Como muchos de los lectores de esta bitácora saben, la serie de cortometrajes "No hay futuro" inmortaliza esta devastadora crisis económica que abate nuestra nación (el rosario de quiebras y suspensiones de pagos tiene desde ayer una nueva víctima: "Bricoking", además de la preocupante noticia de que "El Corte Inglés" necesita un nuevo préstamo de 160 millones de euros).
El personaje final de cada cortometraje de la serie es el protagonista de la siguiente entrega y, entre todos, se formará un largometraje.
Una de las características distintas de "No hay futuro" es que los distintos trabajos han sido rodados con diferentes emulsiones cinematográficas, dado que las distintas texturas, forman parte del metalenguaje de la historia, al mismo nivel que, por ejemplo, el montaje.
El Opus 1 de la serie es el famoso cortometraje, con la historia de Onésimo, que contiene la famosa secuencia en la que arrojamos una cámara de cine Fujica ZXM300 ¡desde un sexto piso!, para el plano subjetivo del suicidio del protagonista, ¡y la cámara no sólo salió indemne!, sino que siguió filmando tras el golpe e, incluso, la usé para el Opus 2 (pendiente de montaje) ¡en la que también sobrevivió al atropello de un camión!
A todo esto, es una cámara "viva": cuando me fue regalada, tras años guardada en un sótano húmedo, estaba repleta de hongos y minúsculos bichitos. Para usarla, sólo desmonté el objetivo para limpiar sus cristales internos, pero los hongos y bichitos los dejé en el resto de la maquinaria, creyendo que la cámara no sobreviviría a la caída. ¡Los bichitos murieron!, pero los hongos siguen vivos.
"La cámara viviente", me gusta denominarla: es una especie de microsistema de varias formas de vida.
El cortometraje "No hay futuro (Opus 1)", filmado en un deprimente blanco y negro AGFA Scala, revelado por mi amigo Marc Martí, marcha para el Súper-8 Global Day de Taipéi, en Formosa (China nacionalista), pues allí, al igual que en Israel, esta celebración tiene lugar en fecha distinta a la del resto del mundo.
En la película se reconoce el mérito de una figura universal de la que la mayor parte de La Coruña se encuentra orgullosa, la de D. Amancio Ortega, persona cuyas empresas no sólo crean riqueza y empleos de forma directa, sino que permiten, de forma indirecta, que muchos de nosotros, no sólo en la ciudad, sino en toda la comarca, vayamos sobreviviendo.
Por ello, este Opus 1 es la película que odian mareantes y envidiosos, esos que suelen formar parte de los jurados de AGADIC, por lo cual no puedo optar a solicitar ninguna ayuda.
Pese a su animadversión, el proyecto "NO HAY FUTURO", con sus diferentes Opus, siguen adelante, y no en vídeo, sino con auténtica emulsión cinematográfica ¡con todo el proceso realizado de forma artesanal!
La película, en nada de tiempo, ha cosechado ¡¡¡30.000 espectadores!!! en un medio tan elitista como Vimeo (me niego a subirla a YouTube, pese a que tendría mayor difusión, pues esta plataforma, con su compresión, prostituye la calidad de la imagen, eliminando la textura argéntica y haciéndola parecer un subproducto digital).
Antes de hacer el paquete para Taipéi, la reviso usando uno de mis proyectores favoritos para estos menesteres, el Braun Visacustic 2000 Digital, en mi opinión, la mejor máquina construida en Alemania: objetivo Schneider de luminosidad 1,1 chequeado uno a uno, presor del lado de la lámpara, portaobjetivos abatible, cabezales estereofónicos de gran calidad, película fácilmente extraíble, ventanilla con abertura rozando los límites del fotograma, buen sistema de regulación de velocidad con posibilidad de proyectar a 16 2/3 y 25 fotogramas por segundo, contador LED de fotogramas, etc.
Aunque la semana pasada proyectamos en PORTAS ÁRTABRAS el original cinematográfico, la versión en Internet puede verse aquí:
NO HAY FUTURO (OPUS 1) from IB CINEMA Motion Picture Films on Vimeo.
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