Aunque el paso cinematográfico estándar sigue siendo en el siglo XXI, como lo fue en el siglo XIX, el 35 mm, cada uno de los demás anchos, desde 70 mm hasta 8 mm, presentan ventajas únicas para el creador cinematográfico.
En el terreno de la exhibición, la hegemonía del 35 mm fue (y es) incontestable: por su mayor superficie la calidad del 35 mm es extraordinaria, pero, sorprendentemente, a veces la diferencia no sólo no es tanta, sino que un buen positivo en Súper-8 (de Derann, en este caso, LPP poliester), ¡se ve mejor que la misma película en 35 mm!, como demuestra el amigo el amigo Isidoro Brizzi, con "La guerra de las Galaxias".
¡Gracias, Isidoro, por las fotos! Hay que decir, además, en favor del Súper-8, que el proyector empleado es un aparato doméstico de gama media: ¡imagínense el rendimiento que podría haber dado un Fumeo de xenón o un Beaulieu HTI, con ópticas Isco Cinelux!
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