Uno de los encantos de proyectar cine al aire libre, en Galicia, es cuando tenemos que montar la instalación en paisajes pintorescos, junto a playas o ríos, o adyacentes a alguna iglesia o edificio monumental.
No obstante, en entornos más urbanos , como ocurrió ayer en la villa de Miño, para la proyección de "Campanilla: Hadas y Piratas", Marcos encontró un lugar en el que pudo recrear la disposición de un cine clásico, con su platea o patio de butacas, y anfiteatro, que agradó mucho tanto al público como a los responsables políticos: ¡¡¡sólo faltaron las palomitas!!!
Marcos, con esta distribución de butacas que improvisó, seguro que pudo recordar sus viejos tiempos de proyeccionista en los míticos cines coruñeses Avenida y Riazor.
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