sábado, 16 de julio de 2016

EL TIEMPO EN MIS MANOS: EL MÍTICO MARÍN MP30 DEL SANT JORDI

EL TIEMPO EN MIS MANOS: EL MÍTICO MARÍN MP30 DEL SANT JORDI.
 Este proyector de cine de 35 mm español fue, en su momento, muy aclamado en el mercado internacional. De hecho, la italiana Fumeo -la gran especialista europea en proyectores de 16 mm para uso profesional--, durante algunos años, los compraba en la fábrica de Barcelona y, una vez en Milán, los vendía con su marca para aquellos clientes

que le requerían un 35 mm.  EL MP30 es un aparato de un tamaño no demasiado grande, robusto, capaz de ofrecer alucinantes proyecciones en 35 mm en formatos Scope, 1.37 y 1.85.
Pero, además, personalmente, este Marín MP30 tiene un valor sentimental infinito: fue el proyector de cine con el que me topé en el Colegio Mayor Sant Jordi, de Barcelona, cuando, durante el primer año de la carrera, me ofrecí como voluntario para operarlo. Estoy hablando del curso 1979-1980. ¡Qué horas más felices pasé en la cabina del cine del Colegio Mayor todos los martes y los jueves, con este Marín MP30!
Al curso siguiente, la Universidad lo sustituyó por un Bell & Howell de 16 mm, y el Marín MP30, jubilado prematuramente, fue trasladado al almacén del Colegio Mayor, junto a la caldera de la calefacción, donde yació olvidado hasta que hace unos pocos años, en pleno boom inmobiliario, decidieron vender el edificio (en el 13 de la cotizada calle Maestro Nicolau, muy cerca de la plaza Calvo Sotelo -ahora Francesc i Maciá-), y construir un nuevo Sant Jordi en el cercano Passatge Ricard Zamora.
En ese momento, el administrador del Sant Jordi, a punto de retirarse, se puso en contacto conmigo para regalármelo si me hacía cargo de su recogida: ¡naturalmente que lo organicé todo!
Ahora que, por desgracia, hay muy poco trabajo, tras la jornada laboral, voy restaurándolo poco a poco, sustituyendo la clásica excitadora por un lector capaz de reproducir las pistas ópticas cyan, así como con un sistema de iluminación más eficiente. Es un buen momento para cambiar las ópticas, por otras más modernas, debido a que a causa de la defunción del 35 mm en España,  hace un par de años, se pueden conseguir no ya a precio irrisorio, sino regaladas.
Mis últimos años en el Col.legi Major Sant Jordi proyecté siempre en 16 mm con el Bell & Howell, aparato que recuerdo, también, con gran cariño, pero me dijo el administrador que a finales de los años ochenta, como en el Sant Jordi habían dejado de usar el 16 mm, lo trasladaron a otras dependencias universitarias, donde todavía continuaba en ese momento. Al marcharme, el Bell & Howell lo siguió operando el querido amigo Manuel Antonio Santos Gálvez,  de una promoción posterior, y que ya tenía experiencia como proyeccionista en su Alicante natal. El cine de mi Colegio Mayor puede verse en este corta película muda
: http://vimeo.com/19474408

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