lunes, 8 de abril de 2019

DOS OBRAS MAESTRAS: DUNKERQUE Y LA NOVIA DE FRANKENSTEIN: ¡CON UNA DESGRACIA!

Cinematográfico fin de semana, montando y proyectando dos largometrajes, "Dunkerque" y "La novia de Frankenstein", que toca revisitar de vez en cuando, no en digimerde, sino con película cinematográfica, tal y como fueron concebidos, y, en el caso de la primera, como expresamente desea su director y productor que se vea.
Por cierto que en los créditos del final de "Dunkerque" se puede leer la aclaración de Nolan, bajo el emblema de Kodak. "Esta película cinematográfica fue filmada y acabada en film". Glorioso poder disfrutarla en el súper panorámico formato 2.66: 1. 
Uno no puede menos que lamentarse del resto de los españoles, a excepción de los barceloneses (gracias a la Sala Phenomena), restringidos a ver "Dunkerque" en digimerde.
Originalmente, el positivo tenía sonido óptico. Desgraciadamente, para una banda sonora tan compleja (no en vano, ganadora del Óscar), el sonido fotográfico tiene ciertas limitaciones, por lo que el gran Alberto Vangelisti, de Movie Magnetic, la añadió pistas magnéticas líquidas del mismo con exactamente la misma formulación empleada por Kodak en las recordadas copias multicanal pre codificaciones Dolby. ¡Señores: una nueva dimensión! Ahora, hasta se activa la caja acústica exclusiva para sub graves. Al inmersivo formato cinematográfico ultra panorámico, se une un embriagador sonido envolvente. Una auténtica experiencia.

Algunos espectadores, acostumbrados a los fuegos artificiales de lo digital, se quejan de que en "Dunkerque" aparecen, por ejemplo, pocos aviones. Es verdad pero, los que salen, son no sólo de verdad, sino de época, lo mismo que los extras, de carne y hueso, cobrando un salario, no recreaciones digitales hechas en una lúgubre oficinucha. ¡Qué magisterio, el de Nolan, conjugando todos estos elementos con precisión, con cámaras cinematográficas de media tonelada!, y sólo unos pocos minutos de filmación en cada cargador. 
En una de las secuencias aéreas, una de las cámaras tiene una mancha en la lente: esto no ocurre en digital pues el operador (si se le puede llamar así a alguien que no trabaja en fotoquímico) ve en el monitor exactamente lo mismo que registra la lente: esto no ocurre con la película de 65 mm, donde los visores de las cámaras son meramente indicativos. Por ejemplo, un pelo en ventanilla no hay forma de detectarlo hasta después del revelado.

EL PAVOR DE NOLAN.
Sólo un maestro como Nolan se arriesga a rodar con una colosal cámara de 65 mm a ras del agua, en la secuencia del hundimiento del Spitfire. Pues bien, por un movimiento inesperado, entró agua en el cargador de película, y como en Europa ya no hay laboratorios capaces de revelar película de 65 mm, Nolan y el resto del equipo tuvieron que esperar dos días hasta que saber si lo que habían filmado se pudo salvar (algo que fue posible gracias a la pericia de los técnicos de Fotokem).  A diferencia de lo que ocurre con el digital, donde las escenas se repiten una y mil veces, en cine, una vez la película corre por ventanilla, la toma tiene que salir bien. Además, no requiere la misma pericia, discriplina y conocimiento trabajar con camaritas digitales, con soluciones en postproducción digital, que hacerlo con película, algo que buena parte de los críticos, e incluso de los académicos, no tienen en cuenta. 
Cada vez que ve "Dunkerque" ¡siente uno deseo de ser inglés! Estos son los verdaderos ingleses, y no la morralla de borrachos que vienen a Salou o a Palma.
 LA NOVIA DE FRANKENSTEIN.
Buena parte de la crítica considera "La novia de Frankenstein" , que proyecté el sábado, superior a la primera "Frankenstein". En mi opinión, ambas obrasson extraordinarias. La semana pasada, empalme a mi positivo de "Frankenstein" las escenas censuradas, que, ahora, en proyección, aparecen en inglés, y con distinta tonalidad de blanco y negro (están en película OrWo).
Por cierto, que proyectando "La novia de Frankenstein" ocurrió ¡¡¡la pesadilla del operador!!!, pero esta desgracia será una historia para mañana.

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