra parte, muy caracterísitico de las películas inversibles Agfachrome (todavía peor con su sustituta, la Moviechrome).
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