domingo, 11 de septiembre de 2022

ALÉN DA FIN DO MUNDO (Más allá del fin del mundo). Capitulo 2: "Volando a las antípodas"

El rodaje, con película, del tercer largometraje sobre el Calentamiento Global me llevará a recorrer buena parte de la Antártida, en algunos territorios jamás hollados por un gallego y nunca filmados con película de Súper-8. Antes de que parta, me esperan duras jornadas de entrenamiento (bajo la instrucción de Javier Suárez que, a su condición de informático y militar en la reserva, cuenta con el título de profesor de gimnasia), tramitación de visados, seguros y, entre otras cosas, preparación de los equipos fílmicos (para fotografía y cine). He de cumplir una promesa para este proyecto y emplear para parte de la filmación dos cámaras diseñadas por Shigeo Mizukawa (ZC1000N y P2): ello me obligará a trasvasar, en cuarto oscuro, la película de los cartuchos de Súper-8 a los de Single-8, lo que demuestra que ¡¡¡siempre hay una forma mas difícil de enfrentarse a los retos artísticos y técnicos!!!



Antes de embarcar en el veterano rompehielos oceanográfico deberé volar durante tres días, recorriendo 20.000 kilómetros, para aterrizar justo en la antípodas de La Coruña, en el aeropuerto de Invercargill (Malpica, en la provincia, es la villa que queda más próxima al punto exacto en las antípodas de Invercargill, pero La Coruña es la ciudad mas cercana a esa coordenada). Desde ahí, tendré que desplazarme aun mas al sur, al puerto de Bluff. No hay lugar, en la inmensa e inabarcable redondez del globo terráqueo, al que un gallego pueda llegar mas lejos. 

El grueso del rodaje lo llevaré a cabo con película Kodak Vision 50, si bien emplearé todo tipo de emulsiones, tanto negativas como inversibles, presentes y, también, pasadas, dependiendo de mis emociones cuando filme: ¡¡¡usaré hasta película Svema, ucraniana!!!, en un guiño por la libertad de este querido país europeo. De todo ello, ya tocará escribir.

Ayer sábado, tras su revisión y engrase, probé una de las dos cámaras fotográficas que llevaré, la AX5 (diseñada por Shigeo), que estrené, al poco de empezar a trabajar, el 8 de octubre de 1983. No sólo era una prueba para la cámara después de su puesta a punto (equipada en esta ocasión con un Fujinon EBC de 19 mm), sino también para la emulsión (esperaremos al revelado).  Tocó testar la Velvia 50 (en 35 mm, no necesito probar la magnífica Kodak Ektachrome, pues es mi película inversible cotidiana, pero sí los dos tipos de Velvia y la Provia, que hace algún tiempo que no uso). En el transcurso de la prueba, en la querida parroquia de Perillo, del ejemplar ayuntamiento de Oleiros, me encontré con el catedrático, escritor, investigador y editor Chema Paz Gago, un talento inexplicablemente desaprovechado por el mundo de la política donde, en no pocos casos, las estructuras mediocres promueven al mas patán.

(Continuará)

No se pierda el capítulo precedente: LÉALO PULSANDO AQUÍ


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