¡Comenzaron las trabajos preparatorios para rodar "ALÉN DA FIN DO MUNDO" (Más allá del Fin del Mundo), el pasado viernes dos de septiembre de 2022! Es el tercero de los largometrajes en fílmico de la serie Stop Quecemento Global.
La idea inicial era otra: "ALÉN DOS 66º LATITUDE SUR" (Más allá de los 66 grados Latitud Sur), pero, al no ser considerada por AGADIC, ello obligó a una serie de cambios que, a la postre, ¡hicieron crecer el proyecto!
Aunque me disgustó que la propuesta de "Alén dos 66º Latitude Sur" fuese tirada a la basura por AGADIC, vayan, por supuesto, mis felicitaciones mas encarecidas para los dos largometrajes en vídeo que competían en la misma categoría que sí han conseguido el apoyo de este organismo del gobierno del Partido Popular: "Todo é cárcere", sobre las prácticas de represión sucedidas en Galicia durante los primeros años del franquismo (sic), y "Recordos, Saúdos, Apertas", un documental que reflexiona sobre como se forma una ciudad. Personalmente, me habría gustado ir de la mano de este institución de la Consellería de Cultura de la Xunta de Galicia pero, amigos, es lo que hay.
Como un sopapo no basta para dejarme K.O., no queda otra que levantarse y seguir adelante con el proyecto aunque sea, por tercera vez, haciendo de "hombre orquesta", sin ayuda, siquiera, para cargar los treinta kilos de película cinematográfica, ni contar con Álex como camarógrafo, según era la previsión, para rodar buena parte del metraje en 16 mm, mas del doble mas pesado que el ya voluminoso Súper-8, aprovechando que en 2023 se cumple el Centenario de este paso cinematográfico.
"Alén dos 66º Latitude Sur " se iba rodar en la península antártica, una de las zonas del planeta donde se registra el Calentamiento Global a un ritmo mas rápido: un mundo que se desvanece. Quien escribe, descendiente de un tripulante del “San Telmo”, el buque ferrolano que avistó por vez primera el continente de hielo, pensaba depositar una miga de pan de Neda y agua del río Belelle, en memoria de su antepasado, en el lugar donde encalló el San Telmo, en una concha de vieira bendecida bajo el crucifijo del Santuario de la Vera Cruz, en O Carballiño, que custodia unas astillas del Sagrado Madero embebido en la sangre de nuestro Señor.
Gracias a mi amigo de la infancia Pancho Amado, director en Nautalia (¡con quien de adolescente compartí un naufragio en medio de la noche!), hemos encontrado la manera de llegar al puerto de embarque, en Bluff, Nueva Zelanda: ¡¡¡me llevará tres días llegar hasta allí!!! Aquello, sí que es el fin del mundo, y no Finisterre...
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