SÓLO
QUEDABAN TRES CARRETES.
Mi
sorpresa fue comprobar que los lineales de fotografía en 35 mm. de la FNAC se encontraban
vacíos a excepción de tres carretes ¡que acaparé! (pues suelo gastar uno por
mes). Por alguna razón, la FNAC no trabaja con Kodak, sólo con Fujifilm e
Ilford. Resulta penoso que en una temporada como la navideña, muy apropiada para la fotografía, no hayan sido, en la FNAC, lo suficientemente previsores a la hora de acopiar carretes: con estos comportamientos no sólo se frustra a los clientes, sino que se impide que lleguen nuevos usuarios al mundo argéntico y que otros piensen que las películas, como no las ven en los expositores, se han dejado de fabricar.
ABUNDANCIA
DE PELÍCULA INSTAX.
Nada
que objetar, en la FNAC, en cuanto a las existencias de película de revelado instantáneo Instax,
tipo Polaroid, en la actualidad prácticamente un monopolio de Fujifilm: no sólo
disponían de todos los formatos, en varias combinaciones, sino que además
tenían la nueva Instax de blanco y negro.¡Muy bien, pues, por esta multinacional fundada por el chófer de Trotsky! De los cien cargadores que les mandaron, ¡sólo
quedaban ocho!, de forma que hice una petición de uno a Papá Nöel a
través de mi hermana.
PAPÁ
NÖEL SE PORTA BIEN CON UNO, pues, aparte de unos zapatos, me trajo un paquete
doble de película Fujifilm Instax tipo Wide, uno sencillo tipo Mini y uno de
los recién introducidos Monochrome.
FUJIFILM
INSTAX MONOCHROME.
Película
"monocromática": curiosa manera de designar al blanco y negro de toda
la vida. Por paradójico que parezca, es un diez por ciento mas cara que su
equivalente para color, pese a lo mas sencillo de su fabricación (tal vez por la
mayor cantidad de plata, por la novedad o por su fabricación más limitada).
La
Instax de blanco y negro, presentada este otoño por el presidente de la
compañía, Kenji Sukeno, es una emulsión
absolutamente desconocida incluso para fotógrafos avezados (con los cerebros
adormecidos por la tecnología digimerde), de forma que resulta toda una
sorpresa poder encontrarla en existencia en una ciudad no demasiado grande como
La Coruña: ¡es que somos la "leche", los coruñeses!; no en vano tenemos tres
periódicos de pago, uno de ellos el cuarto de mayor venta a escala nacional.
Como
siempre hago con cualquier tipo de emulsión fotoquímica, al desprecintarla, la huelo. La Fujifilm Monochrome desprende un aroma totalmente diferente a la de
color. Ciertamente, huele a sales de plata.
Ya
llegará el momento de escribir con mayor extensión mi veredicto pero, de
momento, con sólo dos fotografías Instax Moncrome tomadas, quedé absolutamente
prendado: el blanco y negro es rico, la
definición cristalina (¡con 800 ASA!), y las imágenes creo que tienen más
contraste que sus "primas" en colores. Auguro un gran porvenir a este
sistema fotoquímico: ¡y pensar que Fujifillm había estado a punto de tirar la
toalla hace unos años, cuando las ventas habían caido a 400.000 unidades anuales!
Ahora venden ¡más de diez millones! Y
otros fabricantes europeos, desde LOMO a la mismísima Leica, ya se han subido
al carro Instax.
LAS
DAÑAN LOS RAYOS X
Debido
a su elevada sensibilidad, estas películas instantáneas, en estado virgen, no
pueden ser pasadas por los detectores de Rayos X de los aeropuertos, de forma
que no nos quedará otra que acordarnos de Mahoma cada vez que, viajando a las colonias, debamos dejar en tierra nuestras cámaras Instax.
USO
ECOLÓGICO DEL CARTUCHO VACÍO.
Los cargadores Fujifilm Instax, ya sean de color o de blanco y negro, siguiendo la
costumbre impuesta por Polaroid hace décadas, traen material sensible suficiente
para diez fotografías instantáneas. El cartucho vacío, en lugar de tirarlo, lo reutilizo a modo de portamarcos, volviendo a introducir en el interior del compartimento una de las fotografías ya reveladas (normalmente alguna que le regalo a alguien).
Esta idea fue recompensada por Fujifilm hace tres o cuatro años, cuando la subí a mi Facebook, con la entonces novedosa cámara Fujifilm NeoClassic 90, que me fue obsequiada casi un año antes de que se vendiese en las tiendas europeas.
Una gran cámara, la NeoClassic, con capacidad para doble exposición, un visor óptico milimétricamente ajustado, posibilidad de exposición lenta, pose B y varias velocidades de obturación: nada que ver, pues, con la mayoría de las demás cámaras Instax que, a excepción de la Leica, son poco más que juguetes.
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