La
presencia más visible de esa Photokina fue el monstruoso proyector Fumeo 9145
que, con su lámpara de xenón de 500 W, era usado por Dietrich Kempski para
exhibir, con sorprendente luminosidad (pese a encontrarse en una sala
oscurecida solo parcialmente), la versión en Scope de "Ben Hur", con
bobinas de 2.200 metros (unos 6.000 pies),
en una pantalla de seis metros. Mi ciudad, La Coruña, es, fuera de
Italia, la única con dos proyectores de este modelo: uno en IB Cinema (estereofónico),
el otro (monoaural), en la Filmoteca CGAI,
infrautilado y mal mantenido (con óxido visible: una pena ver degradarse
estas joyas por la desidia).
En
el stand de Beaulieu, además de su gama para 16 mm, con la entonces novedosa
2016, a Peter West, no sin razón, le llama la atención una cámara que, desafortunadamente
no pasó de la fase de prototipo, la Cinevideo 7008, que era capaz de filmar en
Súper-8 y grabar la imagen en vídeo al mismo tiempo. También describe West el
nuevo proyector Beaulieu Studio, con su adaptador de telecine.
A
toro pasado, resulta sorprendente la confesión de Christian Klein, de Silma: su
fábrica de Turín no da abasto para satisfacer proyectores sonoros
comercializados como Bauer, Eumig y Silma; ¡lejos estaba de suponer, herr
Klein, el inminente colapso de su factoría!
En
el stand de Elmo, junto a la versión mejorada del GS1200 de xenón, el entonces
sorprendente telecine Transvídeo.Me llama la atención una moviola, que nunca llegó a España, que en lugar de reproducir la película por medio mecano-ópticos, lo hace de forma electrónica en un monitor: ¡lo bien que me vendría hoy en día para montar negativo de forma directa!
Peter
West completa su periplo en Photokina describiendo los últimos proyectores de
16 mm, de xenón o HTI, manufacturados por Eiki, Elmo y Fumeo.
¡Ay,
Dios, con qué delectación leo este reportaje de hace treinta años!
Definitivamente, soy un hombre del siglo XX, el siglo del cine.
No hay comentarios:
Publicar un comentario