La lubricación en los antiguos Fumeo VI es muy fácil: cada 50 horas hay que verter dos o tres gotitas del aceite recomendado (para máquinas de coser) en un orificio de la parte superior, bajo el cual se encuentran varios tubos que lo depositan en los puntos necesarios del proyector. Los Fumeo mas modernos, de 16 mm, sólo tienen dos orificios de engrase, en el caso de los xenón, y uno, en la propia cabeza mecánica, en el caso de los modelos halógenos.
El engrase de las versiones de Súper-8 es mas complicado. En los halógenos, como el 9119, hay que abrir el compartimento de la lámpara para depositar 2 o 3 gotitas en el fieltro del mecanismo que acciona el garfio, algo que se puede hacer sin herramientas, pero en el 9145 de xenón 500 es necesario desmontar, con dos tornillos, la tapa que cubre el "cortafuegos", o douser, lo cual conlleva emplear una llave de allen que no siempre se tiene a mano.
Mi amigo José Manuel solventó este problema de diseño y ahora el Fumeo 9145, el proyector de Súper-8 mas potente del mundo (con lámpara de xenon de 500 W y brazos para ¡¡¡mas de dos mil metros de película!!!), se engrasa en dos segundos, sin herramientas ni necesidad de desmontar nada. Como se ve en el vídeo explicativo, José Manuel perforó un orificio en la parte superior del cuerpo, al que adosó un tubo metálico (¡reutilizado de un bolígrafo!) que vierte el vital aceite directamente sobre el fieltro. ¡¡¡Otro trabajo genial!!!, ideado y resuelto por José Manuel.
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