SÚPER-8 CON GRANGULARES EXTREMOS, INCLUSO EN FILMACIÓN SCOPE.
Una de las características más versátiles de la Fujica ZC1000 es
su montura tipo C que permite emplear, bien de forma directa, bien con los
adaptadores adecuados, cualquier tipo de
óptica foto o cinematográfica. Desde niño, aun en vida del Caudillo, fuí un
seguidor incondicional de los objetivos Fujinon con revestimiento EBC. No debía
andar muy desencaminado en mis
apreciaciones pues, con los años, los Fujinon EBC se han convertido en el non
plus ultra de la industria cinematográfica, a la par con los Zeiss (con razón
con quince años publiqué mi primer artículo técnico en una revista profesional:
Cinema 2002). Otro día me extenderé sobre las excelencias del revestimiento
EBC, con un repaso a la colección de objetivos con este tratamiento que he
forjado desde que empecé a trabajar a los 23. Hoy voy a dar mi parecer sobre
las distintas combinaciones de granangular extremo que he probado con la Fujica
ZC1000 a lo largo de los años.
Aparte de su objetivo estándar, el Fujinon EBC de 10 aumentos
con posibilidad de macro en cualquier longitud focal (y no sólo en los
extremos), Fujifilm dotó a esta cámara de cine (como accesorio opcional, hoy
dificil de encontrar), con un objetivo de focal fija granangular de 5.5 mm que
no sólo carece de la menor distorsión sino que es muy nítido abriendo incluso a
f 1.8, amén de poseer macro y un auténtico diafragma de iris.
Este objetivo incrementa su poder granangular con los
conversores Canon C8 43 y C8 67: usándolos,
aunque se observa alguna distorsión, se mantiene la definición y el
contraste gracias a las excelencias del Spectral Coating (sólo ligeramente
inferior al EBC). Con el C43, el conjunto es muy compacto y no se aprecia
"viñetaje" en los ángulos ni en el visor ni en proyección pero sí al
telecinar con la ventanilla agrandada. Con el C67 no se produce viñetaje al
digitalizar con ventanilla grande pero a costa de mayor peso y la imposibilidad
de pasar desapercibido debido al gran tamaño de la lente frontal. Ambos
conversores de Canon deben emplearse con el objetivo primario Fujinon 5.5 en
ligera posición macro, algo que se precisa hacer también con el conversor
Schneider UW; el Schneider, combinado con el Fujinon, consigue un asombroso
ultragranagular de 3.8 mm; aunque el
peso total es inferior que con el Canon C67, esconde un secreto diabólico: el
Schneider no es de cristal, ¡sino acrílico!, con un ínfimo tratamiento de las
lentes, lo cual se traduce en reflejos blancos en situaciones como cuando
aparecen focos en escena. ¡Vaya forma de
prostituir un prestigio como el de Schneider con lentes acrílicas, o sea, de
plástico!
Uno de los objetivos ultragranangulares mas dificil de conseguir
es el Century Precission de ¡3.5 mm!, dado que sólo se fabricaron 200 unidades
para todo el mundo. La calidad de construcción es muy alta: cristal óptico
tratado, diafragma iris, barrilete metálico, poca distorsión...
desafortunadamente la definición decrece de forma evidente abriendo a más de f
5.6
Clase aparte es el mítico Angenieux de 5.9 mm: calidad soberbia
incluso a plena abertura: desafortunadamente su tamaño es grande y no permite
la colocación de un conversor como los Canon.
En la dificil tarea de filmar en ultragranangular y formato
anamórfico la única combinación posible, para un filmmaker independiente, es el Leitz Cinegon (enfocado a 0.4m para
infinito) con el Iscorama-36 y un Century Precission fin de diámetro tan
descomunal que parece el ojo de HAL 9000.
Con sus virtudes y defectos, estos objetivos y accesorios son,
todos, un prodigio, y, tanto en el caso del Leitz como en el del Fujinon 5.5, lo
mejor jamás diseñado con cálculos no cibernéticos: con el presor en cámara de
la ZC1000, gracias al cargador single-8 de Fujifilm, la definición que se puede
conseguir, si se filma con la Kodak
Vision 3 de 50 ASA, roza lo
sobrenatural.
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