viernes, 2 de marzo de 2018

SVALBARD: EL GUARDIÁN DEL ÁRTICO. En Spitzbergen con Kodak en Súper-8 4K. Cuaderno de bitácora número 4

Para los que están siguiendo los preparativos de esta aventura ártica, cuya finalidad primordial es probar el correcto funcionamiento de la nueva película inversible para cine Kodak Ektachrome (antes de su lanzamiento comercial, durante el segundo semestre del año), tal vez sea menester, hoy viernes, escribir unas pocas lineas sobre la historia de este archipiélago, las Svalbard, situado en pleno Círculo Polar Ártico, entre el mar de Barents y el Océano Glacial Ártico, exactamente entre los grados 74 y 81 de latitud norte.
El conjunto de islas representan un colosal desierto helado, con abruptas montañas entre las que se encajan glaciares y fiordos de salvaje belleza, casi desconocidos,  en una tierra que, en la época en que se desarrolla la expedición Kodak, la primera semana de mayo, el sol brillará las 24 horas del día (fenómeno que ocurre entre el 23 de abril y el 23 de agosto), como contraste a la total oscuridad durante el invierno (entre el 26 de octubre y el 15 de febrero), en una negrura sólo rota por auroras boreales espectaculares (pero difíciles de captar con tecnología cinematográfica argéntica).
Fotografia Kodacolor tomada por Ignacio Benedeti. Derechos reservados.
¿SPITZBERGEN O SVALBARD?
Estos confines de tierra firme a sólo 600 millas al sur del Polo Norte, se conocieron durante siglos como Spitzbergen, nombre con el que el archipiélago fue bautizado por su descubridor, el holandés Willem Barentsz, en 1596, y que en su idioma significa "picos puntiagudos", en acertada referencia a uno de sus rasgos geográficos mas distintivos: las elevadas cúspides que emergen de la gélida superficie. 
Desde aquella época, marinos de varias naciones (incluyendo España, de la mano de intrépidos balleneros vascos) tuvieron algún tipo de asentamiento en estas latitudes de tierras sin bandera hasta 1920, cuando, en virtud del Tratado de Spitzbergen, firmado por cuarenta naciones, Noruega tomó la posesión de las islas (aunque reconociendo los derechos sobre todo de Rusia, pero también de otros países, entre ellos España).  
Noruega rebautizó al archipiélago como Svalbard, un viejo vocablo vikingo que se podría traducir como "borde helado",  manteniendo el topónimo de Spitzbergen sólo para designar a la isla principal, en un comportamiento que es un error pues, en los territorios,  nada hay mas correcto que mantener el nombre designado por el descubridor, como bien hacen en América, incluso en los Estados Unidos, en los que estados, condados,  ciudades, ríos, accidentes geográficos, etc., mantienen el nombre en español pese a ser el inglés el idioma mayoritario (que no oficial).
Lo cierto es que este archipiélago, en su pequeño aeropuerto, uno de los mas peligrosos del mundo, no indica ni siquiera el nombre de la "capital" (Longyearbyen, de la cual escribiremos en otra entrada), sino, en grande, el impuesto por los noruegos, Svalbard, a un archipiélago que es regido con mano de hierro por una gobernadora de poderes omnímodos,  Kierstin Askholt, ex alcaidesa de la cárcel de Oslo (un antiguo campo de concentración nazi), en lo que pudiera considerarse como la última "dictadura" de Europa.
Mi hija Verónica, en Spitzbergen. Inversible Kodak.
BARENTSZ NO FUE EL PRIMERO EN DESEMBARCAR
Menos conocido es el hecho de que no fue su descubridor, Barentsz, el primero en desembarcar en esta terra nullius, honor que retiene el anónimo capitán de un pesquero inglés desde 1604. En cualquier caso, fueron los holandeses los que fundaron la primera aldea, Smeerenburg, en 1614, un pequeño asentamiento ballenero que fue abandonado en 1660. 
Diapositiva Kodak Ektachrome, disparada por Ignacio Benedeti
La pesca indiscriminada de ballenas en aguas de Spitzbergen se sostuvo hasta principios del siglo XIX, principalmente por parte de ingleses y daneses, pero también por vascos franceses y españoles. A partir del siglo XVII, los rusos (con cazadores esquimales) llegaron a la zona para abatir osos y morsas. 
Durante el siglo XX, rusos y noruegos establecieron explotaciones mineras, en la actualidad prácticamente abandonadas, si bien los rusos mantienen su posiciones en la "ciudad fantasma" de Pyramiden, con el fin de no perder derechos sobre un subsuelo que auguran rico en gas y petróleo.  Un hecho histórico curioso, que ya relaté, es que las Svalbard fueron el último territorio del III Reich en rendirse, varios meses después del suicidio de Hitler. Ya habrá ocasión de extendernos sobre este curioso episodio.
Mi esposa y mi hijo Daniel, en Kodacolor. 
No se pierdan, amigos, la quinta entrega de este Cuaderno de Bitácora, el próximo viernes (las fotografías las realicé en algunas de mis estancias anteriores)
Publicaciones precedentes: 
Cuaderno de bitácora, 1: https://mimundoensuper-8.blogspot.com.es/2018/02/en-el-artico-con-kodak-en-super-8-4k.html
Cuaderno de bitácora, 2: https://mimundoensuper-8.blogspot.com.es/2018/02/svalbard-el-guardian-del-artico-en-el.html
Cuaderno de bitácora, 3: https://mimundoensuper-8.blogspot.com.es/2018/02/svalbard-el-guardian-del-artico-en.html



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