SEMANA INTERNACIONAL DE CINE DE BETANZOS.
Hace un par de años, tuve el honor de que me dedicasen, en ese histórico marco, la Semana Internacional de Cine de Betanzos, una encomiable actividad que el polifacético Chema Paz Gago (catedrático, escritor, historiador, poeta y trotamundos) organiza desde hace cuatro lustros pese a la nula ayuda ni de lo que López Chaves denominaba el chiringuito AGADIC ni de la propia Consellería de Cultura, que, sin embargo, no tienen reparo en dar mas oro que moro a otras muestras regidas por iletrados y antiguos okupas.
CINE ALFONSETTI: RESTAURACIÓN MUNICIPAL.
El ayuntamiento de Betanzos se hizo, primero, con la propiedad del Alfonsetti, y después lo reformó en una sala acogedora: lejos quedan las humedades del pasado y los fríos de sus paredes de piedra, sabias de historias. La sala es ahora una maravilla. El presupuesto, en estos tiempos de crisis, no llegó, sin embargo, para dotarlo con equipos de exhibición, de forma que, cuando se organiza una programación, es menester llevar todo lo necesario para la misma, ¡hasta la pantalla! (fotografía inferior: proyección en pruebas, con las luces encendidas, antes de la entrada del público).
PROGRAMA DE LA DEPUTACIÓN DA CORUÑA EN EL ALFONSETTI.
En las sesiones a la que en los últimos años he ido al Cine Alfonsetti tomé nota, con tristeza, que las empresas contratadas acostumbran a :
1) colocar el videoproyector en la sala, cerca de la pantalla, en medio de los espectadores;
y 2) ¡proyectar en pantalla los menús antes de la exhibición!
Cuando el ayuntamiento de Betanzos decidió reservar para la temporada navideña alguna de sus fechas del programa de cine que en IB Cinema desarrollamos para la Deputación da Coruña (desde hace unos 30 años), me llevé una gran alegría pues eso significaría que las haríamos en el Cine Alfonsetti, cumpliendo mi sueño de realizarlas en unas condiciones tales que los espectadores pudiesen rememorar la experiencia cinematográfica de los viejos tiempos.
RECUPERANDO EL ARTE DE LA EXHIBICIÓN.
El programa de la Diputación nos vemos obligados a hacerlo, por estipulación del contrato, en digital, no con película (como sería mi deseo). Pero, incluso en digital, desde IB Cinema encontramos una falta de respeto hacia el público que el proyector se encuentre visible, próximo a la pantalla, en medio de los espectadores.
En las sesiones de cine al aire libre, siempre que es posible, proyectamos desde el camión, a mas de 20 metros de la pantalla, por supuesto, sin menús en proyección: los proyectores digitales de IB Cinema, al ser modelos Fuji Film profesionales, llevan sus propios monitores para que los operadores ajusten los parámetros antes de "lanzar" la obra a la pantalla (amén de controlar la calidad de la misma sin necesidad de estar en sala).
PROYECCIÓN DESDE LA CABINA.
Si la semana pasada, con ocasión del pase de "Cars 2", proyectamos desde el anfiteatro del Alfonsetti, de forma que el público de la planta baja no vió el proyector, ayer domingo, para exhibir "Peter Pan: el regreso al País de Nunca Jamás", el operador jefe de IB Cinema, Marcos Javier Fernández Eimil, rizó el rizo de la calidad de exhibición llevando uno de nuestros proyectores digitales Fuji Film que permiten proyectar desde una distancia ¡¡¡de hasta sesenta metros de la pantalla!!!
Ello, permitió instalar la máquina ¡en la cabina de proyección del Cine Alfonsetti!, de forma que la película fue lanzada, como en los viejos tiempos (o en un cine comercial), a través del ventanuco de proyección.
APLAUSOS Y FELICITACIONES.
El arte de la exhibición en 35 mm recuperado en su versión moderna, digital, de una forma tan extraordinaria, que el viejo operador cinematográfico del Alfonsetti y del Capitol subió a cabina a felicitar a Marcos. La recompensa más grande fue cuando, al final de la sesión, el público aplaudió: ¡claro que la gente sabe diferenciar y valorar entre el trabajo bien hecho, desde el amor y el conocimiento, y el meramente mercenario!
De ahora en adelante, todas las proyecciones en el Cine Alfonsetti, ya sean en digital o con película, las llevaremos a cabo desde la cabina de proyección, ¡como tiene que ser!, por respeto no sólo al público, sino también a la memoria de la mas que centenaria sala.
Ya solo falta abrir y cerrar el telón delante de la pantalla.
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